El 17 de octubre del año pasado, Canadá se convirtió en el segundo país del mundo en legalizar la marihuana, detrás de Uruguay, y el primero del G7 en meterse a un mercado por demás exitoso, que espera ganancias superiores a los 12.000 millones de dólares para los próximos 10 años.
Sin embargo, el mercado negro goza de buena salud en Canadá. Tal vez sea por los altos precios y la poca oferta, que generan aglomeraciones en las tiendas, apenas seis meses después de que se liberara a la hierba. Así, los consumidores siguen comprando mucha de la marihuana en el mercado negro ante la incapacidad de las vías legales para surtir la demanda.
“He seguido comprando a mi distribuidor (ilegal) porque el precio del cannabis legal es escandaloso”, dice John, un treintañero de Ottawa consultado por la AFP a dos pasos de una tienda oficial que acaba de abrir en su vecindario. Bill Blair, designado por el primer ministro, Justin Trudeau, para supervisar la legalización, admite que “claramente todavía hay problemas en la cadena de suministro”.
El problema es similar al que tiene Uruguay, aunque el pequeño país del sur no lo reconoce. Las autoridades canadienses afirman que el mercado legal dejará fuera de juego a los traficantes callejeros y las bandas criminales, una de las metas principales del plan de legalización del gobierno de Trudeau, una vez que la nueva industria se acondicione plenamente.
Según una investigación del Observatorio Uruguayo de Drogas y la organización Monitor Cannabis, la aplicación de la ley 19.172 y su regulación, ha llegado al 40% de los usuarios uruguayos de cannabis y ya existen más de 13.000 personas que están registradas para poder acceder al servicio de compra. También, existen otras 7.000 personas que están registradas para poder cultivar sus propias plantas, además de los 1.700 que están inscritos como asociados a los 64 Cannabis Social Club que ya tienen sus puertas abiertas en Uruguay. Así es como en Uruguay la legalización hace perder el 40% del mercado a los narcos.
Canadá se convirtió en octubre en el segundo país en el mundo en legalizar la marihuana para uso recreativo, cinco años después de Uruguay.
Continúan las filas en los comercios de cannabis
Pero seis meses después, los consumidores siguen haciendo filas frente a las tiendas minoristas. Las últimas, sucursales privadas, abrieron sus puertas el 1 de abril en Ontario, el mayor mercado de marihuana en el país, que hasta ahora se tenía que contentar con pedidos en línea.
“Pero (…) cada mes vemos un avance continuado en el desplazamiento del mercado ilegal y la creación de una cadena de suministro normalizada”, dijo Blair.
Muchos temían que con la legalización se incrementaran los incidentes automovilísticos u otros problemas causados por el uso de la droga, pero las autoridades afirman que eso no se ha materializado.
Falta aún mucho para acabar con el mercado negro, que en los últimos tres meses de 2018, representó el 79% de las ventas, unos 1.200 millones de dólares canadienses (900 millones de dólares).
Según la oficina de estadísticas de Canadá, las ventas legales, incluyendo la marihuana medicinal, que es permitida en el país desde 2001 pero que representa una pequeña fracción del consumo total, sumaron solo 307 millones de dólares canadienses.
Por Rama