La mayoría de las enzimas que se hallan en el suelo tienen dos funciones: descomponer materiales, como el tejido vegetal muerto, y convertirlos en nutrientes. Hay muchos tipos diferentes de enzimas en la naturaleza. Los tipos más comunes en el suelo son la amilasa, la proteasa, la lipasa, la celulasa y la quitinasa. El nombre de cada uno de ellos se debe al material que descompone: la lipasa descompone los lípidos, que son grasas; la celulasa descompone la celulosa, una parte importante del tejido de la madera.
¿Cómo llegan las enzimas al suelo?
La mayoría de las enzimas proceden de microbios como bacterias y hongos. Sin embargo, las plantas también sueltan enzimas. Esto ocurre mediante la savia, que se libera en el suelo a través de las raíces. Dondequiera que crezcan las plantas, las enzimas están presentes en el suelo.
Enzimas y diferentes sustratos
El número y el tipo de enzimas pueden variar dependiendo del sustrato. Por ejemplo, un sustrato de coco tiene diferentes enzimas que un sustrato de turba. Esto es porque hay diferentes tejidos que se descomponen en estos tipos de suelo. El número de enzimas depende de la cantidad de material orgánico en el sustrato.