Continuamos con nuestra guía de cultivo en interior. Recordamos que está especialmente pensada para principiantes y no nos perderemos en tecnicismos en ocasiones complicados de entender. En el primer capítulo hablamos de las condiciones ideales de cultivo en lo relativo a temperatura, humedad y fotoperíodos. Hoy trataremos exclusivamente el tema de la iluminación. Uno de los pilares básicos del cultivo en interior y que puede marcar la diferencia.
Lo primero que debemos tener en cuenta cuando vamos a montar un cultivo en interior, es que el gasto eléctrico será elevado. No existen hoy por hoy sistemas de iluminación de bajo consumo para cultivar cannabis. Durante muchos años y todavía hoy, los estándares de iluminación óptima lo marcan las lámparas HPS. Las de 250W son apropiadas para armarios de 80x80cm, las de 400W para armarios de 100x100cm, las de 600W para espacios de 120x120cm y las poderosas de 100W para espacios de 150x150cm. Aunque con la llegada de otros sistemas como los LED o LEC los consumos se han conseguido reducir bastante, siguen siendo bastante elevados.
También debemos tener en cuenta que una vez hayamos decidido dar el paso, que la inversión sea con sentido. No todas las lámparas, bombillas o LED son iguales. Necesitaremos espectros específicos que imiten la luz del sol y las plantas puedan aprovechar esta energía luminosa. Crecerá en buenas condiciones y lo más importante, la cosecha sea satisfactoria. La diferencia entre una iluminación apropiada y otra que no lo es, se traducirá en plantas que no crecen o cosechas más pobres. El gasto eléctrico en la mayoría de ocasiones es similar.
TIPOS DE ILUMINACIÓN
Vapor de sodio: o HPS (High pressure sodium). Son lámparas de alta intensidad y las más empleadas en la fase de floración. También las hay de espectro mixto que son válidas también para la fase de crecimiento, en contra de un peor comportamiento en floración que las específicas de floración. Como ya hemos dicho, sus potencias son de 250, 400, 600 y 1000W. Precisan un balastro para funcionar además de un reflector que refleje la luz que se perdería en la mitad superior que iluminaría el techo. Las ventajas es que son equipos muy económicos y que garantizan unas buenas cosechas. Las contras, que las lámparas tienen poca vida efectiva (2-3 cultivos), que el consumo es elevado y que emiten demasiada calor al espacio de cultivo.
Haluros o halogenuros metálicos: o HM, son también lámparas de alta intensidad y especialmente concebidas para la fase de crecimiento. Las potencias son de 250, 400, 600 y 1000W y también necesitan balastro para funcionar y un reflector. Su compatibilidad con las lámparas de vapor de sodio, las convierten en la mejor opción para combinar una de crecimiento y otra en floración. Las ventajas son su precio y el gran crecimiento que experimentas las plantas. Las contras, las mismas que las de las lámparas HPS: consumo, calor y poca durabilidad.
Iluminación Bajo Consumo
Fluorescentes y lámparas de bajo consumo: como decíamos, el nombre de bajo consumo puede dar lugar a confusión. Una bombilla de bajo consumo de 250W por ejemplo, no iguala en rendimientos a una lámpara de vapor de sodio de 250W teniendo un consumo idéntico. Las ventajas es que emiten muy poco calor, por lo que son perfectas para pequeños interiores donde la temperatura es un problema. También son una gran opción para el mantenimiento de plantas madre o enraizado de esquejes. Y además no necesitan un balastro para funcionar. Las contras, son que no llegan a igualar a ninguna de las otros sistemas de iluminación en cuanto a rendimiento se refiere si comparamos potencias idénticas.
Iluminación moderna
LED: la aparición de los paneles LED han supuesto un gran avance en el cultivo de cannabis en interior. Lejos quedan los primeros sistemas LED que se comenzaron a ver hace algo más de 10 años, y hoy en día podemos hablar de la iluminación perfecta. Y día a día está en continua evolución. A su favor, que no emiten apenas calor, lo que permite cultivar incluso en los meses más calurosos del año, que se pueden conseguir una gran calidad y cantidad de espectros y su larga vida útil. En su contra, que son equipos caros que comparados con los HPS, tardaremos meses en rentabilizar. Con un poco de habilidad y componentes sueltos, cualquiera pude fabricarse su propio panel LED no envidiando nada a los mejores del mercado.
LEC: es la última tecnología en llegar y lo ha hecho para quedarse. En principio, a corto plazo conseguirá sustituir y mejorar a las lámparas HPS y HM. En sí, es un sistema muy similar, con lámparas de alta intensidad, balastro y reflector. Pero con menores potencias (lo que también es menor consumo), ofrece mejores rendimientos que las lámparas de vapor de sodio. Por ejemplo una lámpara LEC de 315W mejora los rendimientos de una HPS de 400W con un consumo 20% menor. A diferencia de los HPS emiten rayos UVA como el sol, aumentando la producción de tricomas y terpenos en floración. En su contra pocos aspectos, como la alta emisión de temperatura.