Es ilegal poseerlo pero no se sabe de ningún arresto. Está en muchos hogares mexicanos. Se usa para aliviar dolores reumáticos y congestiones. Es un macerado de los cogollos de la planta
“Le tengo mucha fe, de verdad”, comenta una mujer mientras unta sus adoloridas piernas con un alcohol en el que maceró marihuana, remedio casero de las abuelas que sobrevive en México burlando la prohibición, aunque ahora se debate la despenalización de la hierba.
“Cuando estoy muy cansada me lo unto (el alcohol) en las piernas, los pies, en el cuerpo, es buenísima. Me puede faltar la sal pero la marihuana con alcohol no. Mi abuela siempre la acostumbraba”, relata esta ama de casa.
La tradición la sigue con hijos y nietos. Por ejemplo, coloca un algodón empapado en alcohol en el ombligo de los pequeños para bajar la temperatura o se los unta en pecho y espalda cuando tienen congestionadas las vías respiratorias.
En pleno debate
México bulle en torno al debate sobre la despenalización de la marihuana desde que en noviembre pasado, en un fallo inédito, la Suprema Corte autorizara a cuatro personas cultivar y consumir la hierba con fines recreativos.
Semanas antes, tras una batalla legal y una campaña mediática, los padres de Grace, niña de 8 años con un grave tipo de epilepsia, consiguieron autorización para importar un medicamento a base de cannabis.
Desde hace décadas muchos hogares mexicanos tienen, oculto en el armario, un misterioso frasco considerado el “remedio mágico” de las abuelas: cogollos de marihuana macerados en alcohol que pueden durar meses o años. Basta rellenar el líquido a medida que se consume.
La marihuana macerada en alcohol se usa para las reumas, dolores articulares y musculares. Es una medicina de abolengo, heredada de generación en generación
