Un articulo interesante publicado por la revista norteamericana High Times “Saudi Hashish Seizures: Taliban Blowback?” hacía referencia al trafico de hachís en en una zona conflictiva del Medio Oriente.
El apresamiento de la patrulla fronteriza de Arabia Saudita a una embarcación cargada con media tonelada de hachís y con destino a las costas del reino del Golfo Pérsico. Después de un intercambio de disparos con la tripulación, en la que dos de los contrabandistas fueron abatidos fatalmente. Los tres traficantes sobrevivientes, identificados como iraníes, fueron detenidos junto a la carga de media tonelada de hachís.
No es el primer incidente de este tipo pero no muy normal, en otro decomiso en el mes de Marzo aprendieron otros 250 kilogramos de hachís en la frontera del reino saudí con Yemen y supuestamente de fabricación irani. Las cajas de hachís, según informes, se encontraron con frases persas (iranies) escritas en ellas e indicando las variedades de hachís.
No hay duda de que el punto de origen del hachís es Afganistán y que una nueva ruta de tránsito se ha abierto a través de Irán. Sin embargo, la ruta tradicional a través del Paso Khyber en Pakistán sigue funcionando. Los cuerpos fronterizos de Pakistán el 10 de septiembre se apoderaron de 150 sacos de hachís que llevaban un convoy de camellos en el paso de Khyber en la frontera afgana. Cinco afganos supervisaban la caravana que detuvieron. Cinco días antes, los guardias fronterizos paquistaníes en la provincia de Baluchistán incautaron aproximadamente 120 kilos de hachís y siete kilos de opio ocultas en un coche que al parecer se dirigía a Quetta, cerca de la frontera con Afganistán, al puerto de Karachi.
La aparente y creciente conexión iraní arroja una luz irónica sobre las recientes conclusiones de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), que establece que la cantidad de tierras de cultivo en Afganistán plantada de cannabis se redujo en casi un quinto el año pasado. Cerca de 25.000 hectáreas de tierra afgana fueron utilizadas para cultivar cannabis en el 2012, un 17% menos en comparación con el 2011y debido en gran parte a los esfuerzos de erradicación en la provincia de central de Uruzgan bastión clave de los talibanes. La producción global de cannabis, sin embargo, aumentó un 8% más que en el 2011. El sector de la cannabis sigue en auge, la ONUDD determinó que el año pasado se plantó marihuana en Afganistán el año pasado por un potencial de $ 6.400 por hectárea para los agricultores afganos y superior al los 4.600 dólares por hectárea del opio.
Los talibanes en sus años en el poder fueron aún más puritanos que los saudíes, y los fumadores de hachís eran azotados públicamente. Sin embargo, ahora que están en la insurgencia, sin embargo, se ha convertido el comercio de cannabis en la forma de subsidiar su guerra de guerrillas, al igual que la Alianza del Norte hizo antes de ellos. La campaña contra el cultivo de opio sólo condujo a un auge en el sector de cannabis.
Con los años, los saudíes han financiado secretamente a los talibanes y, durante sus años en el poder, no tan encubierto. Los talibanes y sus clientes saudíes por igual veían a Irán como su acérrimo enemigo, debido a la división entre sunitas y chiítas.
Los iraníes evidentemente ven perfecto la venta del producto en el reino del desierto donde los reincidentes todavía pueden quedar decapitados por beber alcohol, no importa fumar hachís.
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