Los endocannabinoides son moléculas producidas de manera natural en el organismo (principalmente en el sistema nervioso central y periférico), presentan gran similitud con los compuestos de la marihuana y pueden regular una amplia gama de procesos biológicos, como el estado de ánimo en las personas.
Durante cuatro años, expertos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) han estudiado, en colaboración con la Universidad Erasmus de Rotterdam, en Holanda, los efectos que tienen estas moléculas a nivel cardiovascular.
“Una vez que se haya comprendido en su totalidad la suma de efectos inducidos por los endocannabinoides, será posible obtener un potencial uso terapéutico para algunas patologías del sistema cardiovascular, como lo son la hipertensión y la migraña, entre otras”, subrayó Carlos Miguel Villalón Herrera, investigador del Cinvestav y titular de esta investigación.
Investigadores del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav experimentaron con los efectos cardiovasculares del sistema endocannabinoide en ratones, y encontraron que al estimular con cannabinoides los receptores celulares de los vasos sanguíneos se produce un efecto dilatador en estos conductos.
Los receptores de los vasos, conocidos como GPR55, son un “nuevo tipo de receptor atípico” y causan dilatación al interactuar con una sustancia cannabinoide, expresó Villalón Herrera, quien pertenece al Sistema Nacional de Investigadores.
“Nunca antes se había reportado que la activación de este receptor produjera respuestas vasculares sistémicas. De tal manera que somos uno de los primeros grupos en el mundo en demostrar dicha actividad en vivo en modelos animales”, puntualizó.
Para el investigador del Cinvestav, este descubrimiento es de particular relevancia en el comportamiento y las alteraciones producidas por la hipertensión, enfermedad que tiene un profundo impacto en México y en la población mundial.
Sin embargo, Villalón aclaró que a pesar de los resultados alentadores, este estudio necesita seguir investigando múltiples variables antes de proponer algún uso terapéutico potencial, pues deben tenerse en cuenta la gran cantidad de procesos corporales en los que los cannabinoides participan.
Por ejemplo, el sistema endocannabinoide puede llegar a provocar que el cerebro suprima la transmisión y percepción del dolor, permitiendo al individuo escapar de situaciones que pueden llegar a amenazar su vida, o provocando que no perciba situaciones de riesgo, “por lo que existe una infinita gama de oportunidades de investigación en torno a estas sustancias”, concluyó Villalón Herrera.
Fuente ElUniversal