“La lógica te puede llevar desde A hasta B. La imaginación te puede llevar a cualquier parte.” Albert Einstein
El subestimado valor de la imaginación.
En su famosa canción “Imagine”, John Lennon describe un estado utópico de libertad y armonía, y se anticipa a la reacción del público: “You may say I’m a dreamer (…).” (“Quizás dirás que soy un soñador […].”) Porque los estados de consciencia, los sueños y la imaginación tienen, sin duda, mucho en común. Difieren del estado normal de consciencia en vigilia, especialmente porque se experimenta una visión de imágenes más intensa. En general, cuando pensamos sobre nuestra capacidad de imaginación, a menudo pensamos en ella como algún tipo de ensoñación visual –una útil capacidad utilizada principalmente por artistas y por otras personas del ámbito creativo. Tendemos a subestimar lo crucial que nuestro uso de la imaginación es para nuestra vida diaria.
De hecho, en nuestra vida diaria recurrimos a nuestra imaginación en todo momento, no solamente cuando pensamos en términos creativos, sino también cuando tomamos decisiones. Es posible que decida no ir a esquiar la semana que viene porque oyó una previsión meteorológica poco halagüeña e imaginó que en las montañas haría mucho frío y mal tiempo. Al prever el viento frío que hace en las montañas puede, literalmente, sentir como un escalofrío recorre su espalda. Como muestra este ejemplo, cuando imagina no solamente “se hace una imagen mental” de las situaciones; también imagina sonidos, sabores, olores, sensaciones o estados de ánimo. En su influyente libro Human. The Science Behind What Makes Us Unique, el neurocientífico Michael Gazzaniga nos recuerda lo poderoso que es el papel que la imaginación desempeña en nuestras vidas:
“La imaginación también nos permite viajar en el tiempo. Podemos ir al futuro y volver al pasado. Un acontecimiento puede haber ocurrido hace mucho tiempo, pero lo puedo reproducir en mi imaginación a partir de mi memoria. […] De un modo similar, puedo proyectar hacia el futuro. Puedo utilizar mi experiencia pasada de una emoción y aplicarla a circunstancias futuras. Puedo imaginar cómo me sentiría, por ejemplo, de pie ante la puerta abierta de un avión con un paracaídas en la espalda (terror, que ya he sentido en el pasado y que no me gustó) y decidir que es mejor renunciar a esta aventura.”
Por supuesto, en la vida hay decisiones mucho más importantes que las relativas a ir a esquiar o saltar desde un avión. Cuando tomamos decisiones sobre si casarnos o no con nuestro
querido/a compañero/a, es posible que pasemos por varios procesos de imaginación: “¿Puedo imaginarme nuestra relación yendo bien incluso en una crisis? ¿Me atrae la idea de tenerla a mi lado como madre de nuestros hijos? ¿Dentro de veinte años, seguirá haciéndome ser mejor persona?”
Es fácil entender cómo la capacidad de imaginación conduce a una ventaja evolutiva, como observa el neurocientífico Vilayanur Ramachandran:
“Cuando imaginas algo –como cuando te preparas para una futura caza de bisontes o para un encuentro amoroso– se activan muchos de los circuitos del cerebro que también se activan cuando de verdad haces algo. Ello te permite practicar escenarios en una simulación interna sin incurrir en los costes de energía ni en los riesgos de una prueba real.”
Por lo tanto, en pocas palabras, la imaginación no consiste solamente en una habilidad que es agradable tener y que principalmente está muy desarrollada en profesionales de la creación: todos nosotros dependemos en gran medida de nuestras capacidades de imaginación, todos los días.
La intensificación de la imaginación durante el consumo.
Para entender la importancia de la intensificación de la imaginación por el efecto cerebral de la marihuana, es importante recordar la importancia de nuestra imaginación para nuestra propia cognición. Muchos consumidores de marihuana han manifestado que tienen más imaginación cuando leen o piensan sobre una situación. Asimismo, bajo sus efectos pueden imaginar las situaciones de un modo mucho más vívido. Cuando el profesor de Harvard Charles Tart envió cuestionarios para su estudio psicológico On Being Stoned, muchos consumidores de marihuana se mostraron de acuerdo con las siguientes afirmaciones sobre un nivel moderado de efecto cerebral de la marihuana:
“Si intento visualizar algo, lo veo en mi mente más intensamente, más
definidamente que cuando estoy sobrio.” (…)
“Si intento experimentar una imagen auditiva, oír algo en mi mente, recordar un sonido, es más vívido que cuando estoy sobrio.” (…)
“Si intento imaginar cómo sabe algo, puedo hacerlo con mucha vividez.”
“Puedo experimentar una imaginación táctil muy real, imaginar qué tacto tienen las cosas y sentir su textura vívidamente en mi mente.”
Como ejemplo concreto, aquí tenemos una declaración de un mandolinista de un grupo de bluegrass, que explica que le gusta tocar bajo los efectos cerebrales del cannabis:
“A veces fumo antes de tocar. Toco en un grupo, y es habitual que me siente y me fume un par de canutos para coger un poco el punto mientras estoy tocando. Cuando estoy colocado, puedo visualizar las relaciones musicales con mayor facilidad. El otro día, estaba practicando escalas con la mandolina, dobles líneas de escalas en intervalos. Si las toco mientras estoy bajo los efectos del cannabis les encuentro más sentido y, al final, entiendo cuándo y cómo podrían ser útiles para mi actuación.”
(en: High Culture. Marijuana in the Lives of Americans, William Novak, 1969)
¿Por qué no hacemos encajar las piezas?
Muchos consumidores de marihuana han experimentado por sí mismos varios episodios de intensificación de la imaginación y han descrito cómo los utilizan. Algunos han manifestado que pueden visualizar mejor objetos o rostros y utilizarlo en sus ilustraciones; los músicos consideran que pueden imaginar mejor cómo los diversos instrumentos pueden trabajar a la vez y lo usan para sus composiciones musicales, mientras que a otros les gusta consumir y empezar a cocinar, empleando la intensificación de su imaginación para proponer nuevas ideas de recetas, al imaginar cómo determinadas especias o hierbas sabrían al mezclarlas con ciertas verduras.
Considero que la mayoría de consumidores de marihuana han experimentado alguna forma de intensificación de la imaginación mientras estaban bajo los efectos de esta sustancia, pero subestiman el increíble potencial cognitivo de estos efectos. ¿Por qué no hacen encajar las piezas?
Creo que hay varias razones por las que normalmente subestimamos el potencial de este intensificador de la imaginación. En primer lugar, una campaña de desinformación todavía presente que duró décadas y que nos ha llevado a centrarnos en los riesgos de la marihuana en lugar de analizar su potencial (y muchos de los riesgos, como sabemos actualmente, son invenciones de propagandistas). En segundo lugar, normalmente solo consideramos imaginación la imaginación visual; sin embargo, como hemos explicado antes, la imaginación es mucho más que esto. En tercer lugar, tendemos a ver el proceso de imaginación como una suerte de ensoñación consciente y olvidamos que inconscientemente recurrimos a ella mucho más a menudo en nuestro pensamiento cotidiano. Y otra cosa importante: cuando se trata de una intensificación de las imágenes y la imaginación, tendemos a pensar más en otras sustancias psicoactivas, como el LSD o la psilocibina, porque proporcionan viajes visuales completos.
Cuando entendamos que la marihuana tiene el potencial de intensificar nuestra imaginación y comprendamos lo importante que la imaginación es para nuestra cognición en general, entenderemos mejor muchos testimonios de científicos, artistas, escritores y otras personas que han utilizado dicha intensificación para varios fines.
A menudo, los científicos han descrito el modo en que su imaginación les ayudaba a encontrar grandes ideas y soluciones a problemas. Una de las intuiciones más importantes de Einstein le llegó cuando imaginaba cómo sería montar sobre un rayo de luz, y el químico Friedrich August Kekulé von Stradonitz vio el anillo del benceno en una ensoñación sobre una serpiente que se mordía la cola. El diseñador Philip Stark explicó en una entrevista cómo hace un uso activo de sus sueños para imaginar y visualizar mejor nuevos diseños en 3D.
El efecto cerebral de la marihuana no le convertirá en un Einstein, un Kekulé o un Philip Stark.
Pero le puede ayudar a imaginar mejor situaciones, objetos, olores, sonidos, sabores o sensaciones táctiles. Si es capaz de “controlar el subidón” y utilizar esta intensificación, bien puede ser que le ayude a tomar decisiones importantes, a recordar vívidamente acontecimientos cruciales de su vida o a tener ideas que le cambien la vida.
Por Sebastián Marincolo . Doctor en filosofía, es coeditor de “Mind expansions”, un número de la revista de internet alemana Parapluie que recientemente ha publicado su libro “High. Insights on Marijuana”
Fuente Sensi Seeds