Sabía usted que el primer pantalón de jean, marca Levis, se hizo con tela fabricada con cáñamo? ¿Que la Constitución de Estados Unidos se escribió en papel del mismo material? ¿Y que Henry Ford utilizó este derivado de la marihuana en la fabricación de su primer automóvil?
Es difícil de imaginar otros usos para la marihuana que los que le ha dado el vox populi de las drogas, pero lo cierto es que con la marihuana se puede hacer, prácticamente, de todo. Las semillas de esta planta, debidamente procesadas, tienen aproximadamente 25.000 usos, a saber: confeccionar libros, ropa, generar energía eléctrica, armar el parquet del living, enjabonarse y comer. Y ya hay quienes están aprovechando estas bondades para hacer incluso, automóviles.
Aunque esta idea la tuvo ya Henry Ford en 1941, cuando desarrolló un auto experimental hecho de fibras celulósicas, entre ellas el lino y el cáñamo, hace poco el Hemp Car (que vendría a ser algo así como “auto de yerba”), alimentado con nafta ecológica, hizo una gira completa por Estados Unidos y demostró que la bionafta que se elabora a partir del aceite extraído de la semilla de marihuana, puede ser tan útil como cualquiera e incluso mejor, porque el ciclo de vida y de producción de este combustible biológico agregan una cantidad mínima de dióxido de carbono al medio ambiente. Ahora grandes emporios como BMW están testeando los productos derivados de la marihuana para alcanzar las exigencias de la Comisión Europea que ordena que el 70% de las autopartes estén hechas con algún material reciclable. Vistos los adelantos no sería de extrañar que dentro de poco, el “auto hemp” se estacione en el garaje de la “casa hemp”, porque también se ha logrado introducir el cáñamo en la industria de la construcción con el aceite proveniente de la semilla que es muy útil como base de resinas, barnices y pinturas. Si se mezclan las fibras de esta planta con cal, se logra un material sólido pero a la vez liviano que puede usarse en el armado de ladrillos, paredes y hasta en paneles solares, si se utiliza junto a la fibra de vidrio, lo que ya ha sido probado en Inglaterra y Alemania desde la década del ‘60. Las fibras de cáñamo son excelentes aisladores acústicos, soportan hongos, humedad, insectos, no son inflamables y son resistentes a roturas, un verdadero “maná” para los constructores.
Y es que industrias, hay pocas en las que el cáñamo no pueda participar y eso lo saben bien los fabricantes de alimentos, que han desplegado su talento en barras de cereales, galletas, helados, fideos, sopas, leche, aceites y hasta hamburguesas hechas con la semilla de marihuana que contiene aminoácidos suficientes para satisfacer todas las necesidades nutricionales del ser humano.
En el otro lado de la balanza alimenticia basada en la planta, se encuentra una novedosa ofensiva en la guerra contra la obesidad, ya que un grupo de científicos de la compañía farmacéutica francesa Sanofi-Synthelabo, luego de estudiar el proceso que hace que los fumadores de marihuana sientan hambre cuando están bajo sus efectos, han logrado establecer que esa reacción química puede ser manipulada para controlar el apetito y están en el proceso de poner a prueba un fármaco para eliminar la sensación de hambre, desarrollado a partir de los conocimientos científicos sobre el cannabis. La sustancia, llamada Rimonabant, ya ha sido probada en Estados Unidos y Europa con resultados bastante optimistas: los pacientes que tomaron el medicamento por 16 semanas perdieron hasta cuatro kilos.
Mientras tanto, las pasarelas también se están llenando de cannabis, pero no consumida por las modelos, sino en manos de los diseñadores quienes han re-descubierto que, a diferencia del algodón, el cáñamo es muy flexible, no necesita pesticidas, mucha agua ni excesivos cuidados para crecer, tiene una consistencia suave y es de gran duración y ligereza.
El 2001 la marca Simint, una de las empresas del emporio Armani, sacó al mercado una camiseta estampada con una hoja de marihuana. Los conservadores pegaron el grito al cielo y exigieron que se retirara la prenda del mercado, pero hoy, algunos años después, la hoja famosa se puede encontrar en billeteras, gorras, camisetas, ropa interior, etc., y por supuesto, en los cosméticos. Y es que esta industria en una de las más sólidas del mercado marihuanero legalmente establecido. La famosa cadena Body Shop ha lanzado su línea Hemp dedicada a productos cosméticos como lociones, protectores solares, champúes, maquillaje, jabones, etc., y a partir de ella, otras varias fábricas utilizan el aceite, la semilla o ambos, en la elaboración de sus productos de belleza.
Fuente y mas información Lostiempos.com