El gobierno británico “podría haber firmado la sentencia de muerte de mi hijo”. Es con estas palabras con las que Charlotte Caldwell, madre del pequeño Billy del que ya hemos hablado en otras ocasiones, explica lo que acaba de experimentar, al saber, de la incautación por las aduanas del aeropuerto de Heathrow del aceite de CBD destinado a su hijo epiléptico.
Billy sufre de una forma grave de epilepsia que causa hasta 100 convulsiones por día. Él y su madre volvían de Toronto, desde donde se trajeron el aceite de cannabis para tratar a Billy durante seis meses. La incautación se realizó a su regreso al aeropuerto londinense.
Charlotte Caldwell declaró más tarde que no estaba desanimada por la acción del gobierno.
“Regresaré a Canadá y traeré más y porque mi hijo tiene derecho a recibir su tratamiento antiepiléptico en su país, en su propio hogar”, dijo.
“Voy a decirte algo: no voy a parar, no vamos a parar, no vamos a rendirnos, tenemos amor, esperanza y fe para nuestros hijos y nosotros continuemos, “ agregó Charlotte.
Billy comenzó a tratarse a sí mismo con aceite de cannabis en los Estados Unidos en 2016. En 2017, fue la primera persona en el Reino Unido en recibir un pedido del Ministerio de Salud para el cannabis medicinal y que llegó a su fin el mes pasado, lo que provocó que la madre y el hijo volaran a Toronto.
Charlotte Caldwel pone toda la responsabilidad sobre los hombros de Nick Hurd, ministro británico del Interior.
“Es un medicamento antiepiléptico que Nick Hurd confiscó a Billy, no son porros recreativos de cannabis”.
Billy Caldwell no es el único niño que lucha por su derecho al cannabis medicinal. Alfie Dingley o Murray Gray, entre otros, comparten la misma pelea.
Charlotte Caldwell se reunirá con el Ministro del Interior el próximo lunes.