Los convenios público privados son la rueda que mueve la industria de la marihuana en Argentina, ahora en Pergamino, donde abrirá un nuevo cultivo.
Las noticias cannábicas argentinas van saltando de ciudad en ciudad, provincia por provincia.
El parche que en 2020 el Ejecutivo le puso a la ley 27.350 de Investigación Médica y Científica del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus Derivados ha movido el avispero.
Así, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) cargó tinta a la pluma y se puso a firmar convenios a lo largo y ancho del país.
Uno de los últimos fue en la ciudad de Pergamino, en el corazón de la redituable Provincia de Buenos Aires, en el este del país.
Allí, el INTA rubricó un convenio con la compañía Pampa Hemp, según informa la revista de negocios Apertura.
En un predio -del cual no se informó su tamaño-, se cosechará cannabis en primera instancia para investigación, luego, para comercializarlo y exportarlo al mundo.
Es la primera vez que una empresa privada logró firmar un acuerdo con el INTA para la investigación y producción de Cannabis medicinal en Argentina.
Se trata de la compañía Pampa Hemp que espera poder comenzar su producción en tres meses y en el mediano plazo comercializar la materia prima en el mercado local para luego exportarla.
“Nuestra empresa empezó a gestarse en 2017 cuando el Congreso convirtió en Ley la investigación médica y científica del uso medicinal de cannabis y sus derivados”, explicó Sebastián Tedesco, socio fundador de Pampa Hemp.
La normativa no implicaba que cualquiera pudiera cultivar para uso medicinal.
“Pedimos permiso al Gobierno para hacerlo, pero para eso teníamos que lograr un convenio con un ente que lleve a cabo la investigación, fue así que nos contactamos con el INTA”, sostiene Tedesco en una entrevista a El Cronista.
PERGAMINO CULTIVA MARIHUANA
El objetivo del acuerdo entre el INTA y Pampa Hemp es impulsar la producción nacional de materia prima para uso farmacéutico que devenga en aplicaciones médicas y terapéuticas.
“Nuestro foco va a estar en torno a aspectos productivos, desarrollando técnicas de cultivo de cannabis con diferentes variedades genéticas, así como el diseño de protocolos de producción”.
“No sólo investigaremos como cosechar la planta de cannabis sino a que temperatura y qué sistema de recolección”, detalló el empresario.
Si bien desde Pampa Hemp no quisieron referirse a los montos de inversión, aseguraron que el acuerdo con el INTA será por tres años.
“Hoy contamos con un presupuesto inicial que se irá modificando a lo largo de los ensayos”, sostuvo Tedesco.
La empresa planea el primer año poner foco en la investigación para luego empezar a planear una comercialización en el mercado interno con el objetivo final de exportar materia prima al mundo.
El producto obtenido será puesto a disposición de la red de laboratorios públicos y privados argentinos, según explicaron.
Ellos serán los encargados de producir el aceite de cannabis para el consumo medicinal, que se espera que alcance un grado de pureza mayor al 99 por ciento.
“Nuestro propósito es colaborar con los laboratorios públicos, vamos a producir insumos para que otros puedan investigar y generar medicamentos”, agregó Tedesco.
“Sabemos que es el mercado del futuro”.
“Hay un consenso muy grande a nivel nacional para que se mejore la ley de cannabis medicinal y creemos que eso sucederá. Nos estamos preparando para cuando eso pase”, agregó Tedesco.
Pampa Hemp es además uno de los fundadores de la Cámara Argentina de Cannabis (ArgenCann).
“Creemos que Argentina tiene todas las condiciones para convertirse en una verdadera exportadora de cannabis en el mundo, falta una decisión política”, sostuvo.
PERGAMINO ESPERA APROBACIÓN DE ARGENTINA
De momento, la empresa está esperando la aprobación del Ministerio de Salud para comenzar a trabajar dentro del programa de Cannabis del país.
“Creemos que vamos a estar operativos recién en tres meses”.
“En principio tenemos que encarar obras civiles porque hay que equipar el invernadero que nos brinda el INTA en Pergamino y dotarlo con un sistema de seguridad”, indicaron.
“Debemos importar las semillas, ese trámite no es tan sencillo y podría demorar algunos meses. Hasta que no contemos con la genética inicial no podemos empezar a trabajar en el cannabis y la investigación”, agregaron.
Tedesco aseguró que la investigación estará enfocada en un cultivo “bajo cubierta, lo que quiere decir es que trabajaremos con luz natural y luz artificial”.
“Durante este procedimiento evaluaremos la cantidad de cosechas que podremos hacer durante un año”, concluyó.
El objetivo de INTA y Pampa Hemp para una segunda etapa será el desarrollo de genéticas propias para fines medicinales y otros usos.
Para ello apelarán a la estabilización de variedades locales y la creación de un banco de semillas de cannabis que permita contar con germoplasma adaptado a las condiciones de geografía y clima argentinos.
Recientemente, la Comisión de Estupefacientes de la ONU eliminó el cannabis de la Lista IV de la Convención Única de Estupefacientes de 1961.
Esto abre la puerta al reconocimiento de su potencial medicinal y terapéutico, sobre todo en países como Argentina, celosos de las normas morales establecidas.
El uso de cannabis ya posee marco normativo en más de 40 países.
Aproximadamente el 40 por ciento de ellos regulan la industria y permiten el empleo de un amplio espectro de las propiedades de cannabis.
Entre ellos, productos médicos, cosméticos, industriales y comestibles.
El otro 60 por ciento sólo se enfoca por el momento en el principal cannabinoide no psicoactivo, el CBD.
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