En otra lograda actuación, Joaquin Phoenix encarna, en “Vicio propio”, a un particular detective privado, que padece todos los excesos posibles. Con un gran elenco, es uno de los destacados estrenos.
Un tipo desaliñado, con el pelo largo, la barba dejada, los ojos enrojecidos y el “porro” siempre encendido como un combustible necesario. Es un detective privado pero le dicen “Doc” porque atiende en un consultorio médico que gestionó como su oficina.
La costra oscura en sus pies -roña- es una declaración de principios de un hippie enfrentado ideológicamente con el gobierno de Nixon y la guerra de Vietnam. Joaquin Phoenix interpreta a este Larry Sportello, el Sherlock Holmes de la década del 70, en “Vicio propio”, el film de Paul Anderson, que llega hoy a la cartelera.
La historia casi que no importa, lo que vale es cómo es narrada y el modo en que Anderson (“Magnolia”, “Boogie Nights” y “Petróleo sangriento”) le encuentra una vuelta a la clásica estructura del policial, basándose en la novela de Thomas Pynchon, y con un elenco plagado de figuras: Benicio Del Toro, Josh Brolin, Owen Wilson, Eric Roberts y Reese Witherspoon acompañando la destacada labor del protagonista.
Son tiempos en los que la corrupción, los excesos, la violencia y los límites intentan hacer equilibrio sin morir en el caos total y este pillo, pero siempre “fumado” detective se ve sorprendido cuando su ex mujer Shasta (Katherine Waterston), recurre a sus servicios profesionales, para dar con el paradero de su nuevo amante, un magnate inmobiliario, que desapareció misteriosamente. Con el amparo de estar ambientada en una década en la que los estupefacientes inundaron EE.UU., las escenas de sexo y descontrol tienen mucha trascendencia en la película y es allí donde el relato da sus giros inesperados una y otra vez.
Un largometraje tan cercano y al mismo tiempo tan complejo que el propio director reconoce que es saludable verla más de una vez: “Hay gente a la que la primera vez no le gustó, pero le dieron una segunda oportunidad, porque tenían la sensación de que algo se les había escapado. ‘Vicio privado’ está tan llena de cosas tan diversas, que me parece que se justifica verla dos veces. No es que la haya filmado con esa intención, desde ya. Me parecería lo menos obligar a eso al público. Pero es posible que el resultado justifique una segunda visión”, expresó el cineasta que gastó 20 millones de dólares en la producción del film.
Esta película vuelve a encontrar a Anderson con Phoenix, como ocurriera en “The Master” en 2012. Una experiencia que el interprete define como “soñada” por el gran respeto que le tiene al director, a quien elogia en cada entrevista. “Ni siquiera te parece que estás haciendo una película. ¡Es fácil sentirse inspirado con alguien así!”.
Cocaína, marihuana, tabaco, alcohol, todo eso consume “Doc” mientras intenta averiguar qué hay detrás de las reiteradas desapariciones. A veces esos estímulos lo ayudan pero otras tantas lo perjudican, característica que a Phoenix le encanta: “Me gusta que mi personaje tenga defectos, es algo que no se ve. Me atraen las cosas complejas”.