El mundo nunca cambia, solo las personas. Los mismos recursos naturales que estaban aquí hace un millón de años todavía están presentes en nuestro planeta. Las plantas y hierbas se han utilizado durante siglos para luchar contra las enfermedades. Un buen ejemplo es la marihuana, o cannabis, una planta que crece en forma silvestre en medio mundo. Existen unos 483 compuestos conocidos en esta planta, con muchas propiedades curativas importantes. Ya que esta información esta comprobada, ¿por qué tanta controversia sobre el uso de la marihuana medicinal? Donde empezó a ir todo mal?
Entre 1870 y 1937, la marihuana era parte de la farmacopea popular en todo el mundo. Cientos de artículos médicos se habían escrito, en la antigüedad su uso se utilizaba como medicamento para combatir el dolor, antes de llegase a la comunidad médica. Además, se utilizaba como medicamento para aliviar el dolor y la ansiedad durante el parto, así como un excelente tratamiento para el asma, no parecía haber ningún problema con este fármaco reconfortante.
Los cambios radicales en 1937
En 1937, el gobierno federal norteamericano en su agenda política prohibió la marihuana. Se cree que el gran capital manipuló lo necesario para hacer desaparecer la legalidad de este fármaco. De hecho, el mismo gobierno federal tiene una “granja de cannabis” para investigar sus propiedades en la Universidad de Mississippi además de varias patentes. Sin embargo, no fue hasta 1980 cuando se realizó la primera clonación química del THC como una alternativa sintética.
El término ‘marihuana’ nunca fue utilizado en conjunción con el cannabis, un analgésico, o el cáñamo, un importante cultivo comercial. El gobierno inventó y utilizó este término para confundir al público a finales de 1930. Cuando se supo que la marihuana estaba siendo prohibida, el público no sabía lo que estaba ocurriendo. El gobierno explicó al pueblo estadounidense de que la marihuana era una droga peligrosa que se introducía de contrabando desde México y se utilizaba para violar y asesinar a personas inocentes. El gobierno no tuvo más remedio que proteger a sus ciudadanos.
Durante este período de tiempo, a los estadounidenses se les dejó depender de otras drogas, como la morfina y la cocaína, prescritos por los médicos. Más tarde, los medicamentos opiáceos sintéticos fueron aprobados por la FDA. En 1980, un nuevo medicamento con el nombre de Marinol finalmente fue introducido en el mercado. El ingrediente activo era una forma sintética del THC. La madre naturaleza no siempre está dispuesta a compartir sus secretos y los científicos descubrieron que la duplicación de este producto químico no era sencillo. El costo de este fármaco cuesta $ 900, debido a su complejidad.
Cómo el dinero juega su papel
Marinol (dronabinol) y nabilona (Cesamet) son los únicos dos fármacos con THC sintéticos aprobados por la FDA. Se prescriben para el tratamiento de las náuseas, falta de apetito, espasmos musculares causados por el cáncer, esclerosis múltiple y otras enfermedades que amenazan la vida. Miles de millones de dólares se extienden a empresas de investigación cada año para descubrir nuevos fármacos que traten y curen las diversas enfermedades. Tras un análisis de los 483 compuestos conocidos de cannabis se ha llegado a la simple conclusión de que no se necesitan tantos medicamentos de laboratorio. Además, existiendo y utilizando el cannabis natural, las grandes corporaciones y poderes ocultos reducirían fuertemente sus recaudaciones por fármacos de receta.
