No es ninguna novedad la idea de que el cultivo de cannabis puede ayudar a mitigar los efectos del cambio climático. Sin embargo, los dos bandos que participan en el debate de la legalización han creado una gran cantidad de desinformación, pseudociencia y propaganda descarada, y quizás al público pueda resultarle difícil determinar la verdad que hay detrás de este tipo de afirmaciones.
La polémica del monoterpeno
Uno de los argumentos que predomina afirma que la plantación de cannabis, por sí sola, podría reemplazar los terpenos liberados por los árboles perdidos a causa de la deforestación y que desempeñan un papel importante en la regulación de las condiciones atmosféricas. En concreto, los monoterpenos (todos los que comparten la fórmula química C₁₀H₁₆) tienen una especial relevancia en este mecanismo, aunque los otros tipos también pueden ser sustanciales. A medida que los monoterpenos se liberan, suben hasta la estratosfera, trasportados por las corrientes de convección, y se someten a reacciones de oxidación con el ozono, OH, y NO₃ en la atmósfera, produciendo una serie de subproductos.
No conocemos completamente los mecanismos concretos a través de los cuales los monoterpenos pueden ayudar a proteger el planeta contra los rayos UVB del sol. Sin embargo, se sabe que los productos originados por su oxidación en la atmósfera ayudan a laformación de nubes, que reflejan la radiación solar y producen mayores precipitaciones. Los monoterpenos se liberan en las capas más altas, en los climas más cálidos, lo que permite un efecto de enfriamiento localizado cuando las nubes los dejan caer por encima del bosque, regulando, de este modo, su temperatura.
¿Qué tiene de malo este argumento?
Partiendo de la base de que el cannabis no libera la mayor parte de los monoterpenos considerados más importantes para la oxidación y la formación de nubes (α-pineno, β-pineno, D-limoneno, mirceno, canfeno, entre otros), es muy posible que el cannabis juegue una papel específico, aunque hasta la fecha no se ha podido constatar. Por otra parte, es muy posible que haya otra, o tal vez muchas otras, especies de plantas que pueden realizar un trabajo igual o mejor a la hora de liberar monoterpenos atmosféricos. El cannabis crece con especial rapidez, pero aún no se sabe a qué ritmo libera los terpenos.Si bien es cierto que el cannabis libera monoterpenos, no se han establecido las cantidades ni los tipos liberados exactamente (cambian de unas variedades a otras), ni se ha analizado cómo actúa, de forma concreta, en la regulación atmosférica. Al parecer, no existe fundamento alguno que permita sugerir que el cannabis libera más monoterpenos que el resto de los cultivos agrícolas.
Se sabe que el castaño (Castanea sativa) es uno de los mayores emisores de monoterpenos, y alcanza su altura máxima, de unos 35 metros (y una circunferencia de en torno a 2 m), en unos ochenta años, llegando hasta los 20 metros en los primeros doce años. También se sabe que el eucaliptoproduce niveles muy altos (la neblina azul que da su nombre a las Montañas Azules de Australia está causada por la luz que dispersa la nube de monoterpenos liberados por estos árboles), y tiene muchas aplicaciones en la medicina y la industria. Crecen muy rápidamente, hasta unos cuatro metros más al año. El bambú negro (Phyllostachys nigra) crece a un ritmo de hasta tres metros por año, y es otro gran productor y emisor de monoterpenos, además de tener diferentes aplicaciones, ya que se puede utilizar para fabricar madera, fibras, alimentos y medicinas.
Este tipo de afirmaciones sin contrastar, como el que mantiene que “la planta de cannabis es excepcional en la producción de grandes cantidades de 58 monoterpenos en menos tiempo, en peores condiciones de suelo y clima, con un mayor beneficio ecológico y económico que cualquier otro recurso agrícola en la Tierra”, son poco científicas, y no resultan particularmente útiles para la actual causa por la legitimización del cannabis.
La importancia delCO₂
Las zonas forestales son bien conocidas por ser sumideros de carbono fundamentales, que secuestran toneladas de carbono por hectárea al año, reduciendo así el nivel global de CO₂ atmosférico, y emitiendo oxígeno al mismo tiempo. El CO₂ es un conocido gas de efecto invernadero, y su concentración en la atmósfera, cada vez mayor, está directamente relacionada con el cambio climático antropogénico.
A medida que la deforestación continúa impactando sobre las zonas forestales del mundo, el porcentaje de la cobertura global de árboles ha caído drásticamente. Se cree que la deforestación, por sí sola, ha supuesto el aumento general de la temperatura global durante las últimas décadas, ya que ha provocado un aumento del CO₂ de entre el 12% y el 20%, independientemente del causado por la industria y otras fuentes de contaminación atmosférica.
Otro argumento, bastante repetido, mantiene que el cannabis es un mejor candidato para el secuestro de carbono que cualquier otra planta. Un artículo, en el sensacionalista sitio web NaturalNews, afirma que “los beneficios reparadores del suelo que presenta el cannabis son prácticamente inigualables en la naturaleza, ya que esta planta milagrosa retiene, de forma natural, mucho más dióxido de carbono que prácticamente cualquier otro árbol, arbusto o planta conocida por el hombre”. El artículo continúa citando a un blog desconocido, Carbon Planet, que afirma lo siguiente: “Un campo de marihuanamedicinal secuestrará en torno a 22 toneladas de dióxido de carbono por hectárea”, una afirmación que no está respaldada por ninguna fuente oficial de ningún tipo.A medida que la deforestación continúa impactando sobre las zonas forestales del mundo, el porcentaje de la cobertura global de árboles ha caído drásticamente. Se cree que la deforestación, por sí sola, ha supuesto el aumento general de la temperatura global durante las últimas décadas, ya que ha provocado un aumento del CO₂ de entre el 12% y el 20%, independientemente del causado por la industria y otras fuentes de contaminación atmosférica.
El cáñamo está realmente considerado como un valioso cultivo que secuestra carbono, junto con muchos otros cultivos comerciales, como el kenaf, el arroz, el trigo y la caña de azúcar. Sin embargo, el secuestro neto de carbono realizado por el cáñamo industrial se estimaen torno a 0,67-0,61 toneladas por hectárea al año, muy por debajo de la afirmación anterior, y comparable a otros cultivos comunes. Mientras que los cultivos anuales tienen un indudable potencial como sumideros de carbono, sobre todo si no son, en último lugar, quemados o usados como biocarburante (procesos que devuelven el carbono a la atmósfera), se considera que los árboles perennes son generalmente más importantes para controlar el CO₂.
La marihuana y el CO₂ atmosférico
Sin embargo, las concentraciones atmosféricas de CO₂aún no han alcanzado la cifra mágica de 700 ppm, que permitirá que el cannabis crezca de manera más eficaz. Según lo estimado, este punto se alcanzará alrededor de 2100, al ritmo actual de emisiones. Por lo tanto, todavía tenemos más de ochenta años para intentar otras estrategias que, potencialmente, mantengan las concentraciones más bajas.Se ha mostrado interés en la habilidad que presenta el cannabis, y muchas otras especies de plantas, para aumentar su tasa de crecimiento y su uso de los nutrientes en ambientes enriquecidos con CO₂. En un estudio publicado en 2011, se demostró que las concentraciones atmosféricas de CO₂ de 700 ppm aumentaban, considerablemente, la fotosíntesis neta y el uso eficiente del agua en cuatro variedades de cannabis de alto rendimiento, en comparación con concentraciones ambientales de 390 ppm. Por otro lado, las concentraciones de 545 ppm tuvieron efectos insignificantes.
Estas estrategias incluyen la replantación de una gran variedad de especies de plantas, que están amenazadas actualmente o sometidas a hábitats fragmentados. Si se ponen en marcha ahora, los planes de reforestación, que incluyen especies incluso de crecimiento relativamente lento, seguirían teniendo un impacto apreciable dentro de ochenta años. Si tienen éxito, estas estrategias refutarán la necesidad de sembrar cannabis, en abundancia, como sumidero de carbono.
A medida que comprendemos mejor la compleja dinámica del secuestro de carbono a través de la biomasa terrestre, cada vez está más claro que los árboles grandes y viejos son, con mucha diferencia, los mejores acumuladores de carbono a lo largo del tiempo. Un estudio reciente publicado por la revista Nature reveló que para la mayoría de las especies de árboles, los más grandes, los más viejos son, de hecho, los de mayor crecimiento en términos de masa, y aumentan su capacidad de secuestrar carbono cada año a medida que crecen. En casos extremos, un árbol grande puede añadir el mismo carbono al bosque en un año que el que puede acumular un árbol de tamaño medio durante tota su vida.
Entonces, ¿qué papel puede desempeñar el cannabis?
Gestionando las técnicas adecuadamente, no hay razón por la que el cannabis y el cáñamo no se deban plantar como parte de una estrategia sostenible para el secuestro de carbono. Sin embargo, la pregunta de si cualquier planta es, o no, un mejor sumidero de carbono o emisor de monoterpenos no es la que hay que plantear cuando se trata el tema de resolver el cambio climático antropogénico. La pérdida de biodiversidad es uno de los principales factores que afectan a la supervivencia, a largo plazo, de nuestra propia especie y otras especies de las que dependemos, así que las estrategias que se centran en un único cultivo son, generalmente, poco prácticas en términos reales.
En lugar de considerar el cannabis como la planta que va a protegernos de un mayor calentamiento global antropogénico, el enfoque correcto sería tratar de proteger todos los ecosistemas existentes, preservar la mayor cantidad posible de biodiversidad, e intensificar las estrategias de plantación, ya en curso,que comprenden una serie de especies apropiadas para el hábitat y para su uso potencial. Cultivar más cannabis y cáñamo cuando proceda, sin duda aportaría múltiples beneficios, pero su importancia no debe exagerarse con el fin de ganar más apoyo para la legalización. Ya contamos con más que suficientes buenas razones para que el cannabis sea legalizado, sin desvirtuar el debate con afirmaciones disparatadas y datos no contrastados, echando así más leña al fuego y animando a la oposición a desacreditar el movimiento.
Por Seshata
Fuente Sensi Seeds
One Response
Eso eso a reforestar con marihuana el planeta.XD