Siempre que comienza una nueva temporada de cultivo, quien más y quien menos habrá sufrido alguna baja, bien una semilla que no germina o que muere al poco tiempo de germinar. Ésto es algo bastante habitual y un contratiempo importante. Y puede haberse debido a algo puntual, o a un error que si no corregimos nos sucederá una y otra vez. Los motivos pueden ser varios y los trataremos en nuestro post de hoy.
MUERTE DE UNA SEMILLA ANTES DE GERMINAR
Si una semilla no germina, es decir que ni tan siquiera llega a abrirse en temporada, principalmente se debe a que está muerta. Generalmente es más a un problema de conservación de las semillas, que a semillas con varios años. Los propios bancos cuando realizan los test de germinación de alguna variedad con cientos de semillas, es prácticamente imposible que germinen absolutamente todas. La única manera de saber si una semilla germinará, es intentando germinarla.
MUERTE DE UNA SEMILLA DURANTE LA GERMINACIÓN
Los motivos suelen ser varios, pero el principal es no darle a las semillas unas condiciones óptimas para la germinación. Una semilla para germinar requiere una humedad relativa muy elevada, una temperatura en torno a los 20-24º y oscuridad. Es por ello que uno de los sistemas para germinar más empleados es en servilletas de papel humedecidas en el interior de un recipiente con tapa, y en lugar templado. Si se pierde humedad en el medio o la temperatura es más elevada o inferior a lo óptimo, toda semilla tendrá más dificultades para germinar.
Otro motivo es de ataque de patógenos. Algunas variedades son más resistentes y otras más sensibles a estos ataques. Para evitarlo, siempre que manipulemos una semilla debemos lavarnos bien las manos, así como todo recipiente que vayamos a usar para germinar, macetas y por supuesto usar siempre un buen sustrato si decidimos germinar directamente en él. En muchas ocasiones un mal sustrato es una fuente de patógenos en sí.
MUERTE DE LA PLÁNTULA
La falta o exceso de agua son causas habituales de la muerte de una planta recién nacida, sin olvidarnos por supuesto del llamado Dumping Off (mal del semillero marchitamiento fúngico). Es bastante común que de un momento a otro nos encontremos las pequeñas plántulas con el tallo doblado y tumbadas sobre el sustrato. Se trata de una enfermedad causada por uno o varios hongos entre los que se encuentran Botrytis, Phythium, Fusarium o Esclerotinia.
Las esporas de estos hongos generalmente se encuentran en todo tipo de sustrato sin esterilizar, especialmente alimentándose de materia orgánica sin descomponer. Además condiciones de humedad alta, temperaturas elevadas, falta de ventilación o sustrato siempre encharcado, favorecerán su aparición. El Damping Off ataca al tallo de la planta próximo al sustrato, en la zona rasa del sustrato, lo que lo debilita y es la razón de que la planta termine tumbándose. Esto sucede en temporada o fuera de ella.