El municipio de Florencia, capital del departamento de Caquetá y la ciudad más importante en el sureste de Colombia por su número de habitantes, ha sido noticia hace unos días. El motivo fue una incautación masiva de cannabis que en su final no salió como las autoridades desearon.
Todo comenzó con un operativo donde el Ejército y la Fuerza Aérea. También en colaboración con la Policía y Fiscalia, donde se intervinieron 900 kilos de cannabis. Éste pertenecía a la disidencia del frente armado 49 de las FARC, en el ayuntamiento de Solita, también en Caquetá.
La marihuana estaba envuelta en 15 grandes sacos y cuyo destino era Brasil. Siguiendo la ley en vigor, los militares con base en Florencia decidieron quemarla en el patio del batallón de Infantería Juananbú. En lugar de desplazarse, decidieron hacerlo en este lugar.
El general al mando del batallón ordenó cavar un gran hoyo. En él introdujeron el contenido de los 15 sacos y después, le prendieron fuego. Se ve que el general no tuvo en cuenta el factor climático, porque ese día el aire que soplaba en la localidad corría en su contra.
Una vez la hierba comenzó a ser devorada por grandes llamas, el humo se dirigió rápidamente a los barrios cercanos. Estos barrios son sobretodo de clase media, que reaccionaron de inmediato a esta repentina y densa niebla cannábica.
Mientras algunos vecinos se quejaron de inmediato en las redes sociales, otros celebraron esta degustación gratuita como reconocieron algunos de los asistentes de las ferias comerciales y ganaderas que ese día había en la ciudad.
Una militar del batallón justificaba: “Fue un error de planeamiento porque no contamos con la brisa. Estaba en contra de nosotros… Yo no sentí nada, me quedé dormida. Pero parece que había gente bastante contenta en el barrio de al lado”.
Ya lo dice el refrán, nunca sopla a gusto de todos.