En Randburg, Johannesburgo, hay un local donde se puede fumar marihuana mientras se escucha buena música de los años 90, RnB y Hip-Hop.
El 420 Dagga Café ya lleva un año funcionando, aunque ha cambiado de lugar. Anteriormente se encontraba en el centro financiero del país, Sandton. El nombre 420, es una referencia al cannabis de Estados Unidos y ya prácticamente de todo el mundo.
Para acceder al local, que esta en la parte superior y por lo tanto hay que subir por una escalera, te recibe un cartel que dice: “Sandton View Coffee House y Bar. Hogar de Phaze Karaoke”.
Al entrar en el local, el portero te registra para asegurarse de que nadie accede con su propia hierba. Los porros se fuman libremente en el “coffeeshop”, con la única condición de que el cannabis se adquiera en el local.
Cuando ya se ha accedido y en primer lugar, un camarero se acerca y te dice “¿Son ustedes visitantes por primera vez? Tenemos reglas en el local. Pedir la bebida e iros a sentaros a una mesa. Luego os llevaré el menú “.
Precios para todos los gustos
Las mesas están decoradas indistintamente con motivos cannabicos. Después de un breve espacio de tiempo aparece el camarero llega con el menú y con las diferentes variedades de marihuana que se pueden adquirir. Los precios van desde 100 Rands (6, 28 euros) sudafricanos a 1.000 Rands (62,8 euros).Si abonas en metálico, no te cobran un 10% extra que si te cobrarían si pagas con tarjeta de crédito. Después de abonar la factura al camarero y al cabo de un corto espacio de tiempo, éste regresa con los gramos de hierba elegidos.
En el local, los clientes consumen en distintas formas como porros, bongs, alimentos infundidos. También en la misma barra se puede encontrar una maquina de palomitas para los que les gusta picar entre fumada y fumada. Y, si se quiere comer algo, el local también dispone de hamburguesas, bocadillos, tostadas, quesos fritos, papas fritas y más tentempiés.
También, al estar el local en la primera planta, se tiene una pequeña terraza o balcón donde parece ser que siempre esta atiborrado de clientes. Este “coffeeshop sudafricano” tiene clientes a todas horas. Por la mañana, para los que gustan del desayuno y “mañanero”. Para los que les gusta ir a la hora del bocadillo matinal o almuerzo. Y también, para los nocturnos que quieren ver la noche a través de sus ventanas o esperar al cierre.
Varios billares para entretenerse
Para los que les gusta disfrutar de los juegos de salón, el local cuenta con tres billares donde nunca falta “el fumeta” que gusta de mirar fijamente la partida, a los jugadores o que simplemente se ha quedado “encajado”. Y, si, siempre buen ambiente, buen olor y carcajadas.
Al salir del local y muy amablemente, siempre el portero y los camareros te demuestran su buena educación deseándote un buen día, buena tarde o buena noche; y esperando volver a verte.
Aunque no esta claro la legalidad de este local de compra y consumo de dagga, si que opera abiertamente como el primer local “oficial”. En Sudáfrica, el consumo de cannabis está legalizado por un fallo del Tribunal Constitucional en 2018. Aunque, no se permite legalmente comercializar con la dagga.
La investigadora de criminología de la Universidad de Ciudad del Cabo, Anine Kriegler, señaló en 2018 que el Parlamento sudafricano debe detallar la sentencia judicial antes de un nuevo sistema regulatorio.
“Significativamente, el cambio legal se produjo después de un desafío legal en apoyo del derecho a la privacidad. No fue resultado del voto popular o de un cambio en la política del gobierno, basado en los principios de salud pública.”... Algunas de las cuestiones clave que deberán abordarse incluyen hasta qué punto se extiende la privacidad, exactamente qué productos deberían regularse, cómo se protegerá a los no usuarios y qué hacer con el mercado criminal existente”, dijo
Marcos legales distintos
Los marcos legales que podrían ser evaluados por los legisladores sudafricanos incluirían el desarrollo del sistema comercializado en partes de los EEUU, y donde las empresas venden cannabis de manera muy similar al alcohol. El recientemente aprobado en Canadá y que sus provincias lo regulan. Y, otro sería el modelo medicalizado de Uruguay, donde el cannabis se puede comprar sin receta en farmacias.
También, otros como Jamaica tienen limites de posesión de 56.6 gramos y el cultivo de hasta cinco plantas en cualquier local. En Colombia son 20 gramos o hasta 20 plantas.
“Una pregunta importante es si Sudáfrica permitirá que los clubes sociales de cannabis, estructuras para la producción sin fines de lucro y la distribución de cannabis entre un grupo cerrado de adultos”, dijo Kriegler. Este es el “modelo español”. Ella agrega: “Tales clubes deberían disfrutar de la misma protección en base a la privacidad, aunque su regulación introduce complicaciones adicionales”.