Grecia posee una larga historia de producción de cannabis, y antes de la época de la prohibición, este país del sur de Europa también producía hachís de gran calidad que se exportaba por toda Europa. A día de hoy, todavía quedan algunos focos de cultivo de cannabis, aunque las leyes vigentes son muy duras si se comparan con las del resto de Europa.
Grecia posee una larga historia de producción de cannabis, y antes de la época de la prohibición, este país del sur de Europa también producía hachís de gran calidad que se exportaba por toda Europa. A día de hoy, todavía quedan algunos focos de cultivo de cannabis, aunque las leyes vigentes son muy duras si se comparan con las del resto de Europa.
Aspectos Legales relativos al Consumo, Posesión y Cultivo de Cannabis
Consumo y Posesión de Cannabis
En 2013, la legislación griega relativa a las drogas se modificó de manera significativa y, desde entonces, se muestra más permisiva con los consumidores de drogas. Según la legislación vigente, los individuos a los que se sorprenda consumiendo y en posesión de cannabis (de cantidades consideradas por los tribunales como destinadas para uso personal) son condenados a una pena de prisión no superior a cinco meses. Las leyes griegas no hacen ninguna distinción entre el cannabis y otras drogas ilegales a la hora de imponer las penas.
Esta pena privativa de libertad puede suspenderse o no aplicarse en determinadas circunstancias, por ejemplo, si se puede argumentar que el incidente fue un primer hecho aislado y no es probable que vuelva a ocurrir. Por otra parte, el episodio no quedará registrado en la ficha policial del individuo, siempre y cuando no se vuelva a cometer un delito similar en un plazo de cinco años.
Estas leyes siguen resultando severas cuando se comparan con la normativa europea, pero antes de 2013, la situación era aún más extrema. En 1987, se aprobó una importante legislación de drogas, que hizo que el país estuviera en consonancia con los tratados internacionales (Convención Única sobre Estupefacientes, 1961; Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas, 1971) y que además distinguía entre adictos y no adictos, argumentando que hay que tratar a los primeros con más tolerancia y proporcionarles tratamiento en vez de castigarles. Sin embargo, las penas para los consumidores ocasionales, no adictos, eran draconianas, con penas máximas de hasta cinco años de prisión, incluso para pequeñas cantidades.
La legislación de 1987 se reformó varias veces, por lo general, de modo que las sanciones fueran menos severas para los consumidores. Sin embargo, incluso la modificación de 2009 (la más reciente antes de 2013) establecía el límite de posesión personal en tan sólo 0,5 gramos. La enmienda de 2013 eliminaba dicho límite, y dejaba en manos de los tribunales la decisión de si la cantidad de cannabis incautada estaba destinada para el consumo personal.
Venta de Cannabis
La venta (denominada “tráfico” en la legislación) de cannabis o de cualquier otra droga se castiga con una pena de prisión mínima de ocho años, además de una multa que va de 50.000 € a 500.000 € (hasta un máximo de 1.000.000 € en determinadas circunstancias).
En 1999, se introdujo una enmienda a la legislación de 1987 que reducía las penas para las personas sorprendidas traficando con pequeñas cantidades de drogas, sobre todo si se podía demostrar que el principal objetivo del delito era el de facilitar el consumo personal. En tales casos, podía imponerse una condena mínima de seis meses, que también se podía conmutar por una sentencia condicional o una orden de tratamiento obligatorio. Sin embargo, en la práctica, puede resultar difícil demostrar que la venta está exclusivamente destinada a facilitar el consumo personal, y habitualmente se imponían condenas largas incluso para cantidades relativamente pequeñas.
A pesar de que el cannabis no se clasifica por separado del resto de drogas, no se califica como “droga peligrosa” (en la práctica, parece que sólo la heroína recibe esta distinción), y por lo tanto, no es objeto de las penas máximas absolutas para el tráfico de drogas ilegales, que van de diez años a cadena perpetua.
Cultivo de Cannabis
La legislación griega establece que las personas sorprendidas cultivando cannabis serán condenadas a un máximo de cinco meses de prisión, si se puede demostrar que la cantidad cultivada era sólo para uso personal. Si no puede demostrarse que dicha cantidad es para uso personal, entonces se condenará al individuo a las mismas penas que se imponen por la venta y el tráfico, es decir, una pena de prisión de ocho, o más, años y una posible multa de 50.000 € a 500.000 € (hasta 1.000.000 € en determinadas circunstancias).
Aunque las leyes relativas al cultivo son relativamente duras en la Europa de hoy, el cannabis recibe un tratamiento independiente al de otras drogas cultivadas, como la amapola.
A pesar de la severidad de su legislación vigente, Grecia cuenta una historia larga y destacada como productor de cannabis de gran calidad. En particular, se sabe que la región del sur conocida como el Peloponeso (cuya capital es Kalamata) ha conservado a lo largo del tiempo un gran patrimonio de genéticas locales que tienen una gran reputación por su calidad casi sin precedentes.
La variedad local de Kalamata es una hermosa sativa que presenta cogollos largos y compactos, aroma a limón y a pino, y un efecto descrito como “psicodélico”, que provoca la risa y extremadamente potente. Suele decirse que se parece a las sativas de las variedades locales africanas en su estructura, aroma y efecto, y se ha utilizado como base de diversas variedades comerciales de interior (aunque como sativa de gran tamaño que se cultiva principalmente en exterior, incluso sus cruces pueden ser difíciles de controlar).
Además de Kalamata, la isla de Creta es conocida por sus cultivos ilegales de cannabis en las montañas, tanto es así que se la llaman “la Colombia griega” – aunque esto también se debe mucho al aparente hábito de los isleños de disparar, para proteger los cultivos de cannabis, con fusiles de alto calibre a ¡cualquier helicóptero de la policía o del ejército que “pase por encima de sus cabezas”!
En 2008, tres agentes recibieron disparos de cultivadores de cannabis armados con AK-47 (dejando a uno de ellos en estado crítico con una herida grave en la cabeza) durante una operación policial en una plantación a unos 15 kilómetros de Heraklion, la capital de Creta. Sólo siete meses antes, se había producido un incidente similar en el que tres agentes recibieron disparos de los cultivadores de cannabis, esta vez, mientras se dirigían a la jefatura de policía.
Historia del Cannabis en Grecia
Los textos históricos sugieren que los griegos conocieron el cannabis por sus propiedades medicinales durante por lo menos 2.500 años, y sin duda se había cultivado por su fibra durante mucho más tiempo. Heródoto, un reconocido estudioso e historiador que vivió entre 484-425 AEC, observó que el cannabis se cultivaba para obtener la fibra, y también tomó nota de que el cannabis crecía silvestre en Tracia (una región del norte de Grecia).
Heródoto también describió a los famosos jinetes nómadas escitas que quemaban cannabis e inhalaban sus vapores con el fin de experimentar su efecto psicoactivo, lo que implica que el cannabis era, sin duda, también conocido por sus propiedades embriagadoras.
Los registros indican que el hachís apareció por primera vez en Grecia en la primera parte del siglo XIX, cuando los griegos ortodoxos que se desplazaban, debido a la Guerra de Independencia griega contra el Imperio Otomano, huyendo de las tierras controladas por los otomanos, llevaron consigo su costumbre de consumir hachís.
Después de la desintegración del Imperio Otomano, la posterior guerra entre Grecia y la nación turca de nueva creación (1919-1922) provocó que se produjeran intercambios masivos de población de etnia griega que habían habitado en zonas de Turquía (en concreto, en la región conocida como Anatolia o Antalya) y de etnias turcas que se habían asentado en Grecia.
Los griegos de Anatolia llevaron sus costumbres de fumar hachís a medida que emigraban, además de sus tradiciones musicales y culinarias. Además, los soldados griegos que regresaban después de haber estado luchando en Turquía también llevaron de vuelta estas costumbres, recién adquiridas.
Sin embargo, las autoridades griegas no se sentían precisamente cómodas con esta situación. Parece que el primer decreto oficial que se publicó en contra del consumo de hachís fue en 1890, cuando el Departamento del Interior emitió un decreto prohibiendo la importación, venta o consumo de hachís, alegando que constituye “una amenaza inminente para la sociedad”. Desde entonces, las leyes relativas a las drogas en general se fueron volviendo cada vez más severas.
Para encontrar un análisis profundo y excelente de la historia de la marihuana y el hachís en Grecia, lee Sociocultural and Epidemiological Aspects of Hashish Use in Greece (Aspectos Socioculturales y Epidemiológicos del Consumo de Hachís en Grecia), de C. Stefanis.
Cannabis Medicinal en Grecia
El uso medicinal del cannabis se ha descrito en varios textos históricos que datan de alrededor del año 100 EC en adelante. El primer médico griego en hacer mención clara del cannabis como medicina fue Dioscórides, que afirma en suMateria Medica que el “Kannabis” era “una planta de mucha utilidad en esta vida para elaborar cuerdas muy resistentes, que tiene hojas como las del fresno, y mal olor (repele a los insectos), tallos largos y vacíos, una semilla redonda, que en caso de ingerirse reduce la actividad sexual, pero que si se hace zumo cuando está verde, es buena para el dolor de oídos”.
Actualmente, Grecia no cuenta con una legislación relativa al cannabis medicinal de ningún tipo, a diferencia de la mayoría de los miembros de la Unión Europea, y parece que se han realizado pocos esfuerzos para introducirla en el parlamento. Aunque existe una animada subcultura del consumo de cannabis ilegal, el público griego en general sigue sin ver con buenos ojos el consumo de drogas, y no conoce el potencial del cannabis en la medicina.
A principios de febrero de 2016, se ha comunicado que veinte miembros de la coalición gobernante de Grecia SYRIZA han presentado un proyecto de ley para la legalización completa del cannabis medicinal y farmacéutico. Sin embargo, tras leer más detenidamente el proyecto de ley, parece que se pide solamente la legalización de las variantes del cannabis con bajo contenido en THC, que deberían llamarse cáñamo industrial en vez de cannabis medicinal (aunque el beneficio medicinal puede derivarse de sus aceites y resinas).
Los parlamentarios que han presentado el proyecto de ley se han expresado en términos de “cáñamo industrial” y, al parecer, no han mencionado en absoluto el cannabis medicinal. A decir verdad, han hecho una distinción entre cáñamo y cannabis con un alto contenido en THC, afirmando que “en Grecia, el público todavía no tiene claro que el cáñamo industrial no tiene nada que ver con la marihuana, ya que ésta contiene el 16% de la sustancia psicoactiva THC, mientras que el cáñamo sólo contiene el 0,2%”.
Cáñamo Industrial en Grecia
La actitud regresiva de Grecia con respecto al cannabis se pone de manifiesto sobre todo cuando se considera el ejemplo del cáñamo, el subtipo industrial del cannabis con un bajo contenido en THC.
En el año 2000, la Comisión Europea se quejó de que Grecia estaba utilizando sus leyes anti cannabis para bloquear la venta legítima de productos de cáñamo, ¡como el papel y los textiles! Un portavoz de la Comisión declaró: “Parte del problema es que, en griego, la palabra cannabis se refiere tanto a la droga ilegal y como a la planta de cáñamo, cuyo uso … es completamente legal”. Por consiguiente, la Comisión pidió a Grecia que levantara estas restricciones “inapropiadas”, que constituyen una “barrera al libre comercio”.
Aún más escandaloso es el caso de una mujer que, en julio de 2008, fue detenida por la policía griega, de forma violenta, por el “delito” de recibir un cargamento de proteína de cáñamo en polvo en su oficina de correos local. La mujer, una instructora especialista en nutrición y yoga llamada Anna Korakaki, fue llevada a una comisaría de policía y retenida durante toda la noche para ser interrogada, mientras se registraba su apartamento de arriba a abajo.
Durante la investigación posterior, las pruebas realizadas por las autoridades griegas, aparentemente, detectaron rastros de THC en el polvo de cáñamo, por lo que equivale a cannabis y, por tanto, está sujeto a las mismas penas previstas en la legislación griega. Debido a esto, Korakaki fue acusada de cuatro cargos de posesión, y tiene que pasar a firmar obligatoriamente por su comisaría de policía local todos los meses. A partir de 2016, no está claro cuál será el resultado del caso, pero parece que Korakaki ahora vive en Bélgica.
A pesar de todo esto, hay señales de que Grecia está empezando a deshacerse de su pasado represivo y, poco a poco, pone en práctica nuevas estrategias. El proyecto de ley respaldado por SYRIZA, antes mencionado, para legalizar el cáñamo industrial es un paso positivo hacia adelante, como lo fue la celebración del primer “Festival de Cannabis” del país en mayo de 2015, un acontecimiento en el que se congregaron cientos de partidarios del cannabis en la plaza Sintagma de Atenas para defender la legalización completa. El primer ministro de Grecia de izquierdas, Alexis Tsipras, también ha manifestado anteriormente su apoyo a la legalización del cannabis.
Por Seshata