Los experimentos sobre los efectos anti-asmáticos del THC o del cannabis datan principalmente de los setenta y son todos estudios rigurosos. Los efectos de un cigarro de cannabis (2% de THC) o de THC oral (15 mg) respectivamente, corresponden aproximadamente con el beneficio que se obtiene con la dosis terapéutica de un broncodilatador habitual (salbutamol, isoprenalina). Dado que la inhalación de los productos del cannabis pueden irritar la superficie de las mucosas, deberían desarrollarse otras alternativas de administración sistémica junto a la vía oral. Algunos pacientes experimentaron broncoconstricción tras la inhalación de THC.
Fuente CannabisMed