Una planta que no crece puede deberse a varios motivos. Por ejemplo a algún fallo genético. En este caso poco podremos hacer, a veces la planta llega a recuperar con el tiempo.
También puede deberse a algún fallo por parte del cultivador. Y generalmente suele ser por los errores cometidos por el cultivador. Muchas veces por desconocimiento y muchas otras veces por unos malos hábitos.
Planta que no crece: los motivos y las soluciones
La mayoría de problemas que se presentan a lo largo de un el cultivo, se deben a errores cometidos en la zona radicular.
Se pueden deber a varios factores. Desde un pH del agua incorrecto, a un exceso de riego, a agua no apropiada, a falta de nutrientes, a carencias de nutrientes, enfermedades, hongos y plagas del suelo…
El agua
Lo primero a lo que debemos prestar atención es al agua y su calidad. Un buen agua base para el cultivo, es aquella que no es ni dura, ni blanda, con una EC en torno a 0,4 mS/cm2.
Si se usan aguas blandas, suelen aparecer las típicas carencias de calcio y magnesio debido a que son dos nutrientes que no abundan en este tipo de aguas.
Si es muy dura, contiene grandes cantidades de calcio y magnesio que podrían causar el bloqueo de otros nutrientes y su mala o nula asimilación por parte de las raíces.
El pH del agua de riego debería estar en un rango desde 6.0 a 6.5. Así nos garantizamos que todos los nutrientes están disponibles y las plantas lo asimilan sin mucho esfuerzo.
Un pH mal ajustado, hará que algunos elementos no estén disponibles y la planta muestre carencias. Incluso abonando, ésto no se solucionará. Y tampoco es la solución a este tipo de carencias.
El sustrato
Una planta que no crece puede deberse también al uso de un mal sustrato. Si se ha usado un buen sustrato, la planta tendrá suficientes nutrientes para unas mínimo unas 2 semanas.
Una pequeña planta cultivada en una gran maceta, si no crece, entonces se debe descartar que es por falta de abono. Tendría suficiente con el que almacena el sustrato para crecer a buen ritmo durante al menos dos semanas.
También un buen sustrato garantiza una buena aireación de las raíces y retención de agua. Un sustrato esponjoso favorece un buen desarrollo de las raíces y tardará menos tiempo en drenar el agua de riego.
Un sustrato compacto es más difícil de regar ya que no absorbe bien, produce encharcamientos prolongados y causa asfixia a las raíces.
Los hábitos de riego
Los hábitos de riego son también muy importantes. Cuando se riega, se debe empapar completamente el sustrato. Y esperar a que haya perdido gran parte del agua.
No se debe regar en pequeñas cantidades. Es probable que dejes bolsas de sustrato seco. Y ahí ni se desarrollarán las raíces, y las que haya terminarán muriendo deshidratadas.
Antes de regar, asegúrate de el sustrato esté casi deshidratado. Plantas que parecen mustias, puede deberse tanto a falta de agua, como a agua en exceso.
Si está mustia porque sus raíces están sufriendo por un exceso de agua y mala oxigenación, regando más sólo servirá para empeorar el problema.
Si has regado en exceso, no queda otra que esperar a que la planta vaya poco a poco consumiendo el agua. No se debe intentar trasplantar, tan sólo esperar.
Los nutrientes
Si has descartado que sea un problema causado por las anteriores situaciones, pues puede que entonces la planta que no crece demande nutrientes.
Las hojas amarillean poco a poco, y terminan cayéndose. El crecimiento también se ralentiza o directamente se estanca…
En este caso, opta por un abono especial para fases de crecimiento, empezando con mitad de las dosis que recomienda el fabricante. Y aumenta riego a riego y semana a semana hasta alcanzar las dosis recomendadas.
Contar con un buen sistema radicular, es clave para que las plantas crezcan con gran vigor. Además de facilitar su crecimiento con un buen sustrato y buenos hábitos de riego.
Pero el uso de aditivos contribuye a su salud y desarrollo. Complejos radiculares, organismos beneficiosos, enzimas… nunca son un gasto, son una inversión que las raíces y toda la planta agradecerá.
Las macetas
El color de las macetas en exterior llega a ser relevante en la salud de las raíces y puede ser uno de los causantes de una planta que no crece.
Los colores oscuros como el negro, el verde o el marrón, absorben y transfieren el calor del sol al interior. Un sustrato sobrecalentado es caldo de cultivo de hongos y enfermedades, como el temido fusarium.
En estas condiciones las raíces pueden sufrir grandes daños. Las macetas en exterior, preferiblemente blancas o de colores claros. Siempre se pueden pintar si son de colores oscuros.
Posible plaga en una planta que no crece
Para terminar, asegúrate de que tu planta no esté sufriendo el ataque de una plaga. Revisa bien toda la planta, bajo las hojas, los tallos e incluso el sustrato.
Si ves cualquier insecto maligno, usa algún insecticida específico para tratarlo. Siguiendo todos estos consejos, podrás descartar los posibles problemas por los que tu planta no crece, y encontrar una solución.
One Response
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