En Alemania están cambiando poco a poco las cosas
Jan-Josef Ackermann, de Darmstadt, es titular desde 2013 de una exención para comprar en la farmacia cogollos medicinales de cannabis. Como no puede permitirse comprarlos en Alemania, a 15-20 euros, empezó a cultivarlos él mismo, y así se lo comunicó a la fiscalía. En el mismo escrito solicitaba a las autoridades policiales, junto con el doctor Grotenhermen, el médico que le trataba, que se abstuvieran de procesarle penalmente debido a su situación excepcional. Como era de esperar, la comunicación de Ackermann dio pie a que registraran su casa y le requisaran 21 plantas de cannabis. Las subsiguientes reclamaciones del afectado y su abogado contra el registro domiciliario fueron desestimadas por el juzgado de primera instancia competente al considerarlas infundadas, por lo que Ackermann recurrió al Tribunal Constitucional en Karlsruhe. La tercera cámara de magistrados, que se ocupó del caso, sentenció el 11 de febrero que el registro domiciliario había sido anticonstitucional y, por tanto, también la incautación de las plantas, ya que no había habido un examen individual del caso. Así pues, el procedimiento de las fuerzas del Estado contravino el Artículo 13 de la Constitución.
Fundamentos de la sentencia y nuevo juicio
El Juzgado de Primera Instancia renuncia en la orden de registro a cualquier fundamentación individual, pese a que así lo habría requerido la particular situación de salud del recurrente, su falta de recursos, que impide una terapia adecuada y con prescripción facultativa, y su autodenuncia. Falta por completo una evaluación de la proporcionalidad. (…) Por consiguiente, tanto la orden de incautación del Juzgado de Primera Instancia como la ratificación de la decisión del Tribunal Territorial son asimismo anticonstitucionales“,
argumentan los jueces en su veredicto unánime.
Con esta sentencia de fondo, ahora el caso deberá ser visto de nuevo por el Juzgado de Primera Instancia competente de Darmstadt. Aunque no se trata para nada de una sentencia absolutoria para el acusado, sí que es una victoria indiscutible para los pacientes tratados con cannabis de Alemania. Significa que el cultivo de esta planta entre pacientes en situación de desamparo no es necesariamente razón para un registro domiciliario. Según el doctor Franjo Grotenhermen, ahora impera la “inviolabilidad del domicilio incluso en caso de pacientes que cultivan cannabis para su propio consumo“, según escribe en el Huffington Post.
“Esta decisión aumenta también la presión sobre los políticos para que garanticen un suficiente abastecimiento de productos del cannabis a la población. Tras la sentencia del Tribunal Administrativo de Colonia del 22 de julio de 2014, según la cual la Agencia Nacional del Opio debe conceder excepciones para permitir el autocultivo en determinados casos, el Tribunal Constitucional ha propinado otra sonora bofetada al legislador por su inacción”,
continúa Grotenhermen.
La Ley del Control del Cannabis
También a nivel político se ha hecho más ahora que en los últimos diez años. Los verdes, si bien llevan 40 años pidiendo la relegalización, han tenido hasta ahora muchas dificultades a la hora de concretar en hechos sus grandilocuentes palabras. Pero desde que el presidente Cem Özdemir se dejó fotografiar dos veces públicamente con una planta de cannabis, cada vez es más recurrente el tema en la tercera fuerza política de Alemania. Así, el grupo parlamentario presentó el 4 de marzo de 2015 un proyecto de ley para la regulación de un mercado legal. Se trata de la primera vez que políticos nacionales de alto nivel piensan seriamente sobre los detalles de un mercado del cannabis legal, cosa que hasta ahora solo se había dado a nivel de estado federado. La vicepresidenta del grupo parlamentario Katja Dörner y el portavoz sobre drogas del grupo Harald Terpe presentaron en una rueda de prensa la Ley del Control del Cannabis, que será llevada al Parlamento en marzo. Aunque lo cierto es que no tiene ninguna posibilidad de ser aprobada por el gobierno dirigido por la coalición CDU/SPD, el Parlamento se verá obligado por primera vez a debatir objetivamente sobre el cannabis.
Puntos principales de la Ley de Control del Cannabis
Las ideas más importantes del documento se parecen como mucho al modelo de Uruguay, ya que los verdes no quieren una aplicación tan liberal como la de Colorado o Alaska:
-Los adultos podrán poseer legalmente hasta 30 gramos de productos del cannabis.
Será legal el cultivo de hasta tres plantas. Si se cosechan más de 30 gramos, se podrán almacenar como reserva para el consumo personal.
-El Estado concederá licencias para comercios especializados y los someterá a controles estrictos. En general se prohibirá la entrada a los menores de 18 años. Para el cultivo, producción y venta de productos del cannabis existirá obligación de documentación y notificación.
-A los cogollos de cannabis se les deberá aplicar criterios de control como los de los alimentos o los medicamentos (límites máximos de pesticidas y mohos, envasado seguro, datos pormenorizados sobre el contenido, cantidad de principio activo, prohibición del uso de técnicas de modificación genética, etc.).
-El límite para conducir será, como en Colorado o el estado de Washington, de 5 ng THC/ml en sangre.
-Por cada gramo vendido de hachís o hierba irán al Estado entre cuatro y seis euros, no pudiendo superar el precio del mercado negro.
-Pasados cuatro años se deberá evaluar la experiencia y adaptar la ley en caso necesario.
-A pesar de tener 70 páginas, los detalles del proyecto dejan muchas cuestiones sin resolver, pero en líneas generales el tren va en la dirección correcta. Por Micha