El gobierno de Mariano Rajoy ha sido y es contrario a cualquier cambio legal en torno al cannabis en España. Sin embargo, el hecho de encontrarse en minoría parlamentaria, junto con la evolución que ha experimentado la percepción social del cannabis en España, nos hace albergar esperanzas de que el cambio hacia nuevas políticas pudiera estar más cerca de lo que parece a primera vista.
El año 2016 fue muy agitado en la política española. Las elecciones de diciembre de 2015 dejaron un panorama complicado, sin mayorías claras, que obligaba a alcanzar pactos entre las distintas fuerzas. Y eso es algo a lo que los partidos españoles están poco acostumbrados. Así que, después de varios meses de tira y afloja, nadie logró los apoyos necesarios y hubo que repetir las elecciones.
Tras las elecciones del 26 de junio de 2016, el panorama seguía siendo complicado. Sin embargo, el Partido Popular acabó consiguiendo un acuerdo de investidura con Ciudadanos, uno de los partidos que han entrado con fuerza en la política española. De esta manera, Mariano Rajoy ha logrado mantenerse en el cargo de presidente, a pesar del importante descenso en votos que sufrió su partido.
Por tanto, en los próximos años España va a seguir teniendo un gobierno conservador caracterizado por su actitud agresiva hacia el cannabis y quienes lo consumimos. En tales condiciones, la idea de regular nuestra planta amiga en clave no-prohibicionista puede parecer irreal. Sin embargo, la correlación de fuerzas parlamentarias y la sociología hacen pensar que la posibilidad de que se dé un debate a fondo sobre esta cuestión -y de que el resultado sea favorable a los partidarios de legalizar la planta- es algo más que un sueño.
¿Qué opina la población?
La opinión pública española ha cambiado mucho en los últimos años en su percepción del cannabis. Un importante estudio publicado en 2014 por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), por encargo del Plan Nacional sobre Drogas, revelaba que la mayoría de la población española era ya entonces favorable a que se legalice el cannabis. En concreto, un 47,8% defendía que se pueda vender en farmacias o lugares autorizados, y un 6,1% era partidario de la venta sin restricciones. Es decir, había ya un 53,9% de partidarios de legalizar la venta, frente a un 46% que decía estar en contra.
Cuando se preguntaba por los clubes o asociaciones cannábicas, había un 28,7% de encuestados que los consideraban una iniciativa positiva “que permite un consumo controlado y responsable” y un 22,6% que decía que “no le molestan”, frente al 13,3% que decía que deberían prohibirse por “fomentar el consumo” y al 8,5% que afirmaba que son una “burla a la ley que no debe tolerarse”. También había un 20% que no los conocía y casi un 7% que no tenía opinión. Es decir, que en 2014 existía una mayoría del 51,3% de partidarios o tolerantes frente a solo un 21,8% de detractores. Y lo más significativo es que este resultado era más favorable entre los jóvenes, llegando al 64% de apoyo o tolerancia hacia los Clubes Sociales de Cannabis entre los 23 y los 30 años. Es decir, que en el futuro inmediato es previsible que las posturas en favor de la regulación sigan aumentando.
En este contexto, las fuerzas políticas están tratando de adaptarse a la nueva realidad, para evitar quedarse desfasadas en posturas represivas que la población rechaza y va a rechazar cada vez más. Y las consecuencias políticas ya han empezado a verse. Por una parte, los procesos regulatorios en parlamentos autonómicos han seguido adelante, siendo la Ley de Asociaciones Cannábicas de Navarra el ejemplo más claro. Y cada vez son más los municipios que deciden elaborar normativas para regular las actividades de las asociaciones en el ámbito local.
¿Qué dicen los partidos?
Vamos ahora a repasar los diferentes partidos presentes en el Congreso de los Diputados para ver qué posibilidades de triunfo tendría una propuesta parlamentaria de regulación del cannabis.
Partido Popular (137 diputados): El Partido Popular ha sido el azote de todo lo que huela a permisividad con el cannabis y ha promovido la criminalización de los CSC. Aunque tiene algunos sectores minoritarios que apuestan por cambiar el discurso, lo esperable es que se opongan de entrada a cualquier cambio legal.
Partido Socialista (85 diputados): Aunque los socialistas mantienen desde hace años una posición ambigua a nivel nacional, sus secciones en el País Vasco, Cataluña, Navarra y Baleares han votado a favor de la regulación en sus respectivos parlamentos. También son conscientes de que su electorado es mayoritariamente partidario de los clubes y de la regulación. Si se plantea abiertamente el debate, sobre todo si es en base a una propuesta de carácter técnico e integrador, es poco probable que quieran alinearse en solitario con sus adversarios del PP y seguramente acabarán por apoyar el cambio.
Unidos Podemos (71 diputados): Esta agrupación está formada por la histórica coalición Izquierda Unida y por el partido emergente Podemos. IU ha sido desde hace muchos años el principal apoyo del movimiento cannábico en el Parlamento. Podemos, por su parte, ha mantenido una posición muy ambigua en torno al cannabis, dado que algunos de sus principales dirigentes son contrarios a la regulación, pero prefieren no manifestarlo claramente para no perder votos. Sin embargo, una intensa campaña de presión tanto interna como externa les ha obligado a mover ficha. Podemos tiene un Círculo Sectorial (agrupación interna) formado por miembros del movimiento cannábico, que ha conseguido forzar a la coalición a apoyar sus posiciones. Por tanto, podemos dar por hecho su apoyo a una reforma legal.
Ciudadanos (32 diputados): Este partido emergente, cuya ideología se puede calificar de derecha liberal, mantiene desde su nacimiento una posición de tolerancia hacia el cannabis. Dado que además su líder, Albert Rivera, que juega un papel casi mesiánico a la hora de marcar la estrategia, es cercano a sectores cannábicos y partidario de regular (fuentes cercanas a él me informan de que es, o al menos ha sido, fumador de cannabis), lo más probable es que apoyen la regulación cuando llegue el momento.
Esquerra Republicana de Catalunya (9 diputados): Este partido independentista apoya con entusiasmo el cambio en las políticas sobre el cannabis, tanto en Cataluña como a nivel estatal. De hecho, en la frustrada legislatura que concluyó con las elecciones de junio de 2016, presentó una proposición para la regulación del cannabis y contra las condenas a clubes por parte del Tribunal Supremo. Yo mismo fui invitado a la presentación en el Congreso, así que no me cabe duda de que su postura será totalmente favorable a la reforma.
Partido Demócrata Europeo Catalán (8 diputados): La antigua Convergencia Democrática de Catalunya, que sigue ocupando la presidencia de Cataluña, lleva años apoyando la regulación del cannabis a través de los CSC, y así se ha reflejado a la hora de regular tanto a nivel autonómico como municipal. No hay duda de que su postura en el parlamento español sería favorable.
Partido Nacionalista Vasco (5 diputados): Este partido de ideología cristiano-demócrata decidió hace ya varios años apostar con claridad por la regulación del cannabis y apoyar el modelo de los CSC. Ha sido el promotor de la Ley Vasca de Adicciones, que prevé la regulación de las asociaciones cannábicas. Sin duda, será uno de los principales apoyos del cambio cuando llegue el momento.
EH Bildu (2 diputados): La coalición independentista vasca apoya desde hace años el modelo de los clubes sociales y una regulación integral de la planta de cannabis. También se ha posicionado con claridad a favor de Pannagh durante todo el proceso judicial iniciado en 2011. Sin duda, sus dos votos irían a apoyar la reforma.
Coalición Canaria (1 diputado): La postura de este grupo, que con frecuencia ha apoyado al PP en diferentes momentos, es una incógnita. Pero su único diputado no parece que en esta ocasión vaya a tener demasiado peso.
Un cambio posible y necesario
Según las cuentas que acabo de exponer, en el Congreso de los Diputados habría un total de 127 votos seguros a favor del cambio, más 85 casi seguros (los del Partido Socialista). Es decir, un total de 212 votos a favor, frente a 137 en contra, más un voto dudoso. En otras palabras, la reforma legal en torno al cannabis saldría adelante por amplio margen. De hecho, en otros temas el gobierno ya ha venido sufriendo varias derrotas, y es probable que sufra unas cuantas más.
Ahora bien, no debemos olvidar que el Partido Popular, gracias a una ley electoral pensada para favorecer a los partidos grandes, mantiene una holgada mayoría absoluta en el Senado, donde podría bloquear la reforma. Sin embargo, es probable que tal cosa no llegara a suceder. Su situación de minoría parlamentaria está obligando al PP a hacer una serie de concesiones a los partidos en los que necesita apoyarse para aprobar distintas leyes, entre ellas los presupuestos, fundamentales para que pueda sacar adelante al menos una parte de su programa.
Entre esas concesiones que el PP está pactando, se encuentra el acuerdo con el PNV para retirar los recursos ante el Tribunal Constitucional que el gobierno había presentado contra varias leyes aprobadas por el Parlamento Vasco. Entre ellas se encuentra la Ley de Adicciones, que fue recurrida precisamente por los artículos donde se habla de la regulación de las asociaciones cannábicas. En otras palabras, el gobierno español va a permitir al vasco que regule los CSC, con todo lo que ello implica. Por tanto, si se plantea una reforma de la ley a nivel nacional, lo más probable es que el Partido Popular optara por una actitud conciliadora para evitar conflictos con sus posibles socios y que la reforma saliera adelante.
Evidentemente, todo esto son simples hipótesis, pero está claro que muchas cosas están cambiado en torno al cannabis en España. Tal vez algunos políticos tengan la tentación de intentar bloquear momentáneamente el necesario cambio, pero la transformación que se ha vivido en la percepción que la sociedad civil tiene del cannabis y las leyes que lo regulan parece ya irreversible. Tal vez suceda en esta legislatura, tal vez no, pero es evidente que la prohibición del cannabis tiene los días contados en España.
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Pero si Podemos llevaba en su programa electoral la regulación del cannabis.