Recurrió a la marihuana para paliar los dolores de la quimioterapia. Ahora le toca luchar contra el Síndrome de Cushing, pero desde que le aconsejaron consumir cannabis dice haber pasado de necesitar 18 pastillas diarias a 7, por lo que defiende el uso terapeútico de esta planta
Cristina Bustince, miembro del partido procannábico RCN-NOC, compareció ayer en una sesión de trabajo del Parlamento navarro, donde pidió “que se legalicen los cultivos medicinales de marihuana, para que los enfermos que la necesiten y cuentan con la autorización del médico para tomarla, puedan conseguir gratuitamente la dosis”.
PAMPLONA. De este modo, Bustince, acompañada de Ester Gochi, explicó a los parlamentarios el funcionamiento del Banco Cannábico Medicinal, fundado hace más de un lustro. Un “primer paso, que marca un camino que hay que recorrer sin prisa, pero sin pausa”, declaró.
¿Cómo funciona este banco medicinal?
Con aportaciones de cultivadores anónimos que donan parte de sus cosechas privadas a los enfermos. Para pertenecer al banco, es imprescindible que los enfermos tengan un informe de su médico en el que se le autorice el consumo de cannabis. Si no, no puede entrar. El problema es que los médicos muchas veces no se atreven a hacer el informe, no solo por represalias, sino también por desconocimiento de las propiedades de la marihuana.
Y si el paciente muestra la documentación que certifica su enfermedad, pero carece de justificante médico, ¿el banco le suministra la dosis?
No. De hecho, los pocos problemas que hemos tenido aquí es precisamente por gente enferma a la que no hemos dejado entrar porque no disponían de la autorización médica.
Y en esos casos, ¿les recomiendan la visita a algún médico que sí hace justificantes?
Tampoco. Eso sería traficar con un informe médico y al final acabaríamos como en Estados Unidos, que pagas 2.000 dólares y el médico te hace el informe. Ese no es el tema. La gente que dona parte de sus cosechas es porque sabe que hay gente que sufre, y que ha elegido libremente tomar cannabis. No porque quieran, sino porque han tomado tantas cosas y están tan desesperados que la enfermera de oncología les ha recomendado probarlo.
¿Alguna vez les han amenazado con denunciaros por contrabando?
No, porque no hay afán de lucro. Regalamos el cannabis y el médico lo sabe. Tampoco lo consumimos en la vía pública. Pero, evidentemente, expuestos estamos. El hecho de estar enfermo no te exime de nada. Por eso pedimos que se nos garantice cierta seguridad a la hora de cultivar marihuana para uso medicinal. Cada vez recurre a nosotros más gente, y no damos a basto. Queremos que el SNS-O se encargue de recolocar el cannabis como medicamento, porque hasta los años 30 se dispensaba en las farmacias. Y que los médicos que lo suministren hagan también un seguimiento.
¿Para qué tipo de enfermedades se recomienda consumir cannabis?
Cada día para más, pero sobre todo para llevar mejor las quimioterapias de los cánceres, la esclerosis múltiple, fibromialgia, anorexia, sida, insomnio, ansiedad, glaucoma… Hace cientos de años lo utilizaban incluso para el dolor menstrual. Yo desde que empecé a fumar, dejé de usar ibuprofeno.
¿Consumía marihuana antes de su enfermedad?
Sí, alguna vez. Pero solo ocasionalmente, en algún viaje. Lo que sí consumí durante algunos años fue hachís, pero con eso jamás me dejó de doler nada.
¿No es lo mismo?
Se supone que viene de la misma planta. Lo que pasa es que el cannabis está virgen, sin tocar. Sin embargo el hachís está muy adulterado, con lo cual, no es lo mismo.
¿Su uso es incompatible con otros medicamentos?
Incompatible, no. Hay algunos medicamentos que se potencian con el cannabis. Por eso, el SNS-O se ahorraría mucho dinero en fármacos con esto ya que, por ejemplo, el efecto de los opiáceos para el dolor se potencia, con lo que tienes que bajar la dosis de pastillas. Con el consiguiente beneficio para el cuerpo ya que le estás metiendo menos porquería, y para el bolsillo de Osasumbidea, puesto que no se consume medicación.
¿Cuál es el modo más habitual de tomar el cannabis medicinal?
La mayoría de los pacientes no la fuman. Yo sí, porque siempre he sido fumadora y como tengo mucho dolor, el efecto inmediato lo consigo fumando. Pero las personas mayores no fuman, toman infusión. Además, es mucho más medicinal cuando es ingerido que cuando es fumado. Lo que pasa es que tarda más en hacer efecto y, al principio, sobre todo si nunca has probado el cannabis, es difícil controlar la dosis exacta. Pero en el banco medicinal tenemos las dosis ajustadas para cada enfermo y, de hecho, no hemos tenido nunca ningún problema de sobredosis.
Fuente Noticias de Navarra
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