La campaña a favor del cannabis en el Reino Unido está llegando, por fin, al público más general. Es genial ver como cada vez más activistas tienen la oportunidad de hacerse oír en los medios de comunicación nacionales. Se ha descubierto todo el pastel y se debate sobre una política razonable relativa al cannabis, con mucha más frecuencia. Sin duda, todo esto se ha visto favorecido por los esfuerzos realizados para conseguir la legalización en Colorado, Washington y Uruguay. Parece que el tema va a seguir candente a corto plazo y cada vez recibe más atención en los medios de comunicación.
Con el 2014 a punto de convertirse en un año que podría ayudar, considerablemente y aún más, a la causa de poner fin a la prohibición del cannabis en el Reino Unido, y con más apariciones esperándome en los medios, ya era hora de cortarme el pelo y desempolvar mi traje. Después de un año y medio de “Clark de California”, durante el cual me dejé el pelo largo y volví a mis raíces de sudaderas con capucha, pantalones vaqueros y gorras, creí que era importante intentar estar lo más presentable posible. Después de haber publicado en las redes sociales, varias veces, mi decisión de cortarme el pelo, ésta se convirtió en un tema de conversación popular, así que no me sorprendió que Sensi Seeds me pidiera que escribiera sobre ello, como tema para mi próximo artículo en el blog. Espero poder explicaros un poco mejor por qué he decidido volver a cambiar mi aspecto y lo qué creo que esto va a aportar a la campaña para terminar con la prohibición.
Después de haberme dejado el pelo largo durante casi 2 años, decidí que era hora de un cambio. No hacia algo nuevo, sino hacia algo antiguo, algo que había probado y comprobado, y con lo que me había esforzado mucho en mis apariciones en los medios antes de mediados del 2012, aparecer tan elegante como pudiera, con el pelo corto, vestido con un traje y, por supuesto, mi pequeña bandera para mostrar mis lealtades, mi corbata verde. Después de unos años de “conformismo”, ya había tenido suficiente y necesitaba hacer una pausa, así que, en el invierno de 2012, me tomé un descanso del activismo, porque el temor que hacen que sintamos, tantos de nosotros, hacia la prohibición se había apoderado de mí. Me preocupaba la forma tan abierta y franca en que me había expresado públicamente, así que decidí dejarme el pelo largo, mientras que el traje regresaba al armario y no salía de allí. Me puse una camisa y corbata para mi entrevista con Sky News, pero no tenía ganas de volver a sacar el traje del armario, sino de ser yo mismo y no preocuparme por las apariencias. Todo esto cambió cuando leí un artículo sobre mi historia en el San Francisco Weekly y lo mucho que mi imagen había cambiado queda claro en esta cita.
Con el pelo largo, metido bajo una gorra, y un surtido armario lleno de sudaderas con capucha y vaqueros, French encajaría totalmente en California.”
Aunque esto está genial y me alegro de haber encajado durante mi estancia en California, me hizo pensar en mi imagen y en la forma en que me gustaría ser retratado en los medios de comunicación. Lo que se consideraba positivo en San Francisco, en realidad, podría resultar bastante negativo en el Reino Unido, donde existe un punto de vista mucho más conservador. Tuve la suerte de que se me viera de una manera muy positiva y estoy muy agradecido a Chris Roberts, el autor del artículo, por hacer que me diera cuenta de eso. La verdad es que yo no quería cortarme el pelo porque me gusta tenerlo largo, sobre todo en invierno, pero a medida que se acercaba el verano, sentí que era el momento adecuado para hacerlo.
Quiero que me consideren un activista creíble y creo que para que mi historia llegue a la gente a la que tiene que llegar y se produzca el cambio, un traje va a hacer que las cosas sucedan mucho más rápido. La primera cosa que hice cuando decidí convertirme en activista a principios de 2011 fue ir a comprarme un traje y una corbata verde. Recuerdo haber visto un documental en el que un representante del Marijuana Policy Project decía que una persona con traje que acude al Congreso resultaba mucho más eficaz que 1.000 personas en cualquier protesta. En mi opinión, dio en el clavo y se me ha quedado grabado desde entonces.
Así que esto me hizo pensar y la razón por la que me pareció tan profundo es bastante fácil de explicar. Todas las personas que tienen la capacidad de cambiar las leyes relativas al cannabis llevan traje, y hablan con otras personas que llevan traje. Están acostumbradas a escuchar y a oír a personas que, como habrás adivinado, llevan traje. Si las cosas van a cambiar, inevitablemente, con razón o sin ella, las personas que van a firmar la ley llevarán traje. El cannabis es un tema muy controvertido, y estoy dispuesto a dar este paso para ponerme el traje e intentar conseguir que las cosas cambien.
Mucha gente va a pensar que estoy loco por intentar “cambiar quien soy”, al ponerme el traje, puede que pienses que la corbata es un nudo corredizo alrededor de mi cuello para controlarme. Yo lo veo de otra manera, lo veo como mi armadura, la ropa que tengo que ponerme para ir a la guerra. Entiendo totalmente por qué algunas personas sienten que éste es un paso demasiado grande y nunca podrían imaginarse a sí mismos haciendo algo parecido.
Recordemos lo que está en juego. Esto es la guerra. Se ha usado la misma retórica durante años, la guerra contra las drogas que está librando la policía en primera línea. Lo que olvidan es que realmente es imposible hacer la guerra contra las drogas. En realidad es una guerra contra la gente que utiliza algunas drogas o sustancias que han decidido que no les gustan. No existe la guerra contra las drogas, ¡sólo una guerra contra nosotros! Ya es hora de que luchemos contra el estigma. La gente que está en contra del cannabis ha ofrecido una imagen muy concreta de aquellos a los que nos gusta consumir cannabis. Nos presentan como delincuentes sucios y, como mucho, hippies inútiles y, por supuesto, todos somos vagos y no nos gusta lavarnos. Mucha gente creerá que conoce la verdad sobre esta propaganda descarada y, por lo tanto, seguirá llevando la ropa de siempre. Muchas personas sentirían que no están siendo fieles a sí mismos si cambiaran su imagen y se pusiesen un traje. Estos son, sin duda, los sentimientos contra los que he luchado y reconozco su mérito y respeto, por completo, a las personas que creen que es demasiado para ellos. No todo el mundo se siente cómodo con traje, y no pasa nada.
Cortarme el pelo y ponerme el traje de nuevo no fue una decisión fácil, pero me parece que, a la larga, es por el bien de la campaña a favor del cannabis. Al sustituir mis medicamentos farmacéuticos por cannabis, mi esperanza de vida ha aumentado, y por lo que veo, voy a disponer de algunos de esos años extra para volver a dejarme el pelo largo y dedicar el tiempo del que pueda disponer, ahora, a cambiar la ley para que otras personas, con esclerosis múltiple y otras enfermedades graves, tengan un acceso seguro al cannabis y puedan mejorar su calidad de vida.
La EM me ha quitado mucho, el cannabis me da una mejor calidad de vida y, por esta razón, siento que debo intentarlo mucho más y dejar a un lado la forma en que quiero vestirme para ponerme otra vez el traje. Le demostrará al público en general que hay gente seria que lucha por nuestra causa y, en definitiva, que hablo en serio.
Mientras tanto, después de conocer mis razones, algunas personas podrían estar considerando la posibilidad de hacer algo similar y vestirse de forma elegante. Os animo a que lo hagáis porque realmente creo que nos van a tomar más en serio, pero para aquellos que no quieren, tampoco pasa nada. Hay muchas maneras de contribuir para poner fin a la prohibición y ¡el traje es sólo una de ellas! Hagas lo que hagas, con traje o sin él. No renuncies a la lucha, aprende de la ciencia, habla con la gente y ¡lucha contra las leyes injustas!
Por Clark French.
Fuente Sensi Seeds