“No creo que afecte en nada mi labor”, dijo el diputado del Frente Amplio chileno Diego Ibáñez, tras confesar haber fumado un cigarro de marihuana un mes atrás. En algo se equivocó el joven legislador. La marihuana de seguro no afectó su trabajo, pero sí la confesión.
“Hay que hablar de drogas en serio, de narcotráfico y de otras cosas que sí afectan la labor parlamentaria”, expresó el representante del distrito electoral Nº 6, correspondiente a la Región de Valparaíso, y que se encuentra actualmente por despenalizar el uso de la marihuana, tanto de manera recreacional como medicinal.
Consultado sobre una polémica propuesta de su compañera de recinto Camila Flores, quien prentende que todos los congresistas se sometan a un test de drogas, Ibáñez admitió que está de acuerdo y que debe ser voluntario. “No creo que porque salgan cannabinoides en la sangre, tú vas a estar inhabilitado. Lo que inhabilita es no tener independencia política para votar en la sala y estar respondiendo permanentemente”, añadió. “Creo que deben haber parlamentarios que ‘fuman’ y que aportan más en las comisiones que otros que, pese a recibir 9 millones de pesos, no trabajan del todo bien y faltan”, afirmó.
Por supuesto que los sectores más conservadores de la sociedad chilena -que por cierto son grandes y tienen mucho poder- pusieron el grito en el cielo.
Su colega del partido Unión Demócrata Independiente (UDI), Osvaldo Urrutia, dijo que “esta declaración capaz que haya sido realizada bajo los efectos de la marihuana”. El legislador criticó los dichos de su par del Frente Amplio, quien aseguró que el consumo de marihuana “no afecta la labor parlamentaria”. “Creo que le debe una explicación a todas aquellas familias que están coaptadas y destruidas por el flagelo de la droga”, sentenció en forma muy exagerada el de UDI.
Declaración criticada
“Todos los estudios señalan que el consumo de marihuana afecta gravemente la percepción de la realidad. Estimula conductas agresivas, te pone torpe y lento”, añadió. E indicó que “él no puede en forma seria y responsable señalar que estando bajo los efectos de esta droga, se encuentra en condiciones de estar atento en la sala o intervenir de forma coherente en la discusión de los proyectos de ley”.
El diputado dijo que “es una pésima señal a los jóvenes y a los niños”. Pues podrían tomar como ejemplo a Ibáñez y “llegar volados a clase”, recalcó. Y para cerrar la galería de lugares comunes, Urrutia subrayó que “el diputado Ibáñez se equivoca (…) Nadie en su sano juicio puede decir que andar volado no afecta en el trabajo parlamentario”.
Al respecto, Ibáñez escribió a través de su cuenta de Twitter que para hablar de drogas se debe abordar desde el “narcotráfico, la relación de las policías con las comunidades, o de autocultivo”.
Y ante las críticas sobre eventuales intereses en la legislación de la materia, respondió que “para hablar en serio de conflicto de intereses, revisemos quiénes pagan las campañas políticas o revisemos a quién beneficia la reforma tributaria del Gobierno
Por Rama