Desde este lunes la marihuana es legal en el estado de Washington (Seattle), tal como desde hace seis meses lo es en Colorado. Y a juzgar por lo que viene sucediendo, el fin del prohibicionismo del cannabis es positivo: ha desaparecido el crimen vinculado a esa droga, Colorado percibe más rentas fiscales por los impuestos al consumo de la yerba (y eso es mucho mejor a que ese dinero lo reciban los narcos) y se han creado 10 mil empleos por este nuevo sector (legal, no ese ilegal de gángsters). No se han disparado ni el consumo ni los accidentes de tránsito, como se predijo. Y la policía, los fiscales, los jueces y las cárceles pueden ahora concentrarse en crímenes más serios.
Esta legalización fue aprobada vía referéndum por el 55% de los ‘coloradans’; ahora lo sería por el 77%. Se espera que Oregon y Alaska también voten por la legalización de esta droga en noviembre, medida que ya es apoyada por el 55% de estadounidenses. Y en 24 estados la “marihuana médica” (una manera disimulada de consumirla) ya es legal. Como ve, no se cayó el cielo y se reforzaron los argumentos de los que creemos que la lucha represiva contra las drogas ha sido un fracaso total, que lo único que causa es mafias, corrupción y violencia.
Por supuesto que las drogas son nocivas. Por supuesto que la marihuana daña la memoria, desmotiva, puede desencadenar la esquizofrenia en quienes son propensos y vuelve fumadores diarios a algunos de sus consumidores. Pero esa es una decisión individual que hay que respetar. Y son más perniciosos los legales tabaco –que está en retroceso por campañas educativas– y alcohol (ningún ‘stoned’ desencadena violencia doméstica o social, como sí los borrachos). Las drogas son perversas, pero perseguirlas ha resultado peor: legalizarlas es el remedio menos malo
Aldo Mariategui
Fuente Peru21
One Response
De acuerdo en casi todo,pero las drogas no son perversas nosotros somos perversos