Por Miguel Gimeno.- En la naturaleza coexisten dos fuerzas dinámicas y opuestas como son las fuerzas de regeneración y las fuerzas de degeneración.
Evidentemente las fuerzas de regeneración son fuerzas que crean y sostienen la vida, manteniendo la buena salud, y por tanto siendo fuerzas productivas, beneficiosas y vitales. Por el contrario, las fuerzas degenerativas son fuerzas de destrucción, creadoras de crisis y caos, y en última instancia causantes de la muerte, son por tanto, fuerzas contraproducentes, patogénicas y necróticas.
Tales fuerzas de tal magnitud son, aunque parezca mentira, controladas en todos sus procesos por minúsculos seres imposibles de ser vistos por el ojo humano, a menos que se disponga de microscopio, tales seres son los llamados microorganismos. Las investigaciones en biología con Microorganismos que ayuden a mejorar diversos procesos como son los de carácter agrícola, medioambiental y sanitario están a la orden del día. La ciencia se está dando cuenta del terrible problema mundial que adolece la tierra en relación con estos temas y de la importancia de un necesario cambio en la conducta humana para frenar y paliar los mismos, tomando como fuente de información y modelo a seguir a la propia naturaleza, ya que desde los más remotos tiempos de la creación del planeta Tierra, éste ha pasado de tener una atmósfera contaminante llena de letales gases a tener una atmósfera rica en Oxígeno donde se pudo desarrollar la vida, y todo gracias a los microorganismos que limpiaron el agua, la tierra y la atmósfera para convertir la tierra en el astro Celeste que hoy conocemos.
¿Qué es la Tecnología E.M. y quién fue su descubridor?
Si cabe destacar alguna investigación relacionada con microorganismos con la intención de mejorar la vida del planeta y sus habitantes son las llevadas a cabo por el profesor Teruo Higa. El profesor Teruo Higa, oriundo de la isla Okinawa (Japón), está graduado en el departamento de Agricultura de la Universidad de Ryukyus, Doctorado ante el Departamento de Investigación Agrícola de la Universidad de Kyushu, es presidente del Comité Ejecutivo de Internacional Spreading of Nature Farmin, Presidente de Asia-Pacific Natural agricultura Network, Director de la Foundation for Earth Environement, Asesor Tecnológico de Japan Flower Association, Director del Internacional Nature Farming Research Center, Consultor Científico para la Association Clearing of Japan´s Water y Consultor de Japan Laser Medical Treatment Society y colabora con Tribunal de Flowers in City Development and Constructions, y el propio Ministerio Japonés de Agricultura.
El profesor Higa durante sus investigaciones con Microorganismos se centró en el estudio aislado de diversos microorganismos, obteniendo resultados desesperanzadores pero, como es común en la gran mayoría de descubrimientos, por casualidad descubrió que combinandolos era la solución para poder desarrollar su teoría, y así lo consiguió tras arduos estudios. Sabiendo que el suelo puede contener varios miles de especies de microorganismos (hoy en día siguen sin conocerse todas), la inmensa mayoría de estos microorganismos son considerados como oportunistas, lo que significan que tienden a imitar a un líder. De ahí dedujo que los microorganismos que verdaderamente determinan la evolución o involución de las cosas son los dominantes, los líderes, aquellos que son imitados por la gran masa de microorganismos oportunistas. Y según sea el tipo de líder dedujo que los procesos que éstos desencadenarían serían de carácter regenerativo o de carácter degenerativo.
De tal descubrimiento, obviamente, su camino fue el de investigar a aquellos que son capaces de desencadenar procesos de regeneración ante situaciones tremendamente adversas. Aquellos microorganismos que desencadenan procesos de regeneración son los llamados microorganismos anabióticos, y en el lado opuestos aquellos que son causantes de procesos degenerativos se les conoce con el nombre de microorganismos degenerativos o patogénicos. Los microorganismos utilizados son microorganismos anabióticos de los grupos entre otros de bacterias fotosintéticas, bacterias de ácido láctico, levaduras, hongos, y actinomycetes efectivas, algunas de las cuales son aeróbicas (respiran oxígeno), mientras que otras son anaeróbias. Cuando una combinación de dichos microorganismos se hallan presentes en un suelo y proliferan en cantidad suficiente, produce un aumento de los niveles de antioxidación y de las concentraciones de energía, lo que se traduce con una mejora en los procesos nutritivos, purificando el aire y el agua contenidos en el mismo, conllevando así a una intensificación en el crecimiento de las plantas que se desarrollan sobre el mismo, y mejorando la calidad vital y productiva de los cultivos. A esta mezcla de microorganismos beneficiosos que descubrió el profesor Higa la denominó Microorganismos Efectivos (E.M. de sus siglas en inglés “Éffective Microorganism”), y a la técnica y aplicación de los mismos la nombró como Tecnología E.M.
El profesor Teruo Higa en su ligro “Una revolución para salvar la Tierra” habla de parte de sus investigaciones en el campo de cereales, sobre todo el arroz (alimento básico en Japón y casi toda Asia). La producción media de arroz en Japón con métodos agrícolas convencionales (con uso de abonos y plaguicidas químicos de síntesis) ronda los 540 kilos por 1000 m2, mientras que la mayor producción alcanzada en una granja de Japón con métodos convencionales es de 870 kilos/1000 m2. El profesor Higa en sus investigaciones de campo ha constatado que en pocos años introduciendo el uso de E.M. las cosechas han aumentado hasta los 870 kg/1000 m2, que era la mayor producción obtenida nunca en Japón. Pero la cosa no queda sólo ahí, en sus estudios llegaron a alcanzar, bajo condiciones experimentales, la producción máxima de 1650 kg/1000 m2. Pero las investigaciones no sólo quedaron concentradas en los cereales, también se aplicó la Tecnología E.M. en diversos tipos de cultivos tanto frutales como hortícolas, los resultados fueron sorprendentes de 30 a 300 tomates por plantas en variedades de tomates de tamaño pequeño, de un pepino por nodo a tener tres o cuatro,…., hechos que podríamos definir casi como inauditos en agricultura, salvo excepcionales rarezas que la naturaleza a veces nos brinda.
Otra grata característica de los Microorganismos Efectivos viene dado por la composición de sus secreciones, ya que contienen una elevada proporción de nutrientes necesarios para un correcto y saludable desarrollo tanto de plantas como de animales. Cabe destacar de entre tales nutrientes a una serie de aminoácidos, ácidos orgánicos, polisacáridos, enzimas, vitaminas,…
Aplicaciones de la Tecnología E.M.
El deterioramiento y la degeneración son débidos a los procesos de oxidación. La oxidación es causante de crisis y colapsos. El oxígeno activado, no el que inhalan nuestros pulmones, así como elementos ionizados, como el cloro (Cl), el óxido de nitrógeno, y el sulfato poseen una fuerte acción antioxidante. También los fertilizantes químicos de síntesis artificial y plaguicidas y herbicidas agrícolas son agentes oxidantes de un extremado poder.
El agua posee la propiedad denominada memoria del agua, que es una condición innata a transferir, trasladar o imitar información. Si el agua de lluvia está contaminada, indudablemente, contaminará todo aquello de lo que forma parte con posterioridad, a menos que sea expuesta a los rayos del sol y al ozono, en cuyo caso se erradicaría dicha información heredada. El resultado de este proceso es la contaminación de las aguas subterráneas, que incluso aunque las sometamos a procesos de destilación o ebullición no se borraría completamente la información.
Los E.M. tienen la pecularidad de erradicar, deletear, borrar, la información contenida en multitud de sustancias. Esto se ha comprobado en los ecosistemas forestales y agrícolas, donde la presencia de niveles lo suficientemente altos de E.M. regenera y purifica el agua subterránea.
La continua oxidación es la tónica de vida de nuestra sociedad, sometidas a continuos factores oxidantes como la polución medioambiental, la contaminación de la cadena alimenticia y el uso de contínuos fármacos químicos contribuyen a agudizar el fenómeno de la oxidación. Esto se evitaría si regularmente incorporáramos a nuestra dieta mayor cantidad de alimentos antioxidantes. Los E.M. tiene otra gran característica que es la de producir antioxidantes.
Los metales pesados que se hallan presentes en suelos sometidos a un alto índice de oxidación presentan una clara tendencia a ser ionizados, y por tanto volviéndose demasiado solubles lo que provoca que sean absorbidos con excesiva facilidad. Por el contrario, en los suelos donde hay altos niveles de antioxidantes los metales pesados tienen a volver a su estado molecular, lo que los convierte en tremendamente pesados, mucho más que el agua naturalmente, por lo que ésta los arrastrará a perfiles del suelo más profundos, donde tendrán una menor posibilidad de ser absorbidos por las plantas y reduciendo el riesgo de generar toxicidad.
Los insectos fitófagos (que se alimentan de plantas) tienen una mayor predilección por las sustancias oxidadas, esto hace que sean menos de su agrado plantas que se desarrollen en tierras con altos índices de antioxidación, es más, las puestas de huevos de insectos perjudiciales sobre plantas con capacidad de antioxidación no pasan de la etapa de huevo, no llegando tan siquiera ni a eclosionar. Sin embargo, cuando se trata de la fauna auxiliar (insectos beneficiosos de nuestros cultivos), como éstos son en su mayoría carnívoros presentan un sistema de enzimas distinto, por lo que los altos niveles de antioxidación no sólo es que no les perturba en absoluto, sino que además llega a aumentar su potencial biótico, lo que se traduce en una mejora del crecimiento y un aumento en la proliferación.
Un dato importante para poder entender la importancia de las sustancias antioxidantes la tenemos en los animales carroñeros que comiendo sustancias podridas y contaminadas no les produce ningún efecto negativo. Claramente la clave está en la capacidad de estos seres de segregar sustancias antioxidantes como las vitaminas C y E, entre otras.
Las raíces de las plantas que se desarrollan en suelos tratados con E.M. son más resistentes y elásticas, a la vez, y ni se pudren ni se mueren con facilidad. La obtención de raíces fuertes y resistentes aumenta la eficacia de las plantas a la hora de la absorción de los nutrientes tanto.
Los suelos tratados con E.M. se vuelven equilibrados, es decir, aquellos suelos arcillosos se tornan más mullidos y ligeros, aquellos demasiado aireados más compactos y con mayor capacidad de retener agua, tanto los suelos ácidos como alcalinos se convierten en neutros, contrarestando así su excesiva polaridad. Es más en suelos pantanosos llega a mejorar el drenaje, e incluso aunque este continúe hanegado, en cuyo caso asegura un mínimo de aireación para prevenir daños en cosecha.
Los procesos de antioxidación desencadenados por los E.M. son devidos principalmente a dos elementos, como son las propias sustancias antioxidantes que segregan los microorganismos, y la emisión de ondas generadas por estos mismos, como las bacterias fotosintéticas (que pueden producir sustancias como vitaminas C y E).
Otra clara cualidad de los E.M. es la de actuar como potente desodorante en procesos de descomposición, erradica totalmente los malos olores, debido en gran parte a los actinomycetes que son los responsables de olor a recién llovido de la tierra. Esta cualidad se utiliza en depuración de aguas residuales, pudiendo estas volver a ser reutilizadas en diversos ciclos, desodoración y limpieza de fosas sépticas y en ganadería, lo que reduce la contaminación de las aguas subterráneas, y como además de eliminar el mal olor acelera la descomposición se muestra como un gran aliado en el proceso de compostaje de la materia orgánica para uso agrícola, reduciendo el tiempo de maduración y nos quita de tener que voltear la pila de compost, pues los E.M. actúan también en situaciones anaeróbicas.
Como ya he citado anteriormente, otra clara función de los E.M. es la de agentes limpiadores de la Naturaleza, son capaces de devolver a su estructura molecular original sustancias ionizadas. El deterioro en el Medio Ambienta está causada por un pronunciado incrementado de los niveles de oxidación. Claros ejemplos de focos oxidantes son los gases que despiden los escapes de los vehículos motorizados, las emisiones de las centrales nucleares, y las contaminantes plantas de producción de nuestro sistema industrial. Las sustancias que provocan oxidación son conocidas con el nombre de radicales libres (palabra tan de moda dentro del mundo de la cosmética), y su presencia está aumentando en un elevado número en nuestro medio ambiente. Podríamos decir que el radical libre más potente son los rayos ultravioletas, y en la forma humano-artificial es la terrible radioactividad. Y en el lado opuesto a ellos, y como única arma a utilizar, tenemos a los agentes antioxidantes, entre los que se presente como uno de los bastiones los E.M. Prueba su uso y se quedas satisfecho no dudes en compartir tus experiencias con tus allegados, nos queda una ardua tarea de antioxidar el planeta.
El profesor Higa cita seis ventajas, de mucho peso, en la aplicación de E.M.:
1. No contiene fármacos agrícolas, ni pesticidas, ni fertilizantes artificiales.
2. Controla totalmente las malas hierbas sin usar herbicidas.
3. No necesita arar ni preparar el suelo antes de la siembra.
4. Es bueno y seguro para el medio ambiente.
5. Mejora eficazmente la calidad de las cosechas y la producción.
6. Garantiza estabilidad económica.
Con un simple vistazo se puede observar que los E.M. casan totalmente con la práctica de la Agricultura Ecológica, que hasta el día de hoy ve en la precaria productividad un crucial obstáculo que superar, hecho que según los estudios llevados a cabo por el equipo del Profesor Higa ha quedado más que superado.
Aplicaciones en Cannabis de los E.M.
Los E.M. no es que se puedan, sino que se deben utilizar tanto en cultivos de cannabis como en cualquier otra clase de cultivo sea agrícola, forestal, ornamental,…, o cual otro destino tenga. Tras lo que hemos comentado sobre los E.M. se pueden extraer diversas aplicaciones para mejorar los cultivos caseros de cannabis.
Como ya hemos remarcado, la característica más loable de los E.M. es su alto poder antioxidante, y de él podemos aprovecharnos los cannabicultores. En un principio sería más que interesante introducir los E.M en todo cultivo que se realice en macetas, tanto interior como exterior. Si algo es sabido por todo cannabicultor es la poca perduración de la cualidad de retención de agua de los sustratos comerciales, con el tiempo apenas retienen un poco del agua de riego. Esto quiere decir que están excesivamente aireados, lo que conlleva a una elevada concentración de Oxígeno en el sustrato, produciéndose así una peligrosa situación de excesiva oxidación en el medio de cultivo. Si a esto le añadimos que se cultiva en interior con luz artificial, se traduce en una acentuado aumento de los niveles de oxidación con la presencia contínua de corrientes de aire provocadas por los intractores, extractores y ventiladores, así como de las radiaciones caloríficas y luminosas emitidas por las lámparas.
Los microorganismos amortiguan la oxidación al tiempo que alimentan a las plantas con sus secreciones. Mejoran la capacidad de retención hídrica del substrato, que conlleva a una disminución de la concentración de oxígeno en el mismo, ya que la cantidad de aire y agua en el suelo son inversamente proporcionales. Esto conlleva a una mejora en el crecimiento y desarrollo natural de las plantas, aumentando así de forma positiva las producciones.
La aceleración de los procesos de compostaje es otro factor que no debemos dejar de lado los cannabicultores. Si nuestra intención es realizar nuestros propios abonos tanto líquidos, como sólidos, y para crecimiento o floración, los E.M. además de eliminar los malos olores acelera la descomposición de abonos orgánicos que de otra forma su procesado se haría muy lento y necesitaríamos de más de una temporada para dejarlo listo, como es el caso de añadir pezuñas o huesos animales, que contiene altos niveles de fósforo y es ideal para la fase de floración.
Otra cualidad es la aumentar el potencial biótico de la fauna auxiliar, lo que resulta muy positivo a la hora de realizar sueltas de predadores que controlen la presencia de insectos fitófagos que se alimenten de cannabis, hecho cada vez más extendido en cannabicultura de interior. Algo que hemos observado durante dos años de uso es la disminución en el gasto de abonos y lo que es más importante la disminución de la población de insectos de gusanos del cogollo (expodóptera exigua), hasta niveles tan ínfimos que no ha sido preciso realizar tratamiento alguno con Bacillus Thurighensis durante toda la fase de floración de esta última cosecha. También sería muy interesante el uso de E.M. en cultivos furtivos donde las plantas se hallan expuestas a las inclemencias climáticas y prolongados períodos de estrés hídrico. Con todo ello, no cabe más que animarnos a probar con estos pequeños seres dotados de tanta actividad.
Por Miguel Gimeno
One Response
se aplica a la tierra donde esta la planta o a la planta en si? e oido que cumplen funcion de repelente de plagas y veo algunas ojas “picadas” (con pequeños agujeros), viene el em activado pronto para aplicar o conviene diluirlo con agua?, el agua salobre es muy mala para regar? gracias, disculpe la ignorancia, gracias.