La tierra o sustrato en la que cultives tus cogollos será el alimento principal de la planta del cannabis, la base para su desarrollo, y su crecimiento.
¡Aprende cómo puedes enriquecer el sustrato con nitrógeno, fósforo y otros minerales esenciales para el mejor fertilizado!
La importancia de un buen sustrato
La elección de un buen sustrato será una de las claves para el desarrollo de las plantas de cannabis tanto en interior como en exterior.
En un sustrato de mala calidad cualquier planta tendrá dificultades para desarrollarse, e incluso puede llegar a ni siquiera asomar y morir en pocos días.
Un buen sustrato no es aquel que contenga muchos nutrientes. Siempre es más importante que el sustrato cuente con una buena estructura. Esto mejorará la aireación de las raíces y la retención de agua.
Que contenga más o menos cantidad de nutrientes hasta cierto punto es irrelevante. Muchos cultivadores prefieren sustratos poco abonados y comenzar a usar abonos líquidos en la segunda o tercera semana.
Otros en cambio prefieren un sustrato muy enriquecido que contenga nutrientes para varias semanas más. En cualquier caso, esto siempre será a gusto del cultivador.
A la hora de seleccionar un sustrato, la opción más fácil es recurrir a alguna marca famosa. Muchos fabricantes de fertilizantes ofrecen también sustratos teniendo en cuenta las necesidades y gustos de esta planta.
Cualquiera de ellos cuenta con una buena estructura que facilitará un buen desarrollo de la raíz. Los menos fertilizados se suelen denominar “light”, mientras que los más fertilizados se conocen como “complete” o “all”.
Ventajas de usar tu propio sustrato.
Las ventajas de fabricarse uno mismo su propio sustrato son varias. Pero ante todo la principal, es la de poder una mezcla al gusto de cada uno.
El precio desde luego que no es una ventaja, pues posiblemente gastaremos lo mismo o algo más si optamos por fabricarlo en lugar de comprarlo.
Aparte de un sustrato base, necesitaremos comprar varias cosas más para enriquecerlo. Pero también es posible ahorrar algo de dinero si tenemos espacio y tiempo.
De este modo es posible hacer un sustrato perfecto para cada fase del cultivo mediante la combinación de una serie de elementos que os contaremos a continuación.
Minerales recomendados
Como sabemos, las plantas de cannabis tienen una demanda nutricional bastante específica, pero no muy diferente a la de otras plantas.
Los nutrientes más demandados son el nitrógeno, el fósforo y el potasio. Son los conocidos como como NPK o macronutrientes.
Después vienen los nutrientes secundarios, que son el calcio, el magnesio y el azufre. Y los micronutrientes que son manganeso, boro, cobalto, hierro, zinc, cloro, molibdeno y cobre.
Especialmente, modificaremos los niveles de NPK según la fase del cultivo en que nos encontremos. Siempre y cuando cultivemos en maceta haciendo trasplantes sucesivos.
En caso de cultivar en tierra madre, haremos una mezcla más equilibrada que nos valga tanto para crecimiento como para floración.
Conceptos básicos de nutrición: el suelo
Antes de continuar, hablaremos de la cadena alimenticia del suelo, que se trata de una serie de relaciones y al intercambio de energía y nutrientes que se da entre los organismos que habitan en él.
De acuerdo al tipo de organismo y la actividad que realiza en el suelo, esta red o cadena alimentaria se puede dividir en varios niveles tróficos:
- Primer nivel: en este nivel se encuentran los organismos que realizan la fotosíntesis para generar hidratos de carbono como fuente energética. Las plantas y en especial la clorofila forman parte de éste primer nivel.
- Segundo nivel: es un nivel compuesto por patógenos, parásitos, consumidores de raíces, bacterias, hongos, organismos descomponedores de materia orgánica y mutualistas. Cumplen la función de transformar el material vegetal obteniendo nutrientes.
- Tercer nivel: está constituido por trituradores, predadores y animales herbívoros. Se alimentan de la biomasa generada por los niveles anteriores y permiten la recirculación de nutrientes.
- Cuarto nivel: conforme avanza la cadena alimenticia, existen predadores de más alto nivel. Éstos se alimentan de los organismos de los niveles anteriores, consumiendo la energía acumulada en ellos.
Los principales microorganismos del suelo son la base de esta cadena alimentaria. Lo forman hongos y bacterias, que se clasifican como descomponedores primarios.
Las bacterias se encargan de convertir la materia orgánica presente en el suelo en detritus. Son capaces de producir nutrientes y almacenarlos para liberarlos al suelo.
También alimentan a protozoos y nematodos, facilitan el tránsito de agua y resultan esenciales en la estructura del suelo. Además ayudan a combatir patógenos y previenen en gran medida la aparición de plagas y enfermedades.
Los hongos por su parte, procesan, almacenan y distribuyen nutrientes a las plantas de marihuana. También son depredadores de nematodos y comida para ellos.
Algunos establecen asociaciones simbióticas con las raíces de las plantas, en la que los hongos aportan agua, enzimas y nutrientes, y reciben de la planta hidratos de carbono y vitaminas que por sí mismos no son capaces de sintetizar.
Los protozoos también son importantes, ya que se alimentan de bacterias y liberan los nutrientes almacenados como excrementos en la zona de las raíces.
Gracias a ello se mantienen bajo control la población de bacterias y también la de nematodos, con los que compite por los recursos disponibles. A su vez, son una fuente de comida para los nematodos depredadores.
Los nematodos se alimentan principalmente de materia vegetal, bacterias y hongos, y también liberan nutrientes en el sustrato.
Además son capaces de transportar bacterias a diferentes partes del suelo e incrementa la actividad de los hongos, lo que acelera el proceso de descomposición de la materia orgánica.
Y tampoco nos podemos olvidar de las lombrices, que trituran y digieren materia orgánica, producen minerales, enzimas, microbios, mejoran la capacidad de intercambio catiónico, y alimentan a hongos y a bacterias.
Y por último, algunos artrópodos del suelo como cochinillas de humedad, hormigas, ácaros, colémbolos, etc. Al alimentarse trituran la materia vegeta, lo que acelera la descomposición.
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Como hacer un super sustrato
Para empezar se necesita una base. Puede ser turba rubia, compost o incluso tierra de huerto. En este caso retiraremos la capa superficial previamente, para evitar las malas hierbas.
Si se dispone de tiempo y espacio, se puede cubrir con un plástico negro durante varios meses. Ni crecerán las malas hierbas, y toda la materia orgánica se compostará.
También puedes añadir algunos restos vegetales crudos (peladuras de patatas, de zanahorias, de frutas, hojas de lechugas…), posos de café, hierba, hojas… Con tiempo, se conseguirá un compost de primera.
Será una tierra con cantidad de microorganismos y bacterias beneficiosas. Y como hemos visto, una tierra llena de vida es muy importante.
A esta base, le añadiremos cuando sea la hora de cultivar más materia orgánica de calidad. Desde humus de lombriz, hasta guano, cenizas de madera, harinas de sangre o hueso, estiércoles…
A continuación, aportaremos esponjosidad al sustrato. Es muy importante para el desarrollo de raíces y retención de líquidos.
Ya hemos mencionado que la falta de nutrientes en un suelo se puede compensar con abonos líquidos. Pero una planta en un sustrato que tiende a compactarse, tiene complicada solución.
Los materiales más comunes que se suelen usar para aportar esponjosidad son perlita, vermiculita y fibra de coco. Cualquiera de ellos es económico y fáciles de encontrar.
Quizá el más variado en cuanto a formatos y composición es la fibra de coco. Son muy cómodos los formatos en ladrillo, ya que sólo tendremos que hidratarlo para obtener muchos litros de sustrato.
Algunos fabricantes incluyen hongos micorrizas en estos ladrillos. Estos hongos actúan en simbiosis con las raíces de las plantas, ofreciéndoles una mayor protección y capacidad de asimilar nutrientes y líquidos.
Y para terminar, también es muy interesante aportar hongos beneficiosos. Desde las micorrizas antes mencionadas, hasta trichodermas para proteger las plantas contra hongos patógenos.
En cuanto a las proporciones de cada uno de ellos pueden ser muy variables dependiendo de la fase del cultivo. En cualquier caso, es mejor quedarse corto si no se tiene experiencia en el aporte de nutrientes al suelo.
Por ejemplo de sustrato base podemos añadir un 40-60%. De perlita, fibra de coco o vermiculita podemos añadir un 10-30%, sea de uno sólo o de la mezcla de algunos.
Seguimos ahora con los nutrientes. Una buena cantidad de humus de lombriz es el 10-20%. Pero de guano de murciélago, harinas, estiércoles o cenizas, no es conveniente superar el 5%.
También y como hemos dicho, usaremos unos u otros dependiendo de la fase del cultivo. Por ejemplo en floración, el guano de murciélago es excepcional.
Una vez mezclados todo, comprobaremos con las manos como es su textura. Apretaremos para ver si se compacta o recupera ligeramente su forma, para añadir un poco más de coco o perlita.
Conclusiones
Conseguir un super sustrato para que tus plantas de marihuana es el primer paso para que éstas crezcan sanas y produzcan los mejores cogollos. Aunque la opción fácil es comprar un saco de buen sustrato, prueba a hacerlo tú en casa y comprobarás la diferencia. 1
2 Responses
Importante información porque te da una guia para preparar tu propio sustrato y lo mas importante de manera natural. Gracias.
Buenos consejos gracias