Asociaciones pro-cannabis hay muchas, pero que tengan un local donde se pueda comer o jugar al monopoly tras una nube de marihuana, no tantas.
Resulta casi quimérico pensar que España pueda aplicar en un futuro la legislación holandesa sobre drogas blandas y ver en nuestras calles los típicos coffee shops. Pero a 30 kilómetros de Madrid existe algo parecido: el Private Cannabis Club.
La definición de coffee shop tal y como la conocemos no es la más acertada para definir la sede de este club. El lugar se asemeja más bien a un restaurante con sala de juegos donde pasar un rato agradable con los amigos y fumar cannabis sin problemas.
Si no fuera por el cartel con una hoja de marihuana de la entrada, cualquiera diría que es un bar corriente. Al entrar se respira buen rollo: unos jóvenes tomándose un café y conversando mientras fuman un canuto. Sus nombres son Elán y Javi y los dos coinciden en lo “perfecto y revolucionario” que es acudir a la sede: “La idea es muy buena, porque estamos en un ambiente privado y no es cosa de niños. Aunque tampoco considero que la marihuana sea una droga sino un ocio más”, nos cuenta Javi. “Estábamos bastante cansados de ir dando vueltas buscando hierba. Aquí estoy relajado y puedo disfrutar del sitio”, concluye Elán.
Socios con aval.
Es posible que a más de uno le entusiasme la idea de poder estar en un lugar como éste y no pierda tiempo en trasladarse hasta Paracuellos del Jarama. Pero su presidente, Pedro Álvaro Zamora García, nos cuenta el exhaustivo proceso de selección de sus miembros: “Queremos a gente concienciada con la causa, que aporten cosas y que venga avalada por otro socio”.
Actualmente cuentan con unos 70 miembros de los que cerca de diez están bajo tratamiento medicinal. Los suministros de marihuana vienen de donaciones de cultivos o de la asociación, de manera que los clientes pueden adquirir 50 gramos a la semana por una cuota anual de 130 euros, que se abonan a la hora de darse de alta. Desde ese momento podrán disfrutar de las instalaciones del local, que van desde el servicio de restaurante hasta la posibilidad de utilizar juegos de mesa y una videoconsola, o asistir a un concierto o fiesta privada.
El Private Cannabis Club surgió porque sus miembros buscaban un lugar tranquilo para consumir sin sentirse unos fumetas: “No tenemos que criminalizarnos yéndonos a un parque a fumar siendo mayores de edad. Además estamoshartos de recurrir multas y de acudir al mercado negro a conseguir marihuana”.
Situación legal.
Legalmente no está prohibido fumar en ámbitos privados, “y la asociación lo es”, cuenta Zamora. El cultivo es ilegal,pero si es para autoconsumo no supone un delito penal, sino una penalización administrativa. “Se permite fumar en ámbitos privados y cultivar para consumo propio, lo que se penaliza es el transporte y por eso tenemos una abogada que recurre las posibles multas de nuestros socios a la salida del local”. Lo que verdaderamente quieren es conseguir un cambio en la legislación, y reiteran que no contemplan abrir otras sedes ni franquicias, como les han pedido: “No es un negocio como tal, si no pondríamos directamente unas luces de neón que dijeran: ‘Cogollos, aquí”, bromea Zamora.
Fuente TiempodeHoy
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holaa chicos!!!! ya sabeis que en bcn hay varias salas de fumadores de cannabis, yo conozco una muy buena , donde hay muy buena maria , un sitio muy agradable donde podreis pasar un buen rato , disfruta de la buena musica , jugar la play, ver futbol etc. . . . . todo un encanto , os lo recomiendo catracatra@hotmail. com
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