Clasificar y catalogar los miles de millones de especies de plantas que han existido en nuestro planeta, desde los albores de la vida, es una tarea muy amplia y compleja. Antes de nuestro desarrollo actual de las pruebas genéticas, la única manera de asignar una planta a su taxón correcto era clasificarla en base a la similitud derivada y percibida. Ahora que hemos desarrollado el estudio de la filogenética (las relaciones evolutivas entre grupos de organismos), tenemos una base para la clasificación de las plantas en función de sus similitudes genéticas, aunque una tarea tan compleja no está libre de problemas.
El cannabis dentro de la clasificación cladística
Sin embargo, podemos, por lo menos, empezar a clasificar las plantas según la clasificación cladística, en la que cada clado (rama) del árbol filogenético es monofilético, o incluye a todos los descendientes de una única forma ancestral común. Según el Sistema Integrado de Información Taxonómica (ITIS, en ingles), la especie Cannabis sativa L. pertenece al género Cannabis, que pertenece a la familia Cannabaceae o de las cannabáceas. La familia de las cannabáceas, junto con otras tres familias, constituyen el suborden (informal) Rósidas Urticales, del orden Rosales. Junto con los Rósidas Urticales, otras cinco familias pertenecen al orden Rosales, entre las que se incluyen las rosáceas (la rosa) y la familia Ramnácea o Rhamnaceae (el espino amarillo).
El complejo y confuso mundo de la taxonomía de las plantas
El orden Rosales pertenece a la subclase informal (o superorden) de las Rósidas (o Rosidae), un gran clado que comprende casi una cuarta parte de todas las plantas con flores. Estas “Rósidas” pertenecen a la clase Magnoliopsida o Eudicotas (eudicotiledóneas), que es miembro de la infradivision de los angiospermas. Estos, a su vez, pertenecen, a la subdivisión de Spermatophytina, de la división de las Traqueófitas, del infrareino Streptophyta o Embryophyta (plantas terrestres), del subreino de las Viridiplantae (plantas verdes).
El filo o división Viridiplantae está formado por las algas verdes, además de todas las plantas terrestres. El filo de las Rodófitas o Rhodophyta (algas rojas) y de las Glaucofitas o Glaucophytas (algas unicelulares de agua dulce) forman el reino Archaeplastida o Primoplantae, también conocido como Plantae sensu lato, que se refiere a “las plantas en el sentido más amplio”. La cuestión sobre si Archaeplastida es, realmente, un clado mayor formado por los reinos de Viridiplantae, etc., resulta controvertido.El orden Rosales pertenece a la subclase informal (o superorden) de las Rósidas (o Rosidae), un gran clado que comprende casi una cuarta parte de todas las plantas con flores. Estas “Rósidas” pertenecen a la clase Magnoliopsida o Eudicotas (eudicotiledóneas), que es miembro de la infradivision de los angiospermas. Estos, a su vez, pertenecen, a la subdivisión de Spermatophytina, de la división de las Traqueófitas, del infrareino Streptophyta o Embryophyta (plantas terrestres), del subreino de las Viridiplantae (plantas verdes).
Características de los diferentes taxones
Todas las plantas que pertenecen al reino Archaeplastida presentan cloroplastos, que experimentan la fotosíntesis para producir energía. Por otro lado, las células de las archaeplastidas tienen paredes, por lo general, de celulosa. Viridiplantae difiere de otros filos del clado Archaeplastida en que producen tanto clorofila a como b, lo que les da su color verde habitual. Las Rhodophytas y Glaucophytas producen sólo clorofila a. Las Embryophytas comprenden todas las plantas terrestres, y se cree que se distanciaron de las algas verdes hace unos 540 Ma (hace millones de años).
Las Traqueófitas, o plantas vasculares, contienen tejido fibroso para llevar el agua y los minerales, e incluye a los musgos y los helechos, así como a las plantas con flores. Las Spermatophytinas son plantas vasculares que producen semillas, y se cree que se distanciaron de las plantas no portadoras de semillas alrededor de 319 Ma. Los angiospermas se clasifican de este modo debido a su característica compartida de llevar semillas encerradas en estructuras de protección. Todos presentan flores, que más tarde producen el fruto que contiene la semilla, y aparecieron en el registro de fósiles alrededor de 192 Ma. Las Eudicotiledóneas o Eudicotas son angiospermas que expresan dos hojas embrionarias, en oposición a las monocotiledóneas que producen sólo una. Las eudicotas también presentan un patrón característico de tres surcos en el grano de polen.
El superorden Rosidae y la familia de las Rosáceas
Se cree que las Rósidas aparecieron 108-117 Ma, y por lo general se caracterizan por sus llamativas flores. Las Rósidas urticales son excepciones notables a esta regla. La investigación ha demostrado que las divergencias evolutivas más recientes han tendido hacia la discreción, a medida que la polinización del viento predominaba más. El orden Rosales comprende una gran variedad de árboles de hoja perenne y de hoja caduca, arbustos, enredaderas y hierbas: por ejemplo, la familia de las rosáceas contiene una increíble variedad de especies importantes, como el melocotón, la manzana, la fresa, la almendra, y por supuesto la rosa.
Las relativamente recientes Rósidas urticales
Se cree que las Rósidas urticales son vástagos, relativamente recientes, del árbol filogenético y se caracterizan porque sus flores no suelen ser llamativas, y son principalmente unisexuales (aunque las flores del olmo son generalmente bisexuales). Así como en las Cannabáceas, en las familias de Urticales se incluyen Urticaceae (la ortiga), Ulmaceae (el olmo), y Moraceae (la morera o las higueras). Las flores masculinas son discretas, no llaman la atención, y no contienen pétalos, sólo sépalos. Los ovarios femeninos contienen un solo óvulo y producen una sola semilla.
Las Rósidas urticales presentan una gran variación en la morfología y la biogeografía, y han desarrollado algunas adaptaciones sorprendentes. Las plantas suelen ser polinizadas por el viento, aunque varios miembros de la familia Moraceae son polinizadas por insectos. Varias especies dentro de la familia de la ortiga tienen la capacidad única de dispersar el polen al viento con una especie de explosión. Los frutos pueden ser aquenios duros y secos, como ocurre con el cannabis; drupas carnosas, como con el almez; siconos carnosos, fruto típico de las higueras, o los clados compuestos que se encuentran en la mora. Curiosamente, se cree que se pueden obtener a partir de la corteza varias especies de morera que contienen propiedades alucinógenas leves y fibra de alta calidad.
La clasificación confusa de la familia Cannabaceae
Los, aproximadamente, 170 miembros de la familia Cannabaceae o de las cannabáceas tienen algunas características que son distintas de las Urticales en su conjunto. Las pruebas de ADN han demostrado que todos están relacionados, y desde luego el humulus (lúpulo) y el cannabis comparten similitudes obvias con respecto a su estructura floral. Ambos contienen terpenos, lo que explica su fragancia similar, pero el lúpulo es un vid (planta trepadora o enredadera) y el cannabis es herbácea. El género Celtis o el Almez es relativamente diferente. Las especies Celtis suelen ser árboles de hoja caduca de altura, con hojas simples, a diferencia de las hojas palmeadas de compuestos que se encuentran en el lúpulo y el cannabis. Los árboles Celtis por lo general no son dioicos, es decir, aunque las flores son generalmente unisexuales, se encuentran en la misma planta.
A pesar de las numerosas diferencias, las flores masculinas de muchas especies Celtis tienen un parecido sorprendente con las del cannabis. Otras similitudes entre los miembros de la familia Cannabaceae incluyen las hojas de soporte de la estípula (en el cannabis, estípulas son los dos pequeños brotes en la base de cada hoja), y los cistolitos, o células de las hojas que contienen cristales de carbonato de calcio.
¿Se encuentran los cannabinoides exclusivamente en el Cannabis?
El género Cannabis es aparentemente único dentro de la familia Cannabaceae porque contiene cannabinoides. Hay pruebas que sugieren que, en otras especies de plantas, se encuentran compuestos parecidos a los cannabinoides, en particular en el género de las equináceas, miembro de la subclase Asteraceae, y por lo tanto, deben haber evolucionado por separado del cannabis durante millones de años. Esto puede implicar que existiera un sistema protocannabinoide en un ancestro común de ambas plantas, antes de la divergencia de los clados de las rósidas y las astéridas hace 126 Ma.
Dada la muy escasa probabilidad de que, de repente, aparezca una nueva especie de plantas que contengan un sistema fitocannabinoide totalmente funcional, la evolución gradual de los sistemas complejos de cannabinoides a partir de linajes más rudimentarios parece ser la única explicación plausible. Las huellas de las primeras especies Cannabaceae se han encontrado en fósiles del Cretácico que datan de hasta 93,5 Ma (hace millones de años), pero no hay pruebas concretas que demuestren cuándo se separó el género Cannabis. El hecho de que no haya parientes cercanos vivos que den muestra de un sistema cannabinoide es sorprendente, pero a medida que se continua investigando, se pueden descubrir más plantas que contengan cannabinoides, lo que requeriría una nueva reorganización del sistema, complejo y confuso, de clasificación de las plantas.
Por Sylent Jay
