En Polonia, el consumo de drogas no se considera un delito, pero la simple posesión se castiga con un máximo de tres años de prisión. En los casos que implican una “cantidad importante de drogas”, las penas van de uno a diez años de cárcel. En los casos de “menor gravedad”, la sentencia máxima es de un año de prisión.
A nivel jurídico, no se diferencia el cannabis de cualquier otra droga, y los casos relacionados con el cannabis representan aproximadamente la mitad de todos los delitos de posesión de drogas en Polonia.
En diciembre de 2011, se modificaron las leyes relativas a las drogas de Polonia para dar a los fiscales la opción de abandonar las causas de posesión de pequeñas cantidades personales y no emprender más medidas.
Esto ha tenido un efecto importante en el número de casos que ha dejado la Oficina del Fiscal General. Según los datos disponibles, los fiscales decidieron retirar los cargos en 4.273 casos en 2014 – unos 1.100 más que en 2013. En 2012, la acusación retiró los cargos en poco más de 2.100 casos, junto con otras 160 causas que se retiraron en los tribunales.
Sin embargo, drogriporter.hu informa de que el número de casos desestimados en 2012 representaba sólo el 11,3 por ciento de los 18.441 detenciones totales por posesión de ese año, y que el 79% de los casos de posesión de cannabis llevados a los tribunales implicaban cantidades de tres gramos o menos.
Venta de Cannabis
Una vez más, el cannabis no se distingue de cualquier otra droga cuando se trata de la venta, el suministro y el tráfico. La importación, exportación y venta de drogas se castiga con hasta cinco años de prisión, o en casos de “menor gravedad”, hasta con un año.
Los delitos que implican una cantidad sustancial de drogas o que se han cometido con el fin de conseguir beneficios económicos están penados con un mínimo de tres años de prisión. La introducción de drogas en circulación (suministro al por mayor) se castiga con una pena de seis meses hasta ocho años de cárcel.
En los casos en los que el acusado es adicto a una droga (y cuando el delito se castiga con no más de cinco años de prisión), el fiscal puede optar por suspender el procedimiento si el acusado se compromete voluntariamente a someterse a tratamiento de su adicción.
Cultivo de Cannabis
Resulta raro que Polonia tenga leyes específicas relacionadas con el cultivo de drogas ilegales, mientras que muchos otros países europeos no distinguen entre el cultivo y otras formas de producción. Sin embargo, el cultivo de cannabis no se diferencia del cultivo de opio o coca – cualquiera de esos delitos se castiga con hasta tres años de cárcel. El cultivo en grandes cantidades se castiga con penas de seis meses a ocho años de reclusión.
El 4 de noviembre de 2014, el Tribunal Constitucional de Polonia tuvo en cuenta el recurso presentado por un cultivador de cannabis condenado a una sentencia condicional en 2012 por el cultivo de cantidades personales de cannabis.
El demandante argumentó que “la prohibición del cultivo y posesión de cannabis constituye la limitación más fuerte posible de la autonomía individual en la toma de decisiones”. Sin embargo, en diciembre de 2014, el Tribunal confirmó la legitimidad de la ley – aunque señalaba que “las decisiones del poder legislativo deben basarse en la investigación multifacética…y en la experiencia de otros países”, lo que indica que las leyes de despenalización también podrían ser constitucionales.
En marzo de 2015, se tuvo conocimiento de que la policía estaba tomando medidas enérgicas contra plantaciones ilegales de cannabis, y había realizado varias detenciones. En un caso, un hombre de 49 años de edad fue detenido por el cultivo de unas sesenta plantas de cannabis en su establo convertido en cuarto de cultivo. En otro caso, la policía de Silesia llevó a cabo una redada en un instalación con temperatura controlada que contenía 300 plantas de cannabis.
Cannabis Medicinal en Polonia
A partir de 2012, se aprueban tres medicamentos derivados del cannabis en Polonia: Bediol, Bedrocan y Sativex. Bedrocan y Bediol se utilizan para tratar la epilepsia resistente a los medicamentos en los niños, mientras que Sativex está aprobado para la espasticidad muscular asociada con la esclerosis múltiple.
Bediol y Bedrocan se importan de los Países Bajos de manera específica para cada paciente (mediante un sistema conocido como “importación preasignada”), mientras que Sativex lo puede recetar un médico y conseguirse en algunas farmacias en Polonia. Con respecto a Bediol y Bedrocan, las importaciones deben ser aprobadas por el Ministerio de Sanidad. En la práctica, puede resultar difícil obtener el permiso, y los costes de los tratamientos pueden ser prohibitivos.
Sin embargo, actualmente, la legislación del cannabis medicinal experimenta cambios importantes en Polonia. En abril de 2015, el Tribunal Constitucional realizó una serie de recomendaciones al Parlamento en relación con la regulación del cannabis medicinal – afirmando que la evidencia científica confirmaba su potencial médico, en particular para el tratamiento de los efectos secundarios de la quimioterapia.
Una encuesta realizada en julio de 2015 indicaba que los polacos están muy a favor de permitir el uso del cannabis medicinal, con un 68 por ciento a favor.
En 2015, se presentaron tres proyectos de ley relativos al cannabis medicinal ante el Parlamento polaco – dos estaban relacionados con el uso del “aceite de Rick Simpson”; el tercero, propuesto por el Vicepresidente Wanda Nowicka, se centraba en permitir el cultivo de cannabis para uso medicinal y personal.
Por otra parte, en 2015, el Children’s Memorial Health Institute (Instituto de Salud Infantil) de Varsovia prohibió a un neurólogo, Marek Bachanski, llevar a cabo un tratamiento experimental basado en el cannabis de la epilepsia infantil, lo que demuestra que la tendencia progresista aún no es universal.
El partido conservador de derechas Law and Justice (Ley y Justicia) llegó al poder en las últimas elecciones generales, consiguiendo una mayoría segura. Su candidato, Jaroslaw Kaczynski, que se convirtió en el presidente del país, ha otorgado al nuevo gobierno una gran cantidad de poder ejecutivo en un país con una larga historia de gobiernos de coalición.
Este día se recibió como un día negro para el cannabis y el activismo cannábico en Polonia. Sin duda, el partido no está a favor del uso recreativo del cannabis ni de otras drogas. No obstante, en marzo de 2016, el nuevo gobierno polaco anunció una sorprendente decisión – hacer que el cannabis medicinal sea más barato y más accesible a los pacientes.
Desde que se tomó dicha decisión histórica, es posible recibir un reembolso total de los productos farmacéuticos a base de cannabis medicinal obtenidos con el permiso del Ministerio de Sanidad mediante el sistema de “importación preasignada”.
Anteriormente, el gasto derivado de una prescripción de cannabis medicinal superaba los 2.500 zlotys (570 €) – lo que equivale a más de la mitad del sueldo medio en Polonia.
“Esta es una decisión sorprendente, pero muy buena, del gobierno actual. Gracias a ella, muchos pacientes podrán continuar el tratamiento con el uso de medicamentos que contienen cannabis medicinal, sin incurrir en gastos enormes”, comentó Marek Bachanski, el médico al que se prohibió utilizar cannabis medicinal para tratar a niños que sufren epilepsia.
El viceministro de Justicia, Patryk Jaki, también valoró de manera positiva la decisión del Ministerio, con estas palabras: “Todos los pacientes, incluidos los niños enfermos, saldrán beneficiados”.
Sin embargo, el requisito de la aprobación del Ministerio de Sanidad para cada caso individual significa que el acceso al cannabis medicinal en Polonia todavía representa un desafío para el paciente, y significa que, en la práctica, el número de pacientes que reciben Bedrocan y Bediol de los Países Bajos seguirá siendo limitado.
Historia del Cannabis en Polonia
El cáñamo, que se conoce como konopie en polaco, es un cultivo que posee una historia extensa y destacada en el país. De hecho, Polonia fue uno de los pocos países que siguió produciendo cáñamo legal a lo largo del siglo XX. Sus usos son muy variados y están profundamente arraigados en el folklore y tradición locales, que se remontan en algunos casos a las antiguas tribus eslavas que originalmente se asentaron la zona***.
La revista Cannabis Culture informa de que algunos miembros de la generación de más edad están “familiarizados con el uso de té de cannabis como agente terapéutico y medicina”. Estas personas son “muy conscientes de que las variedades modernas de cáñamo polacas no producen ningún nivel significativo de sustancias que alteren la mente” y sin embargo “no veían nada malo en cultivar una pequeña parcela de su propio cannabis medicinal, por lo general rudelaris.
Otros reservaban un lugar en sus jardines traseros para un par de plantas, basándose únicamente en su valor decorativo”. Muchas de esas personas mayores también podrían recordar “vívidamente los exuberantes e imponentes campos de cáñamo, que formaban parte de su paisaje cuando eran jóvenes”.
Antes de la década de 1950, se cultivaban más de cincuenta mil hectáreas de cáñamo anualmente en Polonia. Hoy en día, los campos de cáñamo son mucho menos frecuentes – en los años 50, la industria del cáñamo mundial que quedaba sufrió un importante declive debido a la competencia de las fibras sintéticas.
Sin embargo, de vez en cuando pueden verse plantas rudelaris creciendo de forma silvestre por todo el campo polaco. Estas plantas de baja estatura y tupidas suelen tener un contenido bajo en cannabinoides, aunque algunas pueden contener cantidades lo suficientemente grandes para ser de interés medicinal o recreativo.
Cáñamo Industrial en Polonia
Después de la década de 1950, la industria del cáñamo en Polonia siguió disminuyendo durante décadas, sufriendo la competencia tanto de las fibras sintéticas como del yute barato importado de China. La caída y eventual colapso en 1991 de la Unión Soviética –que anteriormente había sido el mayor comprador de cáñamo de Polonia – precipitaron el declive.
En 1995, la superficie de tierras cultivadas de cáñamo se había reducido a sólo tres mil hectáreas. Ya en el año 2014, se cultivaban poco más de un centenar de hectáreas, un descenso terrible de la cifra previa a 1950 de más de cincuenta mil hectáreas.
Pero entonces, justo cuando la situación parecía ser crítica, un repentino aumento del interés en el cultivo de cáñamo en Polonia incrementó el área de cultivo de 2015 hasta aproximadamente 1.400 hectáreas. Por otra parte, el Ministerio de Agricultura ha reservado casi cinco mil hectáreas para el cultivo de cáñamo a la luz de los aumentos previstos en la demanda. Si este objetivo se cumple, Polonia se convertiría en el segundo mayor productor de cáñamo de Europa (sólo superada por Francia, que produjo diez mil hectáreas en 2014).
Una serie de ayudas de la UE para el cáñamo están fomentando el aumento de la producción, destinada a descontaminar el medio ambiente, apoyar la economía rural y promocionar el uso industrial de productos agrícolas como el cáñamo y el lino. El aumento del interés también refleja una tendencia general en Europa y fuera de sus fronteras, señala el Dr. Przemyslaw Baraniecki del Instituto de Fibras Naturales de Polonia, quien afirma que su organización recibe cada vez un mayor número de solicitudes de semillas de cáñamo, tanto de compradores nacionales como extranjeros.
Para recibir las ayudas de la UE, los agricultores deben cultivar de acuerdo con una estricta serie de criterios, y estar en posesión de una licencia válida concedida por las autoridades locales. Los agricultores deben poseer, y no arrendar el terreno, en el que tienen la intención de cultivar cáñamo, y tienen que disponer de contratos previos para la venta de los materiales cosechados antes de comenzar la siembra.
El Instituto de Fibras Naturales reconoce cinco variedades de cáñamo: Bialobrzeskie, Beniko, Tygra, Wojko y Greater. Son cultivos de fibras monoicas que están bien adaptadas a las condiciones climáticas y del suelo polaco.
Activismo del Cannabis y Cáñamo en Polonia
En mayo de 2011, una manifestación a favor del cannabis organizada por Free Hemp Initiative, como parte de la Marcha Mundial de la Marihuana de marzo, terminó con la detención de cuarenta manifestantes por posesión de drogas y otros delitos públicos.
La manifestación contó con la participación de hasta seis mil personas, que se manifestaban a favor la posesión de hasta treinta gramos de cannabis para uso personal, el permiso para cultivar tres plantas de cannabis en casa, y una amnistía para las personas encarceladas por posesión de cannabis.
Los arrestos se produjeron días después de que se introdujese la enmienda de 2011 a la legislación de drogas de Polonia que permitía evitar los procesos judiciales a las personas sorprendidas en posesión de cantidades personales de drogas.
Al año siguiente, se volvió a celebrar en Varsovia la Marcha del Cáñamo anual que, según los informes, atrajo a más de veinte mil asistentes. Desde entonces, se han celebrado marchas y manifestaciones cada año, aunque la asistencia no siempre ha sido tan alta.
En abril del año pasado, el vicepresidente de Free Hemp Initiative, Jakub Gajewski, fue detenido por la importación ilegal de aceite de cannabis de los Países Bajos con el fin de tratar el cáncer de un familiar enfermo. Actualmente se encuentra en espera de juicio.
by Seshata