Dj Short es uno de los mejores breeders más prestigiosos de la historia, creador de alguna de las variedades más legendarias e influyentes, las más conocidas sin duda alguna son la Blueberry, Blue Moonshine, Flo y Blue Velvet, entre otras. Además de interesantes genéticas, también ha publicado interesantes artículos sobre la crianza y sobre el cultivo. Uno de ellos es el que trata sobre el secado de los cogollos de cannabis y el peculiar sistema que según él es uno de lo que más respeta el producto.
Los enemigos del cannabis una vez se ha cosechado, son la luz y la humedad. Para un correcto secado debemos escoger un lugar oscuro, seco y ventilado. Un secado muy rápido no conviene, así que también debemos evitar lugar cálidos o con excesos de ventilación. Y el mejor sistema, es el método tradicional de colgar las ramas boca abajo.
Dj Short explica que prefiere dejar la manicura para más adelante, una vez la hierba esté completamente seca. De este modo, las hojas en un principio tiesas, irán envolviendo los cogollos y los protegerán de la posible suciedad, de la luz, y además permite un secado más lento ya que los cogollos contarán con menos ventilación. Cuando las hojas más grandes tengan un tacto crujiente, se quitan y se reservan para más adelante darles alguna utilidad, como realizar una mantequilla cannábica.
Pero el secado aún no ha terminado. Volvemos a colgar las ramas boca abajo. El punto óptimo de secado será cuando las ramas más pequeñas al intentar doblarlas, se quiebren emitiendo un chasquido. Será el momento de realizar la manicura. Ayudándose de unas tijeras, se retiran todas las hojas, dejando el cogollo bien limpio. Lo que comentábamos antes, todas estas hojas resérvalas para darles un uso más adelante. Las flores tendrán un tacto crujiente por fuera, pero en su interior aún conservarán cierta humedad que se eliminará en el siguiente punto.
Dj Short sugiere usar bolsas de papel de estraza de color marrón. Éstas son muy cada vez más habituales en algunos supermercados. En Estados Unidos hace décadas que están muy implantadas como se puede ver en muchas películas. Se pueden adquirir en algunos supermercados, o usar las de algunas tiendas de textiles, muy comunes. Se debe procurar que sean de color marrón, ya que no contienen químicos para blanquearlas.
Cada bolsa la llenaremos con los cogollos manicurados, pero sin presionarlos. Y colocamos las bolsas sin cerrar en un sitio oscuro y bien ventilado. Ahí terminarán de secarse en su totalidad. Todos los días conviene agitar suavemente la bolsa, para remover los cogollos en su interior. El proceso desde la cosecha al secado óptimo puede durar entre 2 y 4 semanas. Ahora los cogollos ya están listos para fumar aunque con el último paso, el curado, se terminan de completar las reacciones químicas.
Los cogollos debemos introducirlos en botes, preferiblemente de cristal y con un cierre hermético, sin presionar. Los botes es importante abrirlos a diario durante la primera semana. 5 minutos al día es suficiente. Si en cualquier momento se nota que los cogollos han adquirido algo de humedad y no están ya crujientes, los volvemos a introducir en las bolsas de papel y los dejamos un par de días ahí hasta que de nuevo tengan un tacto crujiente. Un buen curado sería de mínimo de 6-8 semanas.