La cocina cannánica ya no se puede considerar una moda pasajera y cada vez cuenta con más adeptos. Y principalmente son consumidores terapéuticos que la encuentran como el método más saludable para administrarla. Pero no se trata simplemente de añadir un cogollo triturado a una pizza recién salida del horno, sino que conviene tener claros ciertos aspectos.
LA DESCARBOXILACIÓN Y LA TEMPERATURA
Es sin duda lo más importante a la hora de cocinar con cannabis. La descarboxilación es el proceso en el cual los cannabinoides se vuelven psicoactivos. Si te comes un cogollo, los efectos psicoactivos pueden llegar a ser despreciables. En cambio si te lo fumas la cosa cambia bastante. Ésto se debe a que el THC, el principal compuesto psicoactivo, se encuentra en su estado ácido THCA. Y al aplicar la temperatura de la combustión cuando se fuma, se transforma inmediatamente en THC.
Así que una vez teniendo claro ésto, tenemos que descarboxilar el cannabis antes o durante la elaboración de la receta. Por ejemplo si se trata de una receta fría, debemos descarboxilarlo previamente. Y si se trata de una receta que requiera cocinado, podemos incluirlo durante el mismo. Para descarboxilar la hierba, basta meterla en una bandeja de horno o cocinarla a 115º durante unos 40-45 minutos. Si nos pasamos de temperatura y/o tiempo, el THC comenzará a degradarse y éso no interesa.
CÓMO INCORPORAR EL CANNABIS
Los tricomas son liposolubles, es decir se disuelven en grasas o aceites. Si hacemos un té con cogollos, difícilmente nos beneficiaríamos de sus efectos pues los tricomas no se desprenderían de la materia vegetal y en todo caso reposarían intactos en el fondo del vaso. En cambio si añadimos un poco de leche o mantequilla, los tricomas se disolverán fácilmente. Y siempre se debe usar una temperatura que permita una disolución rápida, de lo contrario nos tomaríamos el té pasadas varias semanas.
Lo más habitual y que fácilmente se puede añadir a cualquier receta, es usar aceite, mantequilla, leche o nata. Los qie frecuentemente cocinan con cannabis, suelen disponer de aceite cannábico o canna butter ya preparado para poder usar en cualquier ocasión. Bien sea en usa ensalada fría, o para cocinar carne, elaborar una salsa u hornear un delicioso postre. Si decidimos añadirlos durante la elaboración, la receta de algún modo u otro debe llevar aceite o grasas.
QUE RECETAS PUEDO HACER
Sé todo lo creativo que quieras. Piensa que aceite, mantequilla, nata o leche se puede añadir a prácticamente cualquier receta. Desde guisos, a ensaladas, salsas, postres, batidos… el límite lo pondrá cada uno y sus habilidades en la cocina. No es necesario hacer siempre las típicas galletas o bizcocho cannábico ya que las opciones llegan a ser infinitas.
Y QUÉ DOSIS ES LA QUE DEBO USAR
Éste es uno de los aspectos más ambiguos, ya que depende en gran medida de la persona. En cualquier caso para alguien que se introduce en el consumo ingerido de cannabis por primera vez conviene comenzar con dosis bajas. Los efectos son muy retardados y hasta pasada una hora lo habitual es no notar ningún tipo de efecto. Después, son más intensos y prolongados que cuando se fuma. Y llegan a ser bastante desagradables si se excede con la dosis.
Por ejemplo medio gramo de cannabis ingerido es una dosis muy respetable. E incluso siendo la primera vez puede resultar excesiva. Lo mejor a ir poco a poco, con pequeñas dosis o porciones y esperando el tiempo suficiente para comprobar los efectos. Con el tiempo los más habituales de la cocina cannábica aprenden a calcular las dosis precisas para cada momento.