El genio loco del reggae que ahora come marihuana
A veces resulta muy complicado distinguir por dónde discurre la frontera que separa al genio del loco, pero en el caso del jamaicano Lee ‘Scratch’ Perry no merece la pena darle muchas vueltas al asunto: lo mejor es asumir directamente que reúne en su persona las dos condiciones, es decir, que tiene un talento extraordinario para crear maravillas y, a la vez, está como un cencerro.
Lo primero, desde luego, no lo discute nadie que conozca su obra. De hecho, hay quienes sostienen que Lee Perry, así sin más, inventó el reggae allá por la segunda mitad de los 60, cuando produjo a un grupo llamado The Pioneers y dio con el ritmillo hipnótico y contagioso que todos conocemos.
Porque, sin desestimar sus cualidades como intérprete, Lee Perry es ante todo un productor, un tipo que graba música y la modela hasta que se acaba pareciendo a lo que él escucha en su cabeza. Claro, en la cabeza de Perry debían de sonar cosas muy extrañas, sobre todo después de fumar cantidades ingentes de marihuana: su discurso siempre está plagado de referencias a extraterrestres, a fantasmas, a vampiros, a superhéroes y a misteriosas máquinas.
Así que se aplicó a traducir a la realidad esa singular inspiración y, pese a los medios primitivos con los que contaba, supo dar forma a algunas de las grabaciones más fascinantes e influyentes de la historia. Por supuesto, produjo y dio el empujón a unos tales Bob Marley & The Wailers, pero sus trabajos más personales entran en el terreno del ‘dub’, la variante más esquemática y estupefaciente del reggae, que él solía adornar con efectos desconcertantes como llantos de niños, sonidos de animales o cristales rotos. Al escuchar algunos de sus temas, uno empieza a pensar si no tendría de verdad asistencia de marcianos.
En cuanto a la locura, hay quienes sostienen que es pura pose, aunque resulta difícil creer que, en el fondo, la fabulosa apariencia del músico esconda a un tipo equilibrado y sensato, un funcionario disciplinado que ejerce de Perry de ocho a tres. Veamos algunas intentos de definirse que ha realizado en los últimos años, y no se trata de los más desquiciados, sino simplemente de tres que más o menos se pueden entender: «Soy el dios de mi planeta, Júpiter, y mi planeta dice que ninguna música puede imponerse a la mía», dijo en una entrevista. «Estás escuchando a una máquina. Yo imito a los seres humanos, soy un ser maquinal», explicó otra vez. «Describo mi personalidad como un animal entre caníbales. No me gusta decir que soy un hombre, porque no quiero serlo. Creo que soy un ángel», concluyó en otra ocasión.
A punto de cumplir los 76 años, estará acompañado hoy en el Antzoki por su discípulo Mad Professor, otro de los grandes del género. Faltará, claro, la humareda espesa y aromática que, durante décadas, ha envuelto al público del reggae, aunque a Lee ‘Scratch’ Perry eso le importa bien poco: el hombre que soplaba humo de marihuana sobre las cintas para que se impregnasen de magia vive desde hace años en Suiza y ha dejado de fumar. Pero, ojo, eso no significa que ya no consuma hierba.
«Los ángeles me mostraron cómo vivir, lo que tenía que comer, que no debía beber alcohol ni fumar. Ahora me como la marihuana, hago curry e infusiones con ella».
Fuente ElCorreo