Autoflorecientes. Ya casi estamos a las puertas de la primavera. Los días vemos como se van alargando y las condiciones empiezan a ser las apropiadas para comenzar un cultivo de cannabis en exterior. Lógicamente cada zona cuenta con su propia meteorología que permiten en unos casos comenzar, y en otros esperar un poco más.
Con variedades de temporada, por muy temprano que germinemos hasta mediados de septiembre no cosecharemos. Y éso optando por alguna variedad de floración rápida. En el caso de las conocidas como “fast version” se pueden cosechar en algunos casos en agosto. Debemos que tener en cuenta que hasta que las plantas noten que los días comienzan a disminuir, bien entrado el mes de julio, no comenzarán a florecer.
Una gran opción a estas alturas son las autoflorecientes, que aunque mucho más pequeñas y productivas que una variedad normal, permiten cosechar en algunos casos en tan sólo 2 meses desde la germinación. No ocupan mucho espacio y son perfectas para llenar algún bote mientras se espera a cosechar las plantas de temporada.
Todas las autoflorecientes tienen un comportamiento similar. Crecen durante aproximadamente 3-5 semanas y comienzan a florecer independientemente de la cantidad de horas de luz que reciban.
Para los mejores rendimientos, se deben seguir una serie de consejos:
- Aprovechar las temporadas. Este tipo de variedades al no depender de fotoperíodos, en la fase de floración conviene aportar la máxima cantidad de horas de sol. En exterior la fecha ideal para su cultivo va desde principios de primavera hasta mediados de verano. Así cosecharíamos a principios del otoño. Las horas de sol en el mes de octubre ya serían escasas para una floración en condiciones óptimas. Organizándose bien, se pueden conseguir hasta 3 cosechas por temporada ocupando un mismo espacio.
- Evitar los trasplantes. Como ya comentamos, las variedades autoflorecientes crecen aproximadamente 3-5 semanas y después florecen. Durante esta fase vegetativa, debemos ofrecer a las plantas las mejores condiciones para que alcance el máximo tamaño. Los trasplantes suponen un estrés, que puede hacer que las plantas frenen su crecimiento uno días, con lo que finalmente las plantas no crecerán todo lo que deberían antes del comienzo de la fase de floración.
- Grandes macetas. Con respecto al anterior punto, conviene apostar por macetas de gran tamaño, mínimo 11 litros, usando un sustrato enriquecido. Siempre serán mejores macetas de mayor tamaño, de unos 20 a 25 litros. La semilla una vez germinada se debe pasar a esta maceta que será la definitiva. Así podrá crecer sin interrupciones y alcanzará su máximo tamaño antes de la floración. Las plantas más grandes siempre serán las que produzcan más cantidad de cogollos.
- Prescindir de podas. Con una fase vegetativa tan corta, las podas nunca van a ofrecernos el resultado deseado, ya que la planta apenas tendrá tiempo para recuperarse y ramificar en condiciones antes del comienzo de la fase de floración. Generalmente las podas en estas variedades son contraproducentes. Si fuese necesario por cualquier motivo, siempre será mejor realizar algunos guiados a las ramas que podar alguna de ellas.