¿Sufre las terribles migrañas? ¿Padece ansiedad, cáncer o VIHS? ¿Está deprimido o el insomnio lo mantiene en vela durante las noches? Despreocúpese. El uso de la marihuana medicinal es la solución.
Usted puede ser evaluado clínicamente por un médico autorizado y luego calificar para que se le autorice cultivar, poseer y consumir cannabis, bajo ciertas restricciones. Incluso, hasta por correo electrónico podrá aprender a cocinar, hornear y disfrutar la yerba.
Con preguntas u ofrecimientos similares se anuncian en las revistas de San Diego, California, una veintena de instituciones y organismos que ofrecen sus servicios: desde la entrega de unos cuantos gramos de marihuana medicinal en la primera sesión a quienes buscan una alternativa terapéutica a sus enfermedades hasta enseñarles el cultivo hidropónico de cannabis o explicarles cómo pueden contar con una tarjeta médica para consumir la yerba. La consulta y evaluación médica y legal oscila de 50 a 99 dólares por persona.
A menos de una hora de viaje por carretera desde San Diego, el panorama es distinto, contrastante. Mientras en estados norteamericanos es legal el consumo médico de la marihuana, o marijuana, como se anuncia en revistas, apenas se atraviesa la frontera sur y se ingresa a México, la planta está prohibida.
Como sucede en las ciudades mexicanas de la franja fronteriza con Estados Unidos, continúan las ejecuciones, los enfrentamientos entre narcotraficantes, policías y militares, los asesinatos y los enfrentamientos, “guerra” la ha llamado el presidente Felipe Calderón, contra las poderosas bandas que comercializan drogas, entre ellas la mariguana.
El 13 de marzo pasado, por ejemplo, la Policía Federal detuvo en Tijuana a tres presuntos traficantes de droga, a quienes aseguró más de siete toneladas de marihuana y nueve vehículos, en un predio ubicado sobre la carretera libre Tecate-Mexicali-La Rumorosa.
La “guerra” del gobierno federal contra el narcotráfico ha incendiado poblaciones fronterizas con Estados Unidos. La pólvora y la metralla se regaron en municipios como Ciudad Juárez o estados como Sinaloa, Michoacán y Tamaulipas. Tan solo el año pasado se registraron más de 8,200 narcoejecuciones en México.
Fuente Avenida24
