En la alimentación de un cultivo de cannabis, lo más importante son los abonos base. Esencialmente se componen como dice su nombre, de los nutrientes básicos que una planta necesita para su desarrollo. Éstos son:
- Macronutrientes primarios: nitrógeno, fósforo y potasio.
- Macronutrientes secundarios: calcio, magnesio y azufre.
- Micronutrientes: hierro, manganeso, cobre, cobalto, molibdeno, boro, zinc, níquel.
Todos y cada uno de ellos son de gran importancia y la ausencia de uno podría desencadenar una mala asimilación de otro. Y a su vez éste de otro u otros más. Esta clasificación tan sólo se refiere a la demanda de cada grupo, siendo nitrógeno, fósforo y potasio los que más consume la planta a lo largo de su vida, y el grupo de micronutrientes que su demanda es muy pequeña y no suelen presentar problemas a lo largo de un cultivo.
Así que tenemos que en un abono base, los nutrientes que predominan son los macronutrientes primarios (el famoso NPK). A continuación los macronutrientes secundarios, de los que cabe destacar varios aspectos. Tanto el calcio como el magnesio son dos nutrientes presentes en prácticamente todas las aguas. Su concentración depende normalmente de la estructura del suelo. En suelos calcáreos, la concentración de calcio y magnesio es muy elevada.
Los fabricantes de abonos suelen poner unas cantidades de estos dos nutrientes bastante bajas. En caso de que el cultivador parte de un agua dura, habrá menos riesgo de sufrir un exceso de calcio y magnesio. Por la contra si el cultivador parte de un agua blanda, lo más probable es que las cantidades sean escasas y se deba usar un complejo de calcio y magnesio.
Para terminar, las cantidades de micronutrientes que contiene cualquier abono. Como decimos, a lo largo de un cultivo de cannabis la planta no debería presentar ninguna carencia de micronutrientes a no ser que sea debido a una mala asimilación de nutrientes por culpa del pH.
TIPOS DE ABONOS
Abono de crecimiento y de floración: son los abonos más típicos, cómodos y usados. Grow y Bloom, Crecimiento y Floración… Normalmente el de crecimiento tiene altos niveles en nitrógeno y potasio, indispensables para el desarrollo vegetativo y para un buen enraizado. El de floración presenta más cantidad de fósforo y potasio, nutrientes relacionados directamente con la formación y engorde de los cogollos.
Abono en 1 parte: es un único abono tanto para la fase de crecimiento como la de floración. Los porcentajes de NPK son equilibrados para ambas, pero en nuestra opinión no son la mejor opción. Aunque para el cultivador que busque la comodidad sin duda son muy interesantes.
Abono en 2 partes: son los típicos A+B, 1+2, A&B… Y nos los podemos encontrar como A+B para crecimiento y A+B para floración, o A+B para crecimiento y floración. La razón de separar los nutrientes en diferentes envases, es que algunos de ellos pueden reaccionar entre sí, como el calcio y el azufre que forma un precipitado. De esta manera, la unión de todos ellos se produce en el momento de preparar la solución nutriente.
Abono en 3 partes: son los típicos Micro, Grow y Bloom. Son los que al cultivador le permiten más licencias y ajustar la alimentación en cada momento. Simplemente modificando las dosis de Grow y Bloom, ajustaremos la cantidad de NPK ideal para crecimiento y floración, mientras Micro aporta los micronutrientes necesarios. De igual modo que los A+B, la unión de los nutrientes que podrían reaccionar entre sí, se produce en el momento de preparar el abono.