La marihuana conversa en exclusiva con Daniel Radío, jerarca de Uruguay dispuesto a discutir la apertura del turismo cannábico.
El 1 de marzo de 2020 Uruguay presentó a su nuevo gobierno.
Atrás habían quedado los 15 años de gobierno del Frente Amplio, recordado en el mundo entero por ser el primer gobierno progresista de este pequeño país.
También por dar inicio en Latinoamérica a una ola de gobiernos de izquierda o centro izquierda que conformaron un duro bastión durante una década.
Pero, sobretodo, el periodo es recordado por un personaje muy particular: José Pepe Mujica, mandatario durante y hacedor de una de las leyes más revolucionarias.
El 10 de diciembre de 2013 Uruguay aprobó una ley que regula el mercado de marihuana, la producción y comercialización (ambas controladas por el Estado).
También la tenencia y los usos recreativos y medicinales de la hierba, así como también las utilizaciones con fines industriales.
Con esto, Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en legalizar la venta y el cultivo de marihuana plenamente y Mujica escribió su nombre en la eternidad.
Luego, sobrevinieron años de burocracia, problemas de producción, y una reglamentación que demoró hasta julio de 2017 el expendio en farmacias.
La ley, y por consiguiente, la actividad toda quedaron fuertemente relacionadas al Frente Amplio y a la ciudad de Montevideo en particular.
El hecho que comenzó a cambiar las cosas fue el arribo de capitales extranjeros, en particular canadienses, que hicieron imaginar una gran industria en torno a la hierba.
Claro que no fue un camino exento de obstáculos; la férrea negativa de la banca internacional para otorgar préstamos de abrir cuentas a empresas sigue perjudicando la actividad.
Y poco a ayudado algo que en la previa parecía una salvación: la legalización en Canadá.
Con todo, llegó el gobierno del derechista Luis Lacalle Pou, y tanto actores como usuarios pronosticaron una densa nube negra sobre sus cabezas.
NUEVA ERA
Contra esos pronósticos el nuevo presidente puso un pie en el acelerador y abrió un camino que puede traer muchos dólares a Uruguay.
El primer gesto fue recibir a una delegación de la Cámara de Empresas de Cannabis Medicinal.
El segundo, firmar dos decretos que facilitaron un envío de 524 kilos de flores a Suiza a un precio promedio de 200 dólares el kilo.
La persona elegida por el mandatario uruguayo para agilizar la prometedora industria académica se llama Daniel Radío.
Médico de profesión, ex vicepresidente de la Comisión de Adicciones de la Cámara de Diputados y secretario nacional de Cuidados apenas asumió la nueva administración.
“nosotros somos los hacedores de nuestro destino”, dice el secretario general de la Junta Nacional de Drogas (JND) en exclusiva a LaMarihuana.
“Algunas cosas que nos pueden ayudar en el corto plazo a la larga podrían perjudicarnos”, dice al ser consultado sobre la posición de Uruguay en la región.
Y explica: “La producción de cannabis aumentaron en el mundo, no solamente en Uruguay, en toda América Latina y también en Europa, en Europa del este, particularmente”.
“Uruguay tiene algunos problemas con respecto a América Latina porque tiene desventajas comparativas”.
“Una es la impronta estacional que tiene el cultivo en nuestro país que en otros lados no es tan fuerte. La capacidad, la productividad va a ser menor en nuestro país”.
“Lo otro es el tema de los costos de producción, porque Uruguay tiene una mano de obra más cara y la energía más cara, los costos de producción en nuestro país son más altos”.
“Por lo tanto, la puesta de Uruguay tiene que ser la calidad y agregar valor”.
“Si no jugamos seriamente en eso, puede ser que en el corto plazo sea más lento pero, a la larga, es lo que no va a garantizar el éxito.
AGILIZACIÓN
Algunos actores del sector celebraron los decretos firmados por Lacalle Pou pero pidieron leyes más claras para exportar.
Incluso, calificaron aquella partida al exterior como una liquidación de stock y dijeron que las normas no son iguales para todos.
En definitiva, piden menos trabas burocráticas para poder operar.
“No sé si lo que hay que hacer es agilizar, por lo menos hay que pensar como se estandarizan los productos y como apostamos sobre todo a la calidad farmacéutica”, opina Radío.
“Tiene que haber una puesta importante por la calidad de farmacéutica, eso no es una trampa sino que es una apuesta a futuro”.
“Las normas reconocen otras posibilidades, la posibilidad vegetal, como no pero la puesta fuerte en términos económicos tiene que ser en calidad farmacéutica”, agrega.
TURISMO CANNÁBICO
Días atrás, Daniel Radío, también presidente del Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA), dejó entrever que está en estudio la posibilidad de implementar en Uruguay el turismo cannábico.
Precisamente, uno de los fantasmas proclamados por la entonces oposición antes de la legalización.
“Yo dije que era una cosa que había que estudiar y a partir de ahí me lo pusieron a mí”, aclara el cargo.
“Yo creo que estudiarlo eso, hay quién opina que capaz ya está pasando, que capaz ya viene gente a Uruguay buscando cannabis, como turista y capaz que consigue”, sugirió.
“Entonces, ¿por qué no blanqueamos?, entonces, ¿por qué no hacemos eso como una cosa seria?”, propuso Daniel Radio para Uruguay sobre el turismo cannábico.
“Pero eso implica dos tipos de cosas sobre las que hay que avanzar una es política, no puede hacerse si no hay un consenso político muy grande”.
“La otra es técnica, ¿Quién va a producir ese cannabis?, ¿Qué características va a tener?, ¿Cuánto porcentaje de THC va a tener?”
“También, ¿Dónde se va a vender, cómo van hacer los turistas, cómo van a garantizar su condición de turistas?”.
Las preguntas quedan en el aire, esperando que el propio Radío las responda para saber si en Sudamérica tendremos turismo cannábico.
O esperando que, cómo marca la tradición uruguaya, las respuestas las aporte el consenso entre actores de la sociedad civil y el gobierno.
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