La vaporización de cannabis es una formula de consumir sin los efectos perniciosos de la combustión.
Un vaporizador de cannabis, es un dispositivo para la extracción de aceites esenciales, que en lugar de la combustión del material, emplea calor controlado para evaporar las sustancias activas.
La temperatura de vaporización siempre está por debajo del punto de combustión, por lo que no se llegan a consumir las sustancias tóxicas producto de esta combustión. Es por lo tanto un método de consumo más saludable, sea de tabaco, hierbas o cannabis y derivados.
Historia de la vaporización de cannabis
Es complicado saber exactamente donde y cuando tiene su origen la vaporización. Los datos más antiguos de los que hay constancia nos remontan al antiguo Egipto, donde durante el siglo quinto a.C., Herodoto, un historiador y geógrafo griego que vivió entre el 484 y el 425 a. C., y considerado como el padre de la Historia en el mundo occidental, relató la antigua práctica de los escitas.
“Los escitas toman parte de la semilla de cáñamo y las lanzan sobre las piedras calientes al rojo vivo. Inmediatamente se vaporizan y dan un vapor como ningún otro baño de vapor griego pudiese superar. Los escitas, encantados, dan voces de júbilo.“
Cientos de años más tarde, aproximadamente sobre el 1.000 d.C., surgen las shishas o narguiles en la India y Pakistán. Estos primeros “modelos” eran muy rudimentarios, usaban cáscara de coco como base y se calentaban con carbón de madera, logrando extraer las sustancias esenciales sin combustión.
Shisha de proviene de la palabra persa shishe que significa “vaso”. Narguile por su lado proviene del persa nàrgil, que significa “coco”. No son casualidad los nombres que recibe, como vemos.
Hace unos 500 años los narguile se abrieron paso hacia Turquía, llegando a hacerse muy populares entre los intelectuales y las clases altas.
También sufrieron una gran evolución, fabricándose cada vez modelos más complejos y detallistas, verdaderas obras de arte. Se comienzan a usar materiales como el barro y el cristal, siendo el origen de los modelos actuales.
Pasaron varios siglos sin que el mundo de la vaporización de cannabis sufriera grandes avances, hasta que en la década de 1970 se creó un vaporizador llamado como el Tilt.
Según el propio fabricante, en pruebas de laboratorio se pudo comprobar que era capaz de liberar un 79% menos de alquitrán que en una pipa convencional. Desgraciadamente, las leyes en contra de la parafernalia hicieron que se retirase al poco tiempo.
En la década de los años 90, un chamán Cherokee llamado Frank William Wood, más conocido como Eagle Bill Amato y bautizado más tarde como el “padre del vapor”, entraría en escena.
Bill Eagle fue introducido en la vaporización de cannabis en 1993 por un productor californiano. Éste empleaba una pistola de calor para vaporizar mezclas aromáticas. Más tarde inventaría el “Shake & Vape”, que se basaba en los antiguos métodos que se usaban en el antiguo Egipto, usando indirectamente el calor para vaporizar.
El primer Shake & Vape tenía un diseño muy simple pero efectivo. Consistía en una pipa de vidrio que se calentaba por su parte inferior con una llama para encender la propia sustancia. Hoy en día estos modelos se conocen como Eagle Bill en su honor.
Eagle Bill y su invento sería rápidamente evolucionados, naciendo una industria del vapor que que rápidamente logró consolidarse.
En 1994 la empresa canadiense BC desarrolló el fue uno de los primeros vaporizadores eléctricos. Éste primer modelo empleaba el calor por conducción, lo que significa que las mezclas aromáticas están en contacto directo con una superficie caliente, siempre por debajo de la temperatura de combustión.
Un año más tarde, en 1995, un holandés llamado Evert Verdamper, tras haber probado una pipa Eagle Bill, decidió combinarla con agua para conseguir un vapor inhalado más suave.
Nacieron así los vaporizadores De Verdamper, donde se combinaban los modelos existentes hasta aquel momento. Usó una base típica de los narguile fabricado en cristal de laboratorio, combinado con la idea del Eagle Bill y con una fuente de calor al estilo del antiguo Egipto.
Pero en este caso usando una resistencia eléctrica. Y también un flujo de aire que pasa a través de la hierba que consigue extraer todos los cannabinoides deseados.
En los primeros meses del año 1996, en Alemania, Markus Storz registró la patente del vaporizador Volcano, que permite llenar globos con vapor mediante una unidad calefactada, aunque no sería hasta el año 2000 que se empezó a comercializar.
Estas primeras unidades del Volcano incorporaban un termostato que permitía regular la temperatura por niveles.
Año a año y mes a mes, fueron fundándose compañías de vaporizadores hasta llegar a los cientos de modelos que podemos disfrutar hoy en día.
¿Qué nos espera en el mundo de la vaporización en los próximos años? Teniendo en cuenta el gran avance que sufrieron en muy pocos años, el futuro parece muy prometedor.
No te pierdas escogiendo tu vaporizador de cannabis: una guía
Tanto si te piensas comprar tu primer vaporizador, como sustituir el que ya tienes, seguro que te surgen muchísimas dudas. Si ya has tenido uno, siempre será más sencilla la elección ya que tendrás al menos algo sobre lo que basar una comparativa. Si es el primero, la cosa se pone más difícil al comprobar que existen cientos de modelos y características.
¿Dónde tienes pensado usarlo?
Aunque con un legendario Volcano cualquier consumidor triunfará seguro y cada vaporización será una experiencia, no cabe duda de que no es el mejor modelo si se tiene pensado llevarlo consigo a cualquier parte. Así que nuestra primera decisión debería ser dónde lo vamos a usar principalmente.
Si sólo lo vamos a usar en casa o en casa de alguien, sin duda un vaporizador de sobremesa es la mejor elección. El ya mencionado Volcano, Plenty, los Arizer Xtreme-Q y V-Tower, el impresionante Sublimator, los preciosos De Verdamper o los más modestos del fabricante Pure Smoke.
Si el uso que le darás será sobre todo fuera de casa, los vaporizadores portátiles son los que más modelos ofrecen. Desde diminutos y super discretos como el DaVinci Miqro o el Alfa de Goboof, a menos “portátiles” como el Mighty o el Arizer Solo, aunque sus prestaciones se aproximan más a las de un vaporizador de sobremesa.
¿Cuánto dinero tienes pensado invertir?
Una vez decidido si de sobremesa o portátil, llega la hora de mirar los modelos que más se ajusten a nuestro presupuesto. Aunque un consejo: la diferencia entre un vaporizador de clase baja y otro de clase alta puede llegar a ser enorme.
Hasta tal punto que en ocasiones por ahorrar, se mete el vaporizador en un cajón y se olvida para siempre. La calidad del vapor y disfrutarlo en cada sesión, personalmente debe estar por encima del precio.
Entre los modelos de alta gama portátiles destacan los Crafty y Mighty (hermanos pequeños del Volcano), DaVinci IQ y Micro, PAX3 y Arizer Solo II, situándose todos ellos posiblemente entre los 10 mejores. Repito que merecerá la pena la inversión y cada sesión lo recordarás.
Entre los modelos de gama media-baja, destaca el Vital de X-Max, el vaporizador más vendido del mundo. Su precio es muy bajo, su calidad buena y el vapor bastante agradable.
Entre los modelos de sobremesa de gama alta destacarían los que ya hemos nombrado anteriormente. Volcano y Plenty de Storz&Bickel, Arizer Xtreme-Q y V-Tower, Sublimator (los Ferrari de los vaporizadores), De Verdamper con su preciosos vapos de vidrio…
Y entre los modelos de gama media-baja, podríamos incluir el VP350 y el VP210 (con función de llenado de globos como el Volcano) de Fuzion, o el Tiger Blow de Pure Smoke.
¿Calentamiento por convección o conducción?
Los sistemas que emplean la mayoría de vaporizadores para calentar la hierba son por conducción o convección. El calentamiento por conducción emplea una cazoleta donde se introduce hierba. La cazoleta se calienta y la hierba se vaporiza por el contacto con ella.
En los vaporizadores de convección, muy escasos, el calentamiento se produce por un flujo de aire que atraviesa la hierba. Son sin duda lo que más calidad de vapor ofrecen, y nos vamos de nuevo al Volcano como ejemplo de vaporizador por convección.
Existe un tercer grupo formado principalmente por los hermanos pequeños de Volcano, donde se emplea un híbrido conducción/convección.
Control de temperatura para la vaporización
Éste no es un aspecto muy importante, pero merece hablar de él. Los vaporizadores de cannabisque funcionan a una única temperatura ya escasean, y lo normal es encontrarnos con modelos que regulación de temperatura grado a grado, y modelos con temperaturas predefinidas.
Las diferencias son muy pocas, y pueden reducir costes tanto de fabricación como por parte del usuario.
La regulación grado a grado permite al usuario vaporizar a una temperatura exacta. Por ejemplo en un rango de 180 a 190º, puedes seleccionar cualquiera de las temperaturas intermedias.
Los vaporizadores con temperaturas predefinidas cuentan normalmente en intervalos de unos 10º, alguno más y otros menos.
Por ejemplo sólo contarían con las temperaturas 180-190-200-210 y 220º, o 185-200 y 215º, o muchas otras combinaciones, con más o menos rangos…