Con el enemigo/oráculo en casa otra vez
muy buenas ¡
Se te nota un poco mas animado ,que bien ¡¡¡
Pero aun no has dicho ,como lo llevas el tener marihuana en casa ???
saluditos:smile:
El finde no fue difícil tener marihuana en casa, nos fumamos 5 ó 6 en dos días y medio, y mientras se fuma obviamente no aparece la ansiedad. El problema vendría entre semana, aunque estaba ilusionado con comprobar el éxito de las correcciones en mis hábitos de trabajo, pero mentiría si dijera que lo primero en lo que pensé al despertar el lunes, fue en fumarme el primero del día.
A lo largo del día tengo momentos difíciles: por un lado tengo la marihuana ahí, susurrándome al oido. Por otro lado he elaborado un horario muy cuadriculado y extricto, cosa a la que no estoy para nada acostumbrado y que lógicamente también me genera muchísima ansiedad.
Ayer lo hablaba con mi novia, y creo que el tiempo es la cuestión clave. Tiempo para reacostumbrar al cerebro a trabajar a pleno rendimiento. Tiempo para ver avances en mi trabajo, y sentirme bien siendo productivo. Tomarse un tiempo cuando la tentación llama a tu puerta, para pensar por qué estás haciendo todo esto, y o ponerte rápidamente a hacer algo para que los pensamientos yonkis se diluyan, o salir de casa para huir de la ansiedad.
Desde el domingo sólo me he fumado uno, y fue porque vino un amigo al que hacía mucho no tenía oportunidad de hablar largo y tendido. El plan era no fumar ni beber nada entre semana, pero lo de beber es difícil, no es una gran cantidad, pero una lata por las tardes no deja de ser una forma de evitación. Desde luego por ahora mi autocontrol está bastante bien, sobre todo si lo comparamos con situaciones similares hace 3 años:
1º cuando acabó el curso, mi compañero me dejó un botecillo con algo e su yerba: white widow y quizá algo de unas supuestas kali mist, probablemente unas F2. El bote me duró un dia, y había por lo menos 5 ó 6 gramos.
2º al tiempo de dejarlo, una ex-novia me hizo ir a Sevilla. A la vuelta me dió unos cogollillos de algunas plantas propias y de su vecino. Aquella vez el bote me duró dos días, pero hubiera sido mucho menos si no hubiera tenido el vaporizador.
Esta vez está siendo diferente: salvo el domingo que desfasamos un poco, y el tropiezo del martes, lo llevo razonablemente bien. Me reafirmo en la capacidad de la marihuana para orientarte, para ver dónde la estás cagando, para ofrecer soluciones alternativas, razonables y creativas. He concluído que, salvo para temas terapéuticos tipo cáncer y cosas así, nadie debería fumarse más de un par de canutos a la semana, y mucho es. Con el consumo frecuente se pierde ese componente espiritual y orientador. Esta es una afirmación curiosa, viniendo de una persona que ha llegado a encender el vaporizador 12 veces en un día.
Otro tema importante en el que me afirmé hace años, y me reafirmo ahora, es la importancia de la dosificación. El otro día con mi amigo probamos la black widow de mi mecenas particular, que más bien debería llamarse black poison, porque eso es lo que es: veneno amasado. Recuerdo muy poco de lo que hablé con mi amigo, pero recuerdo que no es de esas marihuanas que te dejan en coma, tú puedes expresarte con facilidad y fluidez, pero es dificil seguir a los demás, y asimilar lo que dicen. Probablemente fue culpa de la dosis y de mi desconocimiento de la variedad, con prudencia y mesura no hubiera pasado eso, pero me pudieros los instintos yonkis. El tema de la dosis lo veo especialmente importante si vas a interactuar con personas, pero también tiene su importancia cuando vas a consultar a las musas. Es cierto que libera tu mente, eres menos cuadriculado, pero si te pasas de rosca te vuelves demasiado idealista, demasiado utópico cuando vuelves a la realidad.
Conclusión: distribuida adecuadamente en el tiempo y con dosis razonables en función del propósito, la marihuana puede hacer mucho bien por las personas y la sociedad. Igualmente puede destrozarte si la usas para evitar enfrentar problemas, como hice yo durante años. La verdad es que esta es una oportunidad de oro para matar uno de mis grandes fantasmas, que bien podría adoptar el avatar de la marihuana. El problema en sí no es fumar marihuana, ni beber alcohol, ni pasar el día entero "perdido" por internet, ni ver la tele durante horas,ni... el problema es la evitación, el no querer enfrentar hacer algo por miedo, pereza, por preferir un placer pequeño inmediato en vez de uno mayor un poco más adelante.... mi problema no empezó en 2002 cuando planté por primera vez, ni a los 18 cuando me fumé el primero, ni con 16 cuando me tomé mi primera copa. Empezó cuando con 12 años, la vida, el colegio, empezaron a pedirme ciertos esfuerzos, esfuerzos que postpuse hasta lo imposible para realizarlos mal y tarde. Parte de la culpa la tuvieron mis padres, por no saber motivarme, por no actuar en aquellos primeros momentos con rapidez e inteligencia. Pero al fin y al cabo soy yo el que sé cómo soy, y llevo años sin cambiar.
Este año por primera vez estoy viendo pequeños avances, cambios sutiles, que a veces se desmoronan pero se reconstruyen de nuevo, un poco más grandes. Esta es la oportunidad de oro de acabar con el fantasma de la evitación, de tomar el control de mi vida.