La marihuana es una planta que tiene millones de adeptos en todo el mundo y muchos consumidores. Existen muchas variedades o “potencias diferenciadas”. Las empresas que producen simientes quieren diferenciarse de sus competidoras para salir al mercado y es ahí donde empieza la inminente industria del sector en los últimas décadas.
En estados europeos a diferencia de los Estados Unidos, la venta legal mas importante de esta planta no se refiere a la flor/cogollo en si, como en dispensarios americanos, aquí las semillas de marihuana en sus miles de diferenciadas son las reinas del comercio (aunque en los coffee shops holandeses también se venden cogollos). Las marcas representadas y creadas por los bancos de semillas deben dar a conocer las virtudes e imagen de su propio catalogo y, es ahí mismo, donde empiezan a moverse los diferentes sectores de la economía arropando y alrededor de esa “industria cannabica”.
Éstas necesitan catálogos con sus diferentes fotógrafos profesionales, sus diseñadores gráficos, editoriales y webs especializadas, empresas que te envasen las semillas, empresas de transporte que las distribuyan, representantes o comerciales, empresas de marketing e imagen que asesoran a estas nuevas empresas, empresas de patentes, recintos feriales que alquilan sus ferias, hoteles que acogen a sus comerciales, “el fisco” recaudando impuestos, abogados, gestorías, etc. y lo mas importante, trabajadores. Aquí, no contamos a los profesionales que se necesitan antes de sacar el catalogo.
Solo estamos hablando de bancos de semillas, es decir un primer paso en esta industria, luego, podríamos hablar de los grow shops (tiendas especializadas en su cultivo y más), distribuidores y de tantos sectores que directa o indirectamente también encuentran en el cannabis un espacio para vender sus productos o servicios.
Casi me atrevería a decir y sin mucho error, que si no se hubiese prohibido esta planta en las primeras décadas del siglo XX ahora podríamos estar hablando de empresas con parecidas dimensiones a esas otras del sector del alcohol como las de whiskys, licores, vinos, etc.
Habrá quien pensará que esa otra droga liquida es legal (alcohol), pero, ¿quien se imaginaría a esos miles de agricultores que producen frutos para luego ser destilados sin ése cultivo?, ¿Cuántas empresas de publicidad o imagen tienen a estas industrias entre sus mejores clientes? ¿Cuantos millones en impuestos recauda esa droga liquida legal? Y a nadie se le pasa por la cabeza que su consumo pueda ser ilegal. Reflexionemos.
Investigaciones sobre el cannabis hablan ahora de cánceres por su consumo, seamos serios. Claro que cualquier humo que te metas al cuerpo puede ser cancerígeno, quema pan y absorbe su humo y también lo será, además, se puede consumir por otras vías como la oral en forma de comida, infusión o vaporizado. El uso medicinal qué.
Las personas adolescentes que sus cuerpos y cerebros no están desarrollados plenamente, corren el peligro con estas sustancias perturbadoras que puedan ocasionarles problemas, por eso no se debe admitir su consumo entre éstos “jovenzuelos”, ya que se estarían exponiendo a posibles graves consecuencias. Medicinas farmacéuticas, tabacos, alcoholes y marihuana podrían ser claros ejemplos de estas sustancias que están en nuestra cultura y que solo deberían ser utilizadas por personas maduras. Es correcto.
Los que promueven su prohibición por estos argumentos, no pueden aprovecharlos cuando admiten el consumo de otras sustancias que acarrean inconvenientes a quien las usa. En ése caso, millones de personas que consumen alcohol (en el mundo miles de millones), se tirarían las manos a la cabeza si alguien dijese que hay que prohibírselo porque produce esos mismos problemas antes descritos. Ya lo saben.
En mi opinión, lo que se debería hacer en este caso es regularlo, admitiendo que es un hecho probado su consumo por una gran parte de la sociedad, entonces las políticas en este campo se enfocarían desde la información para la prevención de sus posibles males derivados de su excesivo o prematuro consumo.
Mac