Con la tendencia mundial de la legalización, regularización o despenalización del cannabis comienzan a caerse muchísimos de los prejuicios que han existido en las últimas décadas con respecto a esta planta. El ejemplo más claro lo tenemos en EEUU o Uruguay, donde no sólo ha supuesto una importante inyección económica, si no que no ha habido los problemas sociales que los más conservadores presagiaban; no hay ningún repunte de la delincuencia, el porcentaje de consumidores menores de edad ha descendido e igualmente el mercado negro ha bajado a mínimos tras décadas de tendencia ascendente.
El cannabis es la sustancia ilegal más consumida del mundo. Se estima que cerca de 160 millones de personas fuman marihuana en todo el planeta, un 3,8% de la población mundial. En uno de los últimos informes de la ONU su consumo está aumentando, por lo que algunos gobiernos han apostado por rendirse ante su lucha y han decidido unirse a ella. Hace unos 10 años, más de 300 economistas entre los que se encontraban tres premios Nobel, llegaron a firmar una petición que avalaba las conclusiones del gran economista de Harvard, Jeffrey Miron, que vaticinó que si el gobierno de EEUU llegase a despenalizar el cannabis podría ingresar unos 13.700 millones de dólares al año, cifras que hoy en día se quedan cortas, sólo en California se ha demostrado que los ingresos anuales pueden llegar a los 14.000 millones de dólares.
En España, y según datos facilitados por el Ministerio de Sanidad hace unos meses, el 30% de la población al menos una vez ha consumido cannabis, un 7,6% lo consume al menos una vez al mes y un 2% lo consume diariamente. En un país de casi 50 millones de personas, 1 millón de consumidores de cannabis son muchas voces que aparte de tener en cuenta, podrían por sí solas presentar un gran beneficio a las arcas del estado, puesto que aunque el autocultivo crece de manera espectacular, sigue siendo la gran mayoría el que recurre al mercado negro, dinero que deja se deja de ingresar.
Pero no sólo es el dinero directo que dejarían 1 millón de consumidores habituales y los 3 millones y medio que consumen ocasionalmente, si no que se generarían miles de millones que aliviarían la situación económica que vivimos y nos puede hacer plantear un futuro más digno del que se avecina. ¿Qué no te lo crees? Empecemos:
En primer lugar y comparándonos por ejemplo con California, nos ahorraríamos de entrada varios miles de millones eliminando la prohibición legal, ya que se vería reducido notablemente el gasto policial, gasto judicial en jueces, abogados de oficio, papeleo… En EEUU calculan aproximadamente un ahorro de 9.000 millones, que se pueden destinar a otros fines sociales. Y por otro lado tenemos los impuestos directos, un consumidor habitual con que gasto 1 gramo de hierba al día, lo que son dos porritos, al año equivalen a 1.350 euros tomando los 3,70 euros/gramo de los últimos datos analizados en el World Drug Report de las Naciones Unidas, aunque como ésto va por zonas, en algunas son bastante mayores. El estado ingresaría de cada consumidor unos 283 euros al año en IVA. Si ponemos que 3/4 de los consumidores recurren al mercado negro pueden comprar su hierba legalmente en dispensarios cannábicos, unos 750.000 habitantes, ésto suma unos 212 millones SÓLO de consumidores habituales y con 1 gramo de cannabis, estamos calculando muy a la baja, las cifras serían mayores al poder cualquier persona y de cualquier edad recurrir a una medicina natural, cosa que ahora no sucede, hay pocos que nos imaginamos a una persona de 50-60 años buscando un dealer
El cannabis también genera empleos, muchos empleos. Somos un país privilegiado en cuanto al clima y donde ilegalmente se cultivan hectáreas dedicadas a suministrar marihuana no sólo a nuestro propio país si no a toda Europa. Que nos encontremos con noticias de incautaciones y desmantelamientos de grandes plantaciones es muy común durante todo el año, plantaciones que pasarían a ser legales, controladas, seguras y con sus trabajadores cotizando a la seguridad social, pasaríamos a ser uno de los principales productores y exportadores de cannabis tanto medicinal como lúdico de Europa.
En un país en el que el paro está en torno al 20% y con una precariedad laboral como la que tenemos, una industria como la cannábica contaría puestos de empleo desde jardineros a responsables de dispensarios, aparte de todos los puestos generados indirectamente. Podríamos compararlo tranquilamente con la industria vinícola y unos ingresos similares a los del tabaco, que fueron de 6.580 millones de euros en 2014. 6.580 millones anuales podrían reducir el déficit de España en más de un 12%. Para pararse a pensar, no? Y tanto es así, que varios Estados de EEUU se han visto en la obligación de devolver dinero a los contribuyentes al tener superávit gracias a los ingresos generados de la industria del cannabis.
