Por Héctor Augusto Cabrera y Guerrero.
México se debate sobre medidas para combatir el narcotráfico y se desangra en una lucha contra el consumo de drogas, sigue el “ejemplo” imposición de Estados Unidos en que el gobierno federal prohibió el consumo de marihuana en el año de 1937,y siguiendo la política que al respecto dicto el gobierno estadounidense, que hace algunos días se cumplió el 40 aniversario de la Guerra de la fallida decretada por Nixon Contra las Drogas, sigue auspiciando disposiciones para una lucha frontal contra la producción y consumo de marihuana y de otras drogas.
Reconociendo tácitamente los resultados avalados por el fracaso evidente de esta lucha, en los Estados Unidos, se discute de forma abierta en los círculos políticos y en la opinión pública lo ilógico de esta guerra, y se analizan propuestas para enmendar este absurdo cierto.
Los miembros del Congreso están dando los primeros pasos para deslindar al gobierno federal del control de la marihuana, para ello presentaron ya una propuesta para legislar un cambio histórico contra la prohibición de la marihuana, que se inspira en la derogación de la ley seca. La marihuana es un bien económico que se ha ofertado y demandado, condicionado a las regulaciones que restringen su libre tránsito, por la vía ilegal se ha solventado la necesidad del mercado y satisfecho su consumo, independientemente del sistema. El consumo inusitado del alcohol en los tiempos de la prohibición, en Estados Unidos y su estrecha relación con la llamada Ley Seca, denoto una estrecha correlación con la delincuencia encargada de proporcionar el satisfactor y la corrupción que se dio para tolerar esa actividad por fuera de la ley, todos los esfuerzos que se hicieron para erradicar su consumo, solo transito a la consolidación del crimen organizado de aquel entonces. Y recordemos que la prohibición también era eludida mediante receta médica que permitía su consumo con fines de salud.
Los alcaldes de la nación aprobaron en el aniversario de la guerra fallida, propuestas para avalar la Legislación Federal, de revisar y reformar todo el sistema de justicia penal EE.UU, relacionado con la marihuana, por la razón de que sigue siendo la ley controlada por la Administración de Control Federal, conocida por sus siglas como la DEA, jurisdicción que se pretende transferir a la responsabilidad de los gobiernos estatales, para que puedan normar al respecto sin la injerencia federal. La decisión de legalizar la producción y consumo es un hecho, el eslogan es bautizado como “El acto de regular, controlar y cobrar impuestos”.
Estas proposiciones de resolución se producen a raíz del informe de la llamada Comisión Mundial sobre Políticas de Drogas que recomienda una importante reforma política de drogas, para la legalización de la marihuana.
Por el momento en los estados unidos en 16 estados y el distrito de Columbia han legalizado la marihuana para uso médico, y en 14 estados se ha despenalizado su consumo. Particularmente la ley ha sido laxa para el consumo de la cannabis en los Estados Unidos, el uso medicinal como ya lo enunciamos abarca tácitamente un espectro de usos medicinales, que prácticamente inducen al consumo necesario y justificado.
En el tiempo la aplicación de la ley que sanciona el consumo en los Estados Unidos ha sido un fracaso, estadísticamente durante décadas el gasto realizado para de arrestar a millones de de consumidores no se ha traducido en una disminución de su comercialización y estadísticamente se ha comprobado que su consumo continua en aumento. Se han gastado millones de dólares en el arresto, en el juicio y la prisión de un delito que no puede ser detenido. El Buro de Estadísticas Judiciales informa que más de 2 millones de personas bajo las leyes antinarcóticos fueron arrestados en los Estados Unidos y de ellos el 50% fueron por posesión de marihuana. Según datos de encuestas recientes un tercio de los norteamericanos han consumido marihuana, incluyendo al presidente y a varios ex presidentes, la cannabis es la droga preferida a nivel mundial, es la droga que más se produce en el mundo, y se ha cultivado durante siglos, con una tradición de consumo, que le atribuye a sus propiedades cannabinoides, una utilidad psicoactiva y se dice es consumida por más de 200 millones de personas. Para beneficio del consumo de marihuana, se señala que está indicada para el tratamiento de cáncer, leucemia, del glaucoma, migraña, insomnio, alcoholismo, artritis reumatoide, nauseas y vómitos asociados a la quimioterapia, arterioesclerosis, hipertensión, hepatitis y para muchos trastornos más. También estadísticamente si bien la marihuana ocupa el tercer lugar en consumo después del alcohol y el tabaco, es posible que si se legaliza su consumo con fines recreativos podría pasar a ocupar el primer lugar de este tipo de satisfactores.
En 1998 todos los países afiliados a las Naciones Unidas adoptaron la prohibición y su fin era para que se tomaran las medidas necesarias para reducir el consumo y demanda de drogas, los resultados están a la vista.
Los miembros del congreso de los estados unidos han presentado para su consideración una legislación que de ser aprobada será histórica; se suma a la de los alcaldes y a la de la Comisión Mundial, para poner fin a la guerra federal contra la marihuana y dejar que los estados de la unión se responsabilicen de legalizar y regular su consumo y recabar los impuestos de esta actividad.
Mientras tanto México se descompone en su lucha contra el narcotráfico, dejando una estela de cadáveres, se desgasta y deja de atender a otro tipo de delincuencia que nos afecta en toda nuestra vida social y económica, y hacen ver de manera evidente los absurdos que se dan en nuestro país, donde el tema es tratado como una lucha patriótica irreversible al consumo de marihuana. Se nos ha imbuido en una lucha que no nos corresponde lidiar, es verdadera mente contradictorio, el ver como se ha desangrado la frontera, en aras de impedir el tráfico de todo tipo drogas entre ellas la marihuana, que tiene una amplia tradición de producción en nuestro territorio y de la cocaína que nosotros no producimos, pero si servimos de puente para los consumidores que ocupan el primer lugar a nivel mundial. En nuestra frontera con Estados Unidos al norte y con Centro América al sur, la comercialización de las drogas representan un importante porcentaje del comercio, los criterios de regulación nos implican y ya debería existir una política pública con fines específicos para controlar el comercio de estupefacientes de manera licita.
Nuestro papel de seguir viviendo una realidad distinta al que impera en Estados Unidos, en donde de una u otra manera el consumo está permitido y ya se dan los primeros pasos para su legalización. Mientras que en nuestra frontera el país se desangra en la lucha por la siembra, venta y consumo, en el país del norte se comercializa ya de manera lícita en negocio multimillonario disfrazado de dispensarios médicos. Además en el país vecino, actualmente si se tolera el cultivo abierto la marihuana, se controla la producción y comercialización.
Los Estados Unidos ya se encaminan a legalizar el libre tránsito de marihuana, ejemplo que seguramente será seguido por otros países, con sus repercusiones a nivel mundial, ante este nuevo panorama.
Lo que podemos adelantar es que México debe estar preparado para actuar de inmediato ante las posibilidades de que los Estados Unidos se manifieste por la legalización de los enervantes, nos debemos ya no digamos a adelantar, tan solo actualizarnos con lo que ya acontece en el país del norte.
Fuente E-Consulta