Un estudio desarrollado por la University College de Londres, sugiere que los adolescentes con mejores resultados académicos, tienen el 50% de más probabilidades de probar cannabis que los que obtienen peores calificaciones.
En el año 2004, el 12% de los jóvenes de 14 años de Inglaterra fumaban cigarrillos regularmente, el 23% consumían alcohol al menos una vez por semana y el 17% habían probado cannabis. Aunque en 2014 estas cifras habían caído al 4%, 6% y 9%, respectivamente, tendencia que continúa a la baja año a año. El papel de la capacidad académica en la determinación de patrones de consumo de sustancias no está claro, y algunos de los datos que nos ofrece este estudio quizá nos lo pueda aclarar.
En este estudio realizado durante 7 años, se analizaron los datos de más de 6.059 jóvenes de colegios privados y públicos, 3.093 niñas y 2.966 niños, recopilando información del rendimiento a los 11 años y comparando su comportamiento durante la preadolescencia o adolescencia temprana con edades comprendidas entre los 13 y 17 años, y finalmente con la adolescencia y final de la adolescencia con edades de los 18 a los 20 años.
En primer lugar, descubrieron que los estudiantes que con la edad de 11 alcanzaban mejores notas, tenían un 50% más de probabilidad de consumir cannabis ocasionalmente y casi el doble de consumirlo habitualmente que sus compañeros menos aplicados. En segundo lugar, el estudio también reflejó que los niños de 11 años con mejores notas también eran más propensos a beber alcohol regularmente en la adolescencia, etapa en la que también la tendencia a fumar tabaco es menor que en sus compañeros que peores resultados académicos.
Estos datos en sí contradictorios, sugiere que el hecho puede deberse a que las familias de clase media suelen informar más y mejor a sus hijos sobre los riesgos asociados al consumo de alcohol, tabaco y cannabis. Por otro lado también existe la hipótesis de que los niños más inteligentes son también los más curiosos y tienen un deseo más grande de sentirse y ser aceptados por los niños o preadolescentes de mayor edad, lo que en ocasiones puede llevar a experimentar con el cannabis a edades tempranas.
