Los planes para legalizar el cannabis en México son celebrados por muchos y muchas, pero tienen muy nervioso a otros tantos, entre ellos, la ONU.
El país azteca está listo para hacer historia, y sus Senadores, que tienen tiempo hasta fines de abril para decidir, lo saben.
Lo que está en juego es la ley para producir, distribuir y comercializar cannabis en México, pero también para consumir, algo que le hace mucho ruido a la ONU, entre otros.
Es que México es uno de los principales productores de cannabis, y también uno de los países con mayor cantidad de usuarios y usuarias.
Pero lo que verdaderamente le preocupa a la ONU es su cercanía con Estados Unidos, y la frontera entre ambos, que nunca baja la temperatura.
Claro que las cosas podrían estar cambiando en la gran potencia del norte, desde que asumió como presidente Joe Biden, un defensor (a su manera) de la hierba.
Incluso, la puesta en marcha del acuerdo comercial T-MEC entre México, Estados Unidos y Canadá podría abrir paso a un gran hub cannábico entre tres países de poderosa facturación.
Se cree que en México hay alrededor de 2,3 millones de consumidores de cannabis, con lo cual el valor del mercado alcanzaría los 3.200 millones de dólares, según la plataforma New Frontier Data.
Según un análisis de Euromonitor Internacional, las ventas de cannabis recreativo crecerán un 376 por ciento en los próximos cinco años.
Por lo que, la marihuana legal en México representaría el mayor mercado de cannabis del mundo por tener una población de más de 127 millones de habitantes.
ONU NO QUIERE CANNABIS LEGAL EN MÉXICO
Estos números no parecen entusiasmar a la ONU, o más específicamente a su oficina encargada de cuantificar los decomisos de drogas que se hacen en el mundo.
Según informa EFE, La JIFE, el órgano de la ONU que vela por el cumplimiento de los tratados antidrogas, se muestra preocupado por las iniciativas para legalizar el consumo recreativo del cannabis en varios países.
Entre ellos, la principal preocupación de la ONU es México, a quién le recordó su obligación de cumplir las normas internacionales.
“La JIFE sigue preocupada por las novedades legislativas de varios países en lo que respecta al consumo con fines no médicos del cannabis”, advierte este órgano en su informe anual.
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) recuerda que los tratados sólo permiten el uso médico y científico del cannabis.
También dicen que cualquier otro uso “socava la adhesión universal a los tratados internacionales de drogas”.
La Junta se refiere a estas obligaciones al recordar tanto iniciativas legales en Estados Unidos como el proceso abierto en México para regular el consumo lúdico de esa sustancia, a la que sólo falta la aprobación en el Senado.
En el caso concreto de México, el documento recuerda el proceso legal abierto desde que en 2018 la Suprema Corte declarara inconstitucional la prohibición absoluta del consumo recreativo de la marihuana.
Asimismo, la oficina afirmó que “toma nota” de los cambios legislativos propuestos.
También indica que seguirá en contacto con el Gobierno en este y otros asuntos relacionados con “sus obligaciones legales internacionales”.
La JIFE advierte de una “creciente epidemia de metanfetaminas” en México, y menciona que entre 2002 y 2016 la prevalencia de uso en la población general creció del 0,1 al 0,9 por ciento.
Estos guarismos representan una subida del 800 por ciento.
Además, señala que las sobredosis por heroína detectadas en los últimos años se explican en la generalizada adulteración de esa droga con fentanilo, un analgésico sintético 50 veces más potente que ese opioide.
El reporte habla también del impacto que la pandemia de covid-19 ha tenido en el narcotráfico y señala que el propio Gobierno ha identificado tres consecuencias:
Aumento de la violencia armada; diversificación de la actividad delictiva para compensar pérdida de ingresos, y fortalecimiento de grupos criminales.
NUEVA LEY DE MÉXICO NO PIENSA EN USUARIOS DE CANNABIS
El texto avalado por los diputados de México contempla un sistema de licencias para todos los involucrados en la cadena de producción, distribución, transformación y venta de cannabis para todo tipo de uso.
Además, exige a los particulares y a las asociaciones de usuarios obtener un permiso para cultivar plantas para el autoconsumo.
Cada persona podrá tener seis plantas, con un máximo de ocho por domicilio.
La novedad en el caso de México radica en que la legalización del cannabis no tiene en cuenta solo fines terapéuticos, sino también recreativos.
Este es un cambio en la línea internacional sobre la aprobación del uso de drogas.
Así, el país se convertiría en la tercera nación en legalizar por completo el mercado de este estupefaciente.
Antes, ya lo hicieron Uruguay y Canadá.
Sin embargo, muchos creen que la norma está más pensada para desarrollar una industria del cannabis que para proteger libertades individuales.
No están “garantizando un derecho”, tal y como ordenó la Suprema Corte, denuncia José Rivera, director del Movimiento Cannábico Mexicano.
“Están tolerando privilegios y tutelando algo que no tenía por qué ser tutelado si no es más peligroso que el alcohol y el tabaco”, enfatizó.
En el 2015, la Suprema Corte de Justicia de México falló a favor del consumo del cannabis con fines recreativos.
En 2019, después de aceptar varios amparos similares y sentar jurisprudencia, ordenó legislar sobre el tema porque prohibir el consumo de marihuana era inconstitucional.
En 2016, México comenzó a otorgar permisos para la importación legal de productos con cannabis para uso medicinal.
Un año después aprobó dicho uso (pero su reglamento no fue avalado hasta enero del 2021).
Ahora, quiera o no la ONU, México va por la legalización del cannabis.