Este verano, como los anteriores, volverán a su actividad preferida los robaplantas. Se trata de la peor plaga de todas las que existen y que todo cultivador teme.
Qué son los robaplantas
Son ladrones de plantas, unos seres despreciables y cada vez más extendidos. Además, cada vez son más especializados.
Hace unos años, simplemente robaban plantas cuando se las encontraban o veían, muchas veces de casualidad. Y lo hacían en cualquier fecha.
Hoy en día la gran mayoría de sus ataques no son al azar. Los ladrones buscan objetivos durante los meses de primavera y verano y simplemente esperan el mejor momento para actuar, que es unos días antes de que las coseche el cultivador.
Lo peor es la desolación del cultivador cuando ve que, en apenas un instante, ha desaparecido todo el esfuerzo de meses. Y puede que también todas las provisiones destinadas a abastecerse durante todo el año.
Los robaplantas no tienen escrúpulos y no les importa además dañar bienes ajenos con el objetivo de conseguir una cosecha gratis.
Y quizá ni lleguen a fumársela. La venderán a cualquiera que les pueda dar unos billetes por ella. El esfuerzo es poco y la ganancia mucha.
Consejos para evitar a los robaplantas en jardines
En muchas ocasiones somos nosotros mismos quienes hablamos más de la cuenta. Presumir de un cultivo delante de alguien, puede traer problemas.
Quizá nos fiemos de nuestro amigo, pero puede que algún día se lo comente a alguien. Y ese alguien a otro más… Y al final cualquiera puede saber que estamos cultivando y es cuestión de tiempo y vigilancia que descubran donde lo hacemos.
Es por ello que la primera norma de un cultivo en exterior, es no enseñárselo a nadie ni hablar de él a nadie. Y mucho menos alardear de él delante de cualquiera.
Realmente no existe una imperiosa necesidad de revelar nuestra actividad y como dice el refrán, en boca cerrada no entran moscas. Y si quieres presumir, hazlo después de la cosecha enseñando algunas fotos.
También existe el caso de los robaplantas que hacen patrullas. Se dedican a recorrer lugares a lo largo de la primavera y principios del verano. El objetivo es localizar cultivos.
Estos también son difíciles de tratar. Basta que se asomen por un muro y vean alguna pequeña planta en crecimiento, para saber que a partir de mediados de septiembre se puede pasar a cosecharla cualquier día de noche.
Porque esta plaga también son como las babosas, suelen ser de hábitos nocturnos. Contra ellos, uno de los remedios comportarse como ellos. Asegúrate de que tus plantas no son visibles desde cualquier lugar de fácil acceso.
Llegan a ser bastante útiles las flores artificiales de plástico. En cualquier bazar por unos pocos euros conseguirás un montón que se pueden colocar por varias zonas de la planta. A cierta distancia, no llamará tanto la atención.
Incluso llegan a ser eficaces contra los helicópteros que a lo largo del próximo mes de septiembre serán frecuentes en muchas zonas.
También son muy útiles las mallas de sombreado cuando se cultiva en jardines abiertos o que corran el riesgo de ser vigilados desde el exterior. Siempre será preferible que la planta no reciba tanto sol, pero, en cambio, tenga más intimidad.
Muchos cultivadores recurren a las trampas sonoras. Es algo muy sencillo de hacer, aunque también se corre el riesgo de que se activen si cualquier animal recorre de noche nuestro jardín.
Hacerlas en muy sencillo y tan solo hace falta sedal o un hilo fino, y varias latas de refrescos o conservas. Colocados en lugares por donde intuimos que puedan entrar los ladrones, el ruido de las latas no solo los ahuyentará, sino que nos pondrá alerta a nosotros.
La otra opción es la de instalar sensores o detectores de movimiento lumínicos si es un lugar oscuro, que harán que se encienda una luz que puede ahuyentar a los ladrones. Pero también se corre el riesgo de que se activen al detectar el movimiento de animales.
Consejos para evitar a los robaplantas en guerrilla
Estas mismas patrullas de ladrones de plantas existen en cultivos en guerrilla. Durante gran parte de la primavera y todo el verano tienen mucho tiempo libre para recorrer montes y descubrir algún cultivo.
Suelen intentar buscar alguna señal que les indique la presencia de plantas de marihuana, como senderos recién abiertos o presencia de gente. Son difíciles de evitar también, ya que cada vez los montes están más concurridos.
Así que procuraremos frecuentar el cultivo a diferentes horas del día y diferentes días de la semana, así como usar rutas diferentes para llegar hasta él y cerrar los posibles senderos con algunos rastrojos al ir y al volver. Si algún día no está todo como lo habías dejado, desconfía.
Algo muy importante, es evitar dejar tirados botes de abonos, garrafas de agua, sacos de tierra o cualquier envase destinado al cuidado de las plantas. A lo lejos llamarán mucho la atención, además de que es una aberración contra el medioambiente.
Para terminar, estos ladrones son cada vez más pacientes y esperan a que las plantas estén casi listas para cosechar. Con los años, han aprendido que una planta a mitad de floración es poco útil.
Muchas veces no merece la pena darles este placer y es mejor cosechar un poco antes, que jugársela a no cosechar.
Conclusión
Es una pena tener que tomar medidas por culpa de este tipo de gentuza, pero todo sea por poder cosechar y disfrutar nuestros cultivos en los que tanto dinero, tiempo y esperanzas hemos puesto.