Aunque todavía faltan varias semanas para la cosecha, nunca está de más comenzar a preparar lo que será el espacio para el secado. No será el primer cultivador que cosecha alguna planta y después debe improvisar un lugar donde secarla por falta de previsión. Todo el trabajo que se ha realizado durante todos estos meses, se puede venir abajo por una mala decisión en cuanto al secado. La temporada no se debería dar por finalizada hasta que los cogollos se encuentren en los botes para su conservación.
¿CÓMO DEBE SER UN BUEN SECADERO?
Comenzamos hablando de los principales enemigos de los cogollos recién cosechados. Por un lado está la luz, causante de la degradación del THC en CBN (no confundir con CBD). El cannabinoide que le da la psicoactividad al cannabis y por lo tanto más nos interesa, que es el THC, se convierte en CBN a causa de la exposición a la luz. El CBN posee efectos más sedantes que el THC, lo cual reduce la psicoactividad. Pero el CBN tampoco es algo malo, ya que posee un perfil terapéutico muy alto.
Por otro lado está la humedad. Será muy complicado que una cosecha alcance el grado de humedad perfecto para dar por concluido el secado, cuando la humedad ambiente está por encima. La humedad del secadero debería rondar el 50-60%. Si está por encima, la hierba tardaría mucho en secar y los riegos de aparición de moho sería más altos. Una humedad muy baja causa un secado muy rápido, lo que tampoco conviene. Además y directamente relacionado, se debe ventilar el secadero muy a menudo.
Y para terminar, la temperatura. La ideal durante el secado debería rondar los 19-24º. Una temperatura más elevada hace que la hierba se seque muy rápido, algo que como decíamos en cuanto a la humedad, no interesa. Y una temperatura más baja ralentiza el secado, que de todos si no es excesivo, tampoco debería suponer un gran problema. Un buen secado debería durar entre dos y tres semanas, tiempo en el cual la clorofila se va descomponiendo y hará que después “rasque” menos.
Así que teniendo todo en cuenta, es sencillo saber qué condiciones cumpliría un buen secadero. Una muy buena opción es un armario de secado o en su caso un armario de cultivo, ya que dispone de total oscuridad y la posibilidad de instalar tanto un extractor de aire, como un filtro de carbón. Se debe tener muy presente que estamos tratando con una planta de olor muy intenso y delatador que en ocasiones se debe eliminar por motivos obvios.
Una habitación o bodega que no frecuentemos demasiado, incluso un armario vacío también son otras opciones. En general cualquier lugar oscuro, y que se pueda ventilar frecuentemente o disponga de ventilación continua, será perfecto. Tanto la temperatura y la humedad ya es algo más complicado de mantener en un rango óptimo. Pero salvo una humedad excesiva para lo cual es recomendable el uso de un deshumidificador, no tendremos demasiados problemas por un secado un poco rápido o un poco lento.
Algo que personalmente no recomiendo, es el secado en pequeñas cajas de cartón salvo que no se disponga de otro lugar mejor y más amplio. Es fácil que debido a la escasa ventilación aparezcan hongos durante el secado, que además se propagarán rápidamente en un espacio tan pequeño y en el que generalmente los cogollos están en contacto entre sí.