Una vez cosechadas las plantas de cannabis, llega el momento de la cosecha. Estas son fechas de máxima actividad para los cultivadores, que ven como todo el esfuerzo y los meses de cuidado, al fin dan sus frutos. En anteriores post os hablamos acerca de la cosecha y sobre como cosechar las plantas en su punto óptimo. También os hablamos de cuales deben ser las condiciones de un buen secadero. Hoy hablaremos del secado en sí, desde que cortamos las plantas hasta que se puedan considerar los cogollos secos para proceder al posterior curado.
Si piensas que una vez coseches ya está todo el trabajo terminado, cometes un grave error. Haciendo un simil clásico, sería como pensar que un buen vino se hace únicamente con una buena uva. Todo el proceso posterior de fermentado y curado es igual de importante y lo que marca las diferencias al fin y al cabo.
LA HORA DE LA COSECHA
No vamos a repetir de nuevo todo lo relativo a cuando cosechar. Pero a la hora de hacerlo, también conviene pensar el secado. Dependiendo del métodos de secado, podemos facilitarnos la vida cosechando de un modo u otro. El estilo clásico es cosechando ramas enteras o de buen tamaño, y colgarlas boca abajo. El segundo más usado es en mallas de secado y con pequeñas ramas o incluso sólo los cogollos.
De un modo podremos cosechar la planta por zonas muy fácilmente. Ya contamos que la maduración no llega a todos los cogollos por igual y suele haber ligeras diferencias entre las zonas altas y externas, y las inferiores e internas. Así que será fácil ir cosechando sólo los cogollos que veamos que están listos y dejar el resto. Pero ésto es sencillo cuando se tiene una, dos o tres plantas de pequeño tamaño. Si contamos con varias plantas de gran tamaño, la opción cómoda es cosechar toda la planta a la vez.
LA MANICURA, ¿ANTES O DESPUÉS?
En la manicura básicamente eliminamos lo que no es interesante para fumar, es decir dejamos únicamente los cogollos con la mínima cantidad de hoja. Pero todos éstos restos no conviene tirarlos, ya que cualquiera puede ver como las hojas cercanas a los cogollos en ocasiones presentan una gran cantidad de tricomas. Os recomendamos que las conservéis y hagáis alguna extracción cuando hayáis acumulado las suficientes. Merece la pena.
También dependiendo del secadero, puede convenir hacer la manicura antes de proceder con el secado, o hacérselo una vez la hierba esté seca. No todo el mundo dispone de una habitación perfectamente acondicionada para el secado, y serán muchos los que tengan que recurrir a bodegas, alpendres o lugares que no tienden a cumplir unas condiciones óptimas.
Por ejemplo si es un sitio sin oscuridad total o polvoriendo, cosechar después de secar el beneficioso, ya que las propias hojas envolverán al cogollo dándole una protección extra. Por el contrario manicurar antes es más rápido y cuando las condiciones del secado son las mejores, una vez la hierba seca tan sólo tendremos que proceder al curado y evitaremos el engorroso trabajo de manicurar cogollos secos.
¿CUÁNDO SE SABE QUE LA HIERBA ESTÁ SECA?
El período de secado siempre dependerá de las condiciones ambientales. Con una temperatura elevada los cogollos secarán antes que con una templada. Con una humedad relativa baja secarán antes que con una elevada. O con más ventilación secarán antes que con una ventilación escasa. Un secado rápido de una semana, no tiene por qué ser malo. Pero siempre requerirá un período de curado más largo para que ciertos compuestos se degraden, como la clorofila y que es responsable del sabor a césped de un cogollo con un secado rápido. Un secado lento de por ejemplo 4 semanas, permite que cuando termine, los cogollos ya hayan degradado gran parte de la clorofila. Su sabor en ese momento ya es bastante suave como para comenzar a disfrutar la cosecha.
La hierba realmente estará seca y y preparada para comenzar el curado, cuando los cogollos en su exterior están crujientes y las ramas se parten con un chasquido en lugar de doblarse. La humedad ideal de un cogollo rondaría el 60%, por lo que no conviene ni pasarse, ni quedarse corto. Pensemos que durante el curado generalmente en botes, la humedad interior del cogollo pasará al exterior, y lo que pensábamos que estaba perfectamente seco, ya no lo está y tocará realizar un segundo secado. No tiene por qué asustarnos, ya que llega a ser del todo normal.