En Centroamérica, todos los habitantes han sido directa o indirectamente afectados por la fallida guerra contra las drogas
Hace un par de meses atrás, en el estado de Washington en los Estados Unidos, desde Democracy Labs presentamos los hallazgos en proyecto de políticas públicas en lo que respecta a la salud pública norteamericana, cuando nos percatamos que la marihuana y su uso recreativo en este estado es legal.
Hace varios años se viene dando una discusión en América Central en torno a esta temática, una discusión plagada de mitos. Por este motivo, nos dimos a la tarea de llevar a cabo una investigación en otros países donde la marihuana ha sido despenalizada. Visitamos uno de sus dispensadores de marihuana para aprender sobre el modelo de negocio.
Aquí compartiré algunos puntos basados en nuestros hallazgos. Primero, la industria en Washington y en Colorado (estado donde la marihuana también es legal) genera un turismo específico en torno al uso recreativo de esta planta. Segundo, la industria no está ligada con el crimen organizado, al contrario, el precio accesible y la conveniencia al acceso del producto inciden directamente en las tasas de criminalidad y bajan radicalmente los encarcelamientos por posesión y producción.
Esto se da especialmente en las minorías como latinos y afroamericanos. Tercero, hay competencia por la calidad del producto y bastante emprendimiento y creación de negocios alrededor del tema. Cuarto, Seattle, la ciudad capital de Washington, es un hub de innovación, los headquarters de Amazon, Microsoft y Starbucks están en la cuidad. La legalización del uso recreativo de la marihuana no ha afectado en absoluto la productividad de la fuerza laboral de estas empresas. Estos mitos se discutían previamente a las políticas de legalización.
En resumen, el crimen no ha aumentado, al contrario, ha bajado. Las tasas de consumo se han mantenido, con la diferencia de que ahora hay investigación, ingresos y un merado. Es decir, el individuo que ya consumía cuando era ilegal sigue consumiendo; nada más que ahora paga impuestos, asegura calidad de producto y no arriesga su integridad física comprando productos de criminales.
Ahora, el consumidor lo compra directamente de emprendedores locales que generan empleos. En temas de política pública, el turismo de uso recreativo ha incrementado y no ha afectado el rendimiento o productividad de los principales clusters de innovación de la ciudad de Seattle.
Si hay que tener una discusión, seria basada en datos sobre este tema en América Central, donde todos los habitantes han sido directa o indirectamente afectados por la fallida guerra contra las drogas.
Recordemos que tan solo unas décadas atrás, tomarse un whisky sólo se podía hacer de forma clandestina en los Estados Unidos, mediante los speak-easy (bares clandestinos) y el alcohol era contrabandeado por delincuentes. El propósito de este comentario no es fomentar el consumo del producto, nuestra misión es aportar algunos puntos de cómo funciona la industria en ciudades donde el debate está basado en evidencia y datos, no en prejuicios.
Temas tan importantes como libertades, derechos y responsabilidades del ciudadano, deben ser dialogados antes que etiquetados.
Por Alvaro Salas
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Que espera MÉXICO diría yo.