¿Por qué el ojo ve las cosas con mayor claridad en los sueños que en la imaginación cuando se está despierto?”
Leonardo da Vinci (1452-1519)
Los Estados Alterados de la Conciencia y La Cultura Occidental
Por un lado, está la conciencia normal y, por otro, está la subida (high, en inglés) o efectos cerebrales producidos por la marihuana. Y estar bajo los efectos de la subida supone que actuemos como si estuviéramos un poco locos y sufriéramos un pequeño retraso mental.
En pocas palabras, ésta es todavía la postura dominante en nuestra sociedad cuando se trata el tema de la subida producida por la marihuana. Este punto de vista está profundamente arraigado en la actitud occidental moderna que se suele adoptar hacia los estados alterados de la conciencia en general, como ya señaló el psicólogo americano Charles Tart hace más de 40 años:
Dentro de la cultura occidental tenemos fuertes actitudes negativas hacia los estados alterados de la mente: distinguimos entre el (buen) estado normal de la conciencia y los cambios patológicos de la conciencia. La mayoría de la gente no hace ningún otro tipo de distinción”.
(Charles Tart (ed.) Altered States of Consciousness, HarperCollins, San Francisco 1969/1990, p.2.)
Los Múltiples Estados de la Conciencia
Pero ¿tienen los estados alterados de la conciencia, en general, un origen patológico? Debería resultar evidente que algo no encaja en este punto de vista cuando pensamos en el tipo de transformaciones que sufre nuestra mente casi todos los días. Cada noche, todos nosotros entramos en un estado extraño de conciencia y experimentamos sueños sin lógica que siguen unas líneas argumentales muy complejas y entrelazadas, acompañadas de imágenes muy vivas. Experimentamos un estado que se parece mucho a cuando se está colocado por la ingestión de setas mágicas y esta transformación se produce de forma natural y repetida.
Cuando dormimos, atravesamos diferentes estados durante la fase REM o MOR (en español) (Comparar con Allan J. Hobbson, The Dream Drugstore. Chemically Altered States of Consciousness, MIT Press. Cambridge/MA, 2001) y durante las otras fases del sueño, en las que nuestra conciencia se transforma en algo salvaje y misterioso.
Sin embargo, también experimentamos muchos tipos de estados mentales alterados mientras estamos despiertos: cuando nos ataca alguien, nuestra mente se prepara automáticamente para luchar o escapar, de forma que entramos en un estado de alerta extrema, hiperconcentrando nuestra atención en el adversario y en las posibles estrategias de supervivencia. Cuando vemos la televisión, a menudo entramos en un estado extraño e hipnótico, como de trance. Entramos en un estado de trance, incluso aún más profundo, al escuchar o bailar música electrónica durante una noche larga de discoteca. A lo largo de nuestra vida, solemos pasar por miles de estados alterados de la conciencia, más o menos prolongados, cuando tenemos un orgasmo. También experimentamos otros estados de éxtasis, como enamorarse o montarse en una montaña rusa (que suele ser lo mismo), y sentimos un estado duradero de relajación mental profunda en una sauna, en un spa, o durante un masaje.
Todos nosotros apreciamos muchos de estos estados. Pueden resultarnos muy útiles y son necesarios para sobrevivir, como por ejemplo la visión de túnel que se manifiesta cuando sufrimos un ataque. Estos estados alterados de la conciencia se producen de forma natural y, por lo general, comprendemos que pueden ser valiosos de muchas maneras y en muchos aspectos. Aceptamos que estados como el éxtasis son parte esencial e importante de nuestra vida.
El Potencial de los Estados Alterados de la Conciencia
En algunos aspectos, los estados alterados de la conciencia son superiores a los estados de la mente racional que solemos considerar como normales. Las técnicas de imagen del cerebro, por ejemplo ya han comenzado a responder a la pregunta de Da Vinci sobre porqué a veces podemos ver las cosas con más claridad en nuestros sueños, al mostrarnos la hiperestimulación que se produce en las diferentes áreas del cerebro que son responsables de la visión durante la fase REM del sueño. Estos descubrimientos podrían explicar por qué muchos creativos o científicos suelen contar cómo utilizan sus sueños.
En resumen, atravesamos distintas transformaciones de la conciencia y, obviamente, podemos sacar un enorme provecho de estos cambios. Nuestra conciencia tiene la habilidad natural de transformar y mientras que algunos estados alterados, como las alucinaciones que se sufren cuando se tiene fiebre muy alta, pueden ser patológicos, otros son claramente provechosos.
¿Pero no es un poco antinatural inducir un estado alterado de la conciencia de forma artificial?
Los Animales y Los Estados Alterados de la Conciencia
Durante siglos, los seres humanos de todas las culturas han inventado métodos para alterar los estados de su conciencia a través de ritmos, música, bailes, técnicas de meditación, y usando sustancias psicoactivas como el cannabis, el alcohol, las setas alucinógenas, la ayahuasca o la ibogaína. En nuestra sociedad occidental moderna, a menudo tendemos a considerar estas prácticas rituales anticuadas, pero cuando echamos un vistazo más detenido a nuestra sociedad hoy en día, nos encontramos con cientos de millones de personas que utilizan una gran cantidad de técnicas para transformar su conciencia en todo el mundo. Utilizan la música y sustancias como el alcohol o el MDMA para llegar a un estado de trance extático, utilizan técnicas sofisticadas de yoga para entrar en un estado de meditación profunda, y los profesionales de la medicina utilizan la hipnosis para diferentes tratamientos.
La perspectiva de la evolución demuestra que todo tipo de animales consumen, de forma sistemática, sustancias psicoactivas para alterar su conciencia. Algunas mariposas se emborrachan con el alcohol de las frutas fermentadas, los gatos se excitan sexualmente con la hierba gatera o menta de gato, las cabras comen bayas de café y juegan frenéticamente rodando por las colinas. El psicofarmacólogo Ronald K. Siegel realizó un estudio sobre los animales y la forma en que éstos han utilizado las plantas psicoactivas durante años, y llegó a la siguiente conclusión:
En todos los países, en casi todas las clases de animales, he encontrado ejemplos no sólo de consumo casual, sino también intencional, de drogas. Los miles de casos que he investigado me han convencido de que el mecanismo animal de busqueda de sustancias intoxicantes es un comportamiento natural en el reino animal”.
(Ronald K. Siegel, Intoxication. The Universal Drive for Mind-Altering Substances, Park Street Press, Vermont 1989, p.13.)
Siegel cree que intentar encontrar sustancias intoxicantes es casi como un cuarto instinto (los otros tres son el instinto de beber, comer y el del sexo) y tiene un gran valor, en general, para la adaptación de una especie.
Los estados alterados de la mente forman parte de nuestra existencia y, en parte, definen quiénes somos – y lo mismo ocurre con nuestra curiosidad y nuestra capacidad para inducir esos estados. Pueden ser útiles y sustancialmente positivos. Algunos de ellos son patológicos, otros no lo son. Obviamente, los estados alterados de la conciencia que nos resultan de utilidad también conllevan riesgos, ya que aunque algunas habilidades cognitivas pueden aumentar y potenciarse (como la capacidad para imaginar durante el sueño), otras disminuyen. Soñar puede ser un estado de gran utilidad para la conciencia, pero no debe hacerse mientras se conduce un automóvil o durante un examen de matemáticas.
La Subida de la Marihuana Bajo una Nueva Perspectiva
Una subida producida por la marihuana puede cambiar y mejorar muchas funciones cognitivas. Los consumidores han informado entre otras cosas de que se produce una hiperconcentración de la atención, una mayor capacidad para recuperar recuerdos lejanos, ver patrones, pasar rápidamente por cadenas asociativas de pensamientos, para conseguir la introspección y nuevas perspectivas, y para comprender mejor a los demás de manera empática. Otras funciones cognitivas pueden disminuir durante un subida; la percepción del tiempo puede distorsionarse y se puede ser menos capaz de realizar varias tareas a la vez, lo que puede producir ciertos riesgos en determinadas situaciones. Un consumidor de marihuana que quiere utilizar de manera positiva una subida producida por la marihuana tiene que aprender a usarla y, sobre todo, saber cómo integrar su subida en el resto de su existencia – al igual que todos tenemos que aprender a aceptar los muchos otros estados alterados de la conciencia que nos definen. Por ejemplo, tomar notas sobre los sueños de forma rutinaria justo después de despertarse, puede, de manera importante, ayudarnos a integrar los sueños en nuestra existencia; tomar nota de las visiones o nuevas perspectivas que experimentamos durante una subida puede ayudarnos de la misma manera.
Si queremos experimentar una subida como algo que enriquece nuestras vidas, tenemos que cambiar nuestra opinión sobre nuestra mente. Debemos aceptar primero que somos mucho más que simplemente seres humanos racionales que piensan con lógica, y renunciar a nuestra supuesta propia imagen, distorsionada por la cultura occidental, sobre la naturaleza de nuestra propia conciencia.
Fuente SensiSeeds