Finlandia es un país situado en el frío extremo norte de Europa, donde sólo pueden crecer unos tipos de cannabis muy limitados. Sin embargo, Finlandia tiene una larga historia de uso del cáñamo, aunque la actitud hacia las drogas ilegales sigue siendo regresiva, y las leyes del cannabis son relativamente duras para los estándares europeos.
Legalidad de la Posesión, Venta y Cultivo de Cannabis
Consumo y Posesión de Cannabis
Según el código penal de Finlandia, el consumo de drogas ilegales se castiga con una multa o con un máximo de seis meses de cárcel. Si el delito se considera ” menor” (es decir, tiene que ver con una pequeña cantidad, destinada al uso personal y no existen circunstancias agravantes), la sanción puede no aplicarse. Dicha sanción no varía en función del tipo de sustancia en cuestión; por lo tanto, el cannabis está sujeto a las mismas penas que la heroína y todas las demás drogas ilegales.
Sorprendentemente, parece que Finlandia no distingue legalmente entre la posesión, la venta y el cultivo de drogas. En su lugar, todos los delitos de este tipo se consideran sencillamente delitos de drogas. El castigo básico para un “simple” delito de drogas oscila de una multa hasta un máximo de 2 años de prisión, mientras que un delito de drogas con agravantes acarrea una pena de 1 a 10 años de prisión.
Sin embargo, la legislación finlandesa también estipula que en las “circunstancias agravantes” se incluyen las grandes cantidades de una droga, grandes ganancias financieras, la participación en el crimen organizado, o las sustancias consideradas como “muy peligrosas”. Como el cannabis no se considera “muy peligroso”, en la práctica es poco probable que un infractor sea condenado a las penas más altas, a menos que la cantidad en cuestión sea especialmente grande.
Además de esto, hay una diferenciación legal en la legislación finlandesa que se aplica a la posesión de pequeñas cantidades destinadas al consumo personal. Para tales casos, la pena varía desde una multa hasta un máximo de 6 meses de prisión. Por lo tanto, la posesión de pequeñas cantidades se trata igual que el consumo, y como ocurre con los delitos de consumo, las penas pueden no aplicarse si el delito se considera menor.
Venta de Cannabis
Como ya se ha mencionado antes, la venta de cannabis en Finlandia se trata de la misma forma que la posesión, y simplemente se clasifica como un “delito de drogas”. Por lo tanto, la venta de cannabis se castiga con hasta 2 años de prisión, y en el caso de que existan circunstancias agravantes, la pena podrá aumentarse de 1 a 10 años de cárcel.
Mientras que el cannabis no se diferencia legalmente de cualquier otra droga, no se considera que sea una droga “muy peligrosa”, por lo que a menos que el delito implique sobre todo grandes cantidades, es poco probable que se impongan las penas más elevadas. Sin embargo, en el caso de los delitos relacionados con el suministro, no existe la posibilidad de que el castigo no se aplique, incluso si la cantidad en cuestión es pequeña.
El cannabis está disponible de manera inconsistente en Finlandia, con la mayoría de las importaciones principales que llegan en forma de hachís de Dinamarca, que está más cerca (y una parte mucho más importante de) las principales rutas internacionales de tráfico de drogas. Sin embargo, la escena del cultivo doméstico asegura que el país no depende totalmente de las importaciones. Asimismo, parece que el cultivo doméstico va en aumento, e incluso puede haber superado a las importaciones en los últimos años.
Cultivo de Cannabis
Una vez más, la producción de cualquier droga, incluido el cannabis, se considera un delito de drogas, y se castiga con hasta 2 años de prisión. Sin embargo, puede ser posible lograr una pena más leve (es decir, una multa o un máximo de 6 meses de prisión) si la cantidad en cuestión se considerará pequeña y destinada para el consumo personal.
Al parecer, generalmente, las autoridades han adoptado una actitud muy dura contra el cultivo de cannabis, ya que se ha informado de redadas en tiendas de venta de equipos de cultivo de cannabis en varias ocasiones. Además, es importante tener en cuenta que la venta de semillas de cannabis es ilegal en Finlandia, y la mayoría de los cultivadores del país las compran en el extranjero o a otros cultivadores.
En 2011, la Revista European Addiction Research informaba de que los cultivadores finlandeses favorecen el cultivo en interior (nada sorprendente, dado el clima de Finlandia) y las pequeñas parcelas, y por lo general son ellos mismos quienes consumen ese cannabis. El informe también señalaba que existen el doble de probabilidades de que los finlandeses cultiven cannabis con fines medicinales que sus vecinos cercanos los daneses, y que los cultivadores de cannabis son más comunes en Finlandia que en Dinamarca (que depende aún en mayor medida del hachís importado, y está muy bien situada para recibirlo).
Cannabis Medicinal en Finlandia
El cannabis medicinal es legal en algunas formas en Finlandia, pero el país se encuentra todavía muy lejos de la legalización completa del cannabis medicinal. En 2008, el gobierno finlandés aprobó una ley que permite la prescripción, en base a cada caso, de cannabis medicinal que se iba a suministrar en forma de hierba de cannabis o marihuana de Bedrocan importada de los Países Bajos. Desde entonces, las autoridades han concedido a varias decenas de personas el derecho a acceder al cannabis Bedrocan. El cannabis se prescribe solamente cuando todas las demás opciones de tratamiento han fracasado, y sólo está aprobado para un pequeño abanico de enfermedades que incluyen el dolor causado por el cáncer, la esclerosis múltiple, la lesión de la médula espinal, y el tratamiento del glaucoma.
El preparado farmacéutico de cannabis Sativex, fabricado por la compañía británica GW Pharmaceuticals, ha estado disponible legalmente en Finlandia desde mayo de 2012. Incluso antes de su aprobación, un grupo selecto de personas tuvieron acceso a Sativex bajo las leyes de marihuana medicinal existentes en marcha desde 2008.
La oficina de licencias médicas finlandesa Fimea aprobó Sativex en diciembre de 2012, pero no está claro cuántos pacientes han recibido el medicamento desde entonces. Una vez que se aprobó mediante el procedimiento europeo de autorización central (que de forma simultánea, lo legalizó en otros 9 países), se convirtió en para los médicos podían prescribir legalmente el fármaco sin pasar por el requisito de buscar licencias individuales del gobierno para cada paciente. Seis meses después de Sativex fuese aprobado formalmente, se informó de que sólo se había recetado el fármaco a 25 personas, aunque parece que no se dispone de cifras actualizadas.
Sativex ha recibido críticas por su elevado precio (650€ por 3 botellas de spray, que contienen cada una 10ml, o 100 aplicaciones) comparado con otras formas de cannabis. En el blog de MS-Potilas (que documenta el uso del cannabis medicinal por parte de un paciente y activista de EM), se informaba de que podría obtenerse una cantidad equivalente de THC a partir de sólo 5 gramos de cannabis Bedrocan a un coste de poco más de 70€ (14€ el gramo). Por lo tanto, si estas cifras son exactas, Sativex es casi 10 veces más caro que la hierba de cannabis Bedrocan, en lo que respecta al contenido de THC.
Además, MS-Potilas también tomaba nota de que, incluso para los pacientes que necesitan preparados con un alto contenido en CBD, la variedad Bediol de Bedrocan proporciona la misma cantidad de CBD que 3 botellas de spray de Sativex a un coste de 143€ (por 10 gramos a 14,30€ el gramo), por lo que Sativex sale 4 veces más caro en lo que respecta al contenido de CBD. También se observaba que el cultivo del cannabis en casa es mucho más barato que cualquiera de las formas legalmente permitidas, con unos costes de producción estimados en sólo 1€ el gramo.
En 2011, se comunicaba que el número de individuos en Finlandia con acceso al cannabis medicinal ascendía sólo a 62. En 2012, la cifra casi se había duplicado a 123, y parece que el número de pacientes de cannabis medicinal no ha dejado de aumentar desde entonces.
Historia del Cannabis en Finlandia
No está claro cuando llegó el cannabis por primera vez a Finlandia. Hay muchas pruebas (en forma de granos de polen prehistóricos que datan de una fecha tan lejana como el 4000 AEC) que sugieren que las plantas de la familia Cannabaceaehan estado presentes en Finlandia desde hace varios miles de años, pero generalmente se cree que la mayoría de los primeros ejemplos de polen Cannabaceae proceden en realidad de plantas de lúpulo silvestres, en lugar de cannabis.
Aproximadamente a partir del 800 EC en adelante, los signos de cannabis se hacen más evidentes, sobre todo en forma de semillas de cáñamo halladas en excavaciones arqueológicas en el suroeste del país. Se hallaron semillas que datan del período vikingo (entre 800 y 1050 EC) en Ahvenanmaa, una gran isla situada entre Finlandia y Suecia, que se cree que es uno de los primeros sitios de cultivo de cannabis en Finlandia. A partir del 1100-1500 EC, las excavaciones han aportado restos de semillas que indican que el cannabis se usaba de forma generalizada y constante durante todo el período.
No aparecen pruebas irrefutables del cultivo de cannabis intencionado en Finlandia hasta los siglos XV y XVI, cuando comienzan a aparecer los primeros signos de una industria en ciernes de fibras de cáñamo en los registros históricos fiscales y de impuestos especiales.
Algunos han argumentado que el cannabis se llevó a Finlandia en torno a este tiempo desde Rusia a través de la región fronteriza de Carelia. Sin embargo, se sabe que el cultivo de cáñamo ya se había establecido en torno al 800-400 AEC en gran parte de Europa, por lo que es probable que por lo menos se produjese algún cultivo intencionado en Finlandia antes de que apareciesen los primeros registros históricos. También es posible que el este de Finlandia conociese primero el cannabis traído de Rusia, mientras que el sur de Finlandia ya había sido colonizado por variedades en expansión por toda Europa central.
Lo que es cierto es que ya en los siglos XVIII y XIX, el cáñamo era el principal cultivo en Finlandia, con una producción muy superior al de su rival más cercano, el lino. En el este de Finlandia sobre todo, los agricultores de cáñamo de la región desarrollaron una gran pericia, lo que les permitió hilar fibras de gran calidad, incluso más finas que las del lino. Sin embargo, cuando empezó el siglo XX, la industria del cáñamo en Finlandia ya había comenzado a decaer.
Cáñamo Industrial en Finlandia
A pesar de que la industria del cáñamo ha tenido una importancia sin precedentes durante la mayor parte de la historia de Finlandia, el siglo XX marcó el comienzo de un período de rápido declive, a medida que los cultivos de fibras alternativos (y menos mano de obra intensiva) incluido el lino y el algodón, comenzaron a registrar un gran auge. A medida que avanzaba el siglo XX, la aprobación de varias leyes contra el cáñamo en todo el mundo consolidó el declive, y ya en la década de 1950 se cultivaba muy poco cáñamo en Finlandia, más allá de pequeños jardines privados.
Sin embargo, a diferencia de la mayor parte del resto del mundo, Finlandia nunca ha aprobado ninguna ley específica que prohíba el cultivo de cáñamo, por lo que en la práctica nunca se extinguió del todo, sobre todo en algunas de las áreas rurales más apartadas del país. Luego, en la década de 1990, a medida que las actitudes globales hacia el cáñamo empezaron a cambiar una vez más, Finlandia experimentó un renacimiento de la industria del cáñamo y, desde entonces, ha crecido hasta convertirse en uno de los países que más ha contribuido a la economía mundial del cáñamo.
Finlandia es especialmente conocida en el mundo del cáñamo por desarrollar variedades de cáñamo resistentes como Finola, el nombre comercial de un cultivar fuerte y resistente, entre otras cosas a las heladas, que prospera en altas latitudes septentrionales. Desarrollada en 1995, Finola se incorporó a la lista de cultivos subvencionados de la UE en 2003, y desde entonces se ha convertido en una de las variedades de cáñamo más importantes del mundo.
Sin embargo, el éxito de Finola no ha sido fácil. Hubo una fuerte resistencia inicial de los representantes de la UE a la inclusión inicial de Finola, y en 2006, una serie de muestras presentaron niveles de THC mayores que el permitido de 0,2%. Por lo tanto, Finola fue retirada de la lista de cultivos subvencionados, para volver a ser incluida en 2013, tras la campaña intensiva de los cultivadores y activistas del cáñamo de Finlandia y de otros países.
by Seshata